El pueblo trabajador se muere de hambre. !Salario igual a la canasta básica!

Por Partido Socialismo y Libertad

Caracas, 8 de septiembre de 2019. La crisis brutal que vivimos, nunca antes experimentada por el pueblo venezolano, sigue acabando con la vida cotidiana de millones de trabajadoras y trabajadores y sus familias.

Pero lo que más nos agobia es la hiperinflación galopante que nos persigue todos los días. No sabemos que vamos a comer hoy, ni mucho menos si mañana vamos a tener que darle de comer a nuestros hijos. Cobramos el sueldo y vemos como se evapora en un dos por tres.

En los últimos días hemos presenciado atónitos como el dólar se disparaba, lo cual, en una economía altamente dependiente de las importaciones, se traduce indefectiblemente en una nueva escalada de los precios de bienes y servicios. Ya se aproxima el regreso a clases, y no sabemos cómo vamos a comprarle los útiles y uniformes a nuestros hijos.

Empresarios y comerciantes dolarizaron los precios pero las trabajadoras y trabajadores seguimos con salarios de hambre en bolívares devaluados. El salario mínimo apenas es de $ 2.!!!

El desastre que vivimos venezolanas y venezolanos ya tiene varios años, las sanciones del imperialismo se están aplicando desde enero. Sin ninguna duda, estas sanciones están impactando negativamente, especialmente en el seno del pueblo y los sectores más pobres. Pero la brutal crisis que padecemos es anterior a las sanciones. Estas solo han agravado la situación ya existente. El gobierno, transnacionales, banqueros y empresarios son los responsables de esta catástrofe social.

En este marco, el gobierno de Maduro aplica un brutal paquetazo de ajuste que busca trasladar la crisis a los trabajadores y trabajadoras. Desde agosto del pasado año instrumenta el Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica que contempla un salario mínimo único nacional, las tablas salariales y el memorando 2792, mediante el cual prácticamente se elimina la negociación colectiva, permitiéndole al gobierno limitar los aumentos salariales en los contratos colectivos, y eliminando el derecho a huelga.

Todos estos instrumentos están siendo aprovechados por los empresarios privados para aliviar las consecuencias de la crisis, apelando a las “suspensiones” de trabajadores. Una figura que no existe en la ley, a través de la cual pueden enviar a los trabajadores a sus casas con salario y cestatickets, modificando condiciones establecidas en los contratos, lo cual es facilitado por el art. 148 de la Lottt, y avalado por las inspectorías del Trabajo.

Ocho meses después de la Operación Libertad, está claro que Guaidó y los partidos de la Asamblea Nacional no son alternativa para el pueblo. Su desgaste es evidente. Con el caso de la ayuda humanitaria demostraron que son tan ladrones como los que gobiernan. Están arrodillados al imperialismo y a Trump, y no tienen nada que ver con nuestros intereses y necesidades. Maria Corina Machado y el sector más radical de la derecha patronal se pelea con Henry Ramos Allup, mientras Miguel “paquetico” Rodríguez saca a la luz pública viejas rencillas por negocios.

Desde el PSL planteamos que es hora de que los trabajadores y trabajadoras nos organicemos en nuestros centros de trabajo, desde las bases, para enfrentar esta arremetida de los patronos, favorecida por los instrumentos aprobados por el gobierno antiobrero y antipopular de Maduro.

Es un momento de acumular fuerzas. Realizar reuniones con trabajadores y trabajadoras en los centros de trabajo. Debates para explicar las medidas y entender el carácter del paquete de ajuste del gobierno. Conocer el memorando 2792 y los efectos perversos de la reconversión monetaria en nuestros salarios.

Tenemos que organizarnos pacientemente en cada fábrica, en oficinas y empresas para salir a pelear por nuestros derechos, por un salario igual a la canasta básica que sea indexado a la inflación mensualmente, única forma de evitar que nuestras familias no se mueran de hambre. Rechazar las suspensiones en el sector privado, y los despidos en la administración pública. Defender las conquistas socioeconómicas contempladas en nuestros contratos. Luchar porque se mantengan los comedores y los seguros médicos. Para imponer con la movilización un plan económico obrero y popular alternativo con medidas estructurales como el no pago de la deuda externa y que el petróleo sea 100% estatal sin transnacionales ni empresas mixtas, en la perspectiva estratégica de que los trabajadores y trabajadoras seamos gobierno.

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