5 octubre, 2024

17 de mayo de 1959: A 57 años de la reforma agraria en Cuba

Fidel en la zafra

Por: Mercedes Petit

El estrecho de la Florida separa a Cuba de su todopoderoso vecino Estados Unidos, a menos de 200 kilómetros. Con playas paradisíacas, tierras fértiles y un clima soleado todo el año, en la primera mitad del siglo XX se había transformado en un centro del juego, prostitución y turismo para los yanquis con plata. En los años cincuenta la corrupta dictadura de Batista y su familia, apoyados firmemente por el gobierno imperialista, eran los principales beneficiarios cubanos de esa situación. En La Habana, dos años antes de su caída, había 270 burdeles con muchas niñas de 12 o 14 años. Las compañías yanquis controlaban el 90% de la electricidad y los teléfonos, y un 40% de la producción azucarera, la principal del país 1 .

Una pobreza extrema en el campo

En medio de la opulencia de los yanquis y una pequeña minoría de propietarios cubanos, terratenientes, altos funcionarios de la dictadura y otros privilegiados, la mayoría del pueblo vivía en la miseria. En las ciudades eran empleados mal pagos y apremiados por la desocupación. En las zonas rurales estas condiciones eran mucho peores. La mayor parte eran analfabetos.

Según estudios de la Agrupación Católica Universitaria (ACU) publicado en 1956, la población rural representaba el 34%. El desempleo reportado en el país por las autoridades en los meses de zafra azucarera era del 8.4% pero en el llamado “tiempo muerto” (las tres cuartas partes del año) aumentaba al 20/25 por ciento. La familia campesina cubana se alimentaba básicamente de arroz y frijoles; sólo el 11,22% tomaba leche; el 4% comía carne; el 3,36%, pan; el 2,2% huevos y menos del 1%, pescados. El 91% de las viviendas, los bohíos, carecía de electricidad y la cuarta parte de servicio sanitario alguno. La mayor parte de los niños sufrían desnutrición en las áreas rurales, el 14 por ciento de los campesinos padecían o habían padecido tuberculosis y el 36 por ciento se hallaba parasitado.

El latifundio dominaba la economía rural. Cerca del 1,5% de los propietarios de tierra, cubanos o no, poseían el 45% de la tierra nacional. Solo 114 latifundistas ocupaban el 20% de las tierras cultivables.

El reparto de la tierra, una de las banderas de la revolución

Fidel Castro era un joven abogado nacionalista, del Partido Ortodoxo y educado por los jesuitas, que se había hecho conocer por su lucha contra la dictadura. En 1953 intentó tomar el Cuartel Moncada en la ciudad de Santiago. Fracasó, fue preso y en su juicio asumió su propia defensa con un alegato contra la dictadura. Una de sus denuncias más importantes fue sobre la situación de campesinado y la necesidad del reparto de las tierras.

Unos años después, el Ejército Rebelde en la Sierra Maestra iba ganando el amplio apoyo de la población rural. En octubre de 1958, a medida que las columnas guerrilleras iban controlando territorios, se aplicaba la reforma agraria, distribuyendo tierras a los campesinos y apoyándolos para mejorar cultivos y condiciones de vida.

Los primeros pasos de la revolución democrática triunfante

En la madrugada del 1o de enero de 1959 Batista huyó y la dictadura cayó. El gobierno yanqui -aunque sin duda lamentó la caída de su dictador/títere- el 7 de enero reconoció al nuevo gobierno. Había particularidades importantes en el proceso cubano. El castrismo era una dirección nacionalista democrática y pequeñoburguesa, independiente del partido stalinista burocrático que dominaba en la URSS. Para su lucha habían contado con el apoyo de sectores burgueses cubanos y latinoamericanos, así como de sectores del propio imperialismo yanqui. La revista Life publicó en enero las fotos de los triunfantes “barbudos” diciendo que habían derrocado al régimen “opresor, corrompido y comercialmente astuto de Batista”. El pequeño PSP (Partido Socialista Popular) era la versión local de los partidos comunistas stalinistas. Y durante años había rechazado y criticado duramente la lucha guerrillera. A último momento se había sumado al carro de los vencedores y sus dirigentes estaban intentando colarse donde pudieran en puestos de gobierno.

Se formó un gobierno de “Unidad Nacional Democrática” donde junto a Fidel y los demás comandantes y dirigentes del Movimiento 26 de Julio estaban Manuel Urrutia y José Miró Cardona, dos reconocidos dirigentes burgueses y amigos de Estados Unidos. Rómulo Betancourt en Venezuela y Frondizi en Argentina celebraron el triunfo de Fidel, quien fue recibido como un héroe a comienzos de mayo en Buenos Aires.

Toda Cuba era un hervidero de movilizaciones, huelgas y ocupaciones al calor del triunfo democrático. Empujado por ese proceso revolucionario el gobierno comenzó a avanzar en medidas que eran imprescindibles para comenzar a combatir la miseria de las masas. Hubo una ley de reducción de alquileres, se redujeron tarifas de la electricidad y los teléfonos de empresas yanquis. Los más conocidos torturadores y represores de la dictadura fueron fusilados.

La Ley de Reforma Agraria y el avance hacia Cuba Socialista 2

El 17 de mayo Fidel Castro firmó la ley de la reforma agraria. Era un golpe a los intereses económicos de las multinacionales yanquis y la oligarquía terrateniente. Fue abolido el latifundio y se limitó la propiedad de la tierra a 400 hectáreas por individuo. Para las plantaciones de caña de azúcar, arroz y cría de ganado se autorizó a formar cooperativas bajo control de estado, que utilizaran hasta 1.335 hectáreas. Se fundó el INRA (Instituto Nacional de la Reforma Agraria) que rápidamente comenzó a implementar medidas para dinamizar la agricultura y levantar la producción, dando buenos frutos al calor del empuje revolucionario. Se estableció el pago de indemnizaciones pero mediante la emisión de bonos amortizables en 20 años, que nunca llegaron a emitirse, lo que hizo que las medidas funcionaran como efectivas expropiaciones. Las principales empresas afectadas fueron la United Fruit Sugar Company, la Guantánamo Sugar Company y otras compañías yanquis, así como latifundistas cubanos.

Se iniciaba el capítulo de la ruptura con la burguesía y el imperialismo. En julio se desconoció el pago de la deuda externa de la dictadura. Urrutia y Miró Cardona salieron del gobierno. Los yanquis empezaron a conspirar desde la CIA para apelar a los atentados terroristas e intentos de asesinar a Fidel. En diciembre el congreso de Estados Unidos le dio al presidente Eisenhower amplias facultades para aplicar sanciones económicas -léase iniciar el bloqueo- contra Cuba, y comenzó la reducción de precios y cantidades del azúcar que compraban a la isla. Luego de rápidas negociaciones en febrero de 1960 se firmó el primer acuerdo comercial con la URSS.

Durante ese año se produjeron las expropiaciones de las refinerías de petróleo y luego los ingenios azucareros y las compañías de electricidad y teléfonos. Para antes de fin de año les tocó el turno a los bancos, las empresas de caucho, los Minimax. El 4 de febrero de 1962 se proclamaba el carácter socialista de Cuba. Gracias a aquellas medidas socialistas el pueblo cubano fue conquistando mejoras en la educación, la salud y el deporte que lo ubicaron a la cabeza de América Latina.

1. Véanse estos y otros datos en Escucha, yanqui (FCE, México, 1961), de C. Wright Mills, y De Martí a Fidel (Norma, 2008), de Luiz Alberto Moniz Bandeira.

2. Véase otras notas en El Socialista No 38, 63 y 122.


Entre la burocracia y el monocultivo

La dirección castrista rápidamente se convirtió en socio menor de la burocracia del Partido Comunista de la Unión Soviética. Más allá de los logros innegables en el nivel de vida del pueblo cubano conquistados por las expropiaciones, la propiedad estatal y la planificación centralizada de la economía, la economía cubana se fue construyendo con pies de barro, deformada y subsidiada por la mucho más poderosa Unión Soviética. También fue perjudicada en muchos aspectos por el bloqueo imperialista.

No se volvió al latifundio, pero la burocracia cubana nunca logró desarrollar la producción agrícola y ganadera. Desde 1963 se instaló nuevamente el monocultivo de azúcar como política oficial, sin ninguna participación o discusión de los trabajadores del campo. Y en 1970 se vivió el tremendo fracaso de la “zafra de los 10 millones de toneladas”. Aunque la encabezaron el propio Fidel y la cúpula del PC y se movilizó a la población urbana a los cañaverales, se quedó bien lejos del objetivo fijado.

La caída de la URSS en 1989-91 significó un tremendo golpe para las condiciones de vida del pueblo cubano. Uno de los sectores más afectados fue el campo. Allí se arrastraba un gran atraso ya que casi todos los alimentos eran comprados a precios subsidiados a los otros países del “socialismo real” y el pueblo se abastecía con la “libreta de racionamiento” para adquirir esos productos básicos.

En el proceso de retorno al capitalismo que se vive desde hace más de 20 años en Cuba la producción de azúcar ha ido languideciendo. Las penurias populares son mucho más acentuadas en las zonas rurales, donde reina la pobreza y el abandono. La mayor parte de los productos alimenticios siguen siendo importados y se venden a precios en CUC que están fuera del alcance de la mayoría de trabajadores que ganan, según cifras oficiales, 25 o 30 CUCs mensuales. El principal vendedor de esos alimentos, desde hace años, es Estados Unidos ya que sus empresarios se las han rebuscado hace rato para evitar las sanciones del bloqueo.

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