Orlando Chirino: «El chavismo acabó con el salario de las trabajadoras y trabajadores en Venezuela»

Por Laclase.info

Este año la conmemoración de la gesta heroica de los mártires de Chicago de 1886, encuentra al movimiento obrero venezolano sumido en la más pavorosa catástrofe social contemporánea. Con el movimiento sindical postrado y atomizado. En medio de 7 años de recesión económica y 3 de una hiperinflación jamás conocida en el país. Con un salario mínimo nacional de Bs. 1.800.000, que no equivale ni a un dólar. Con los servicios públicos por el suelo. Y un gobierno que aplica un brutal paquetazo de ajuste desde el 2014.

En este contexto entrevistamos a Orlando Chirino, dirigente nacional del Partido Socialismo y Libertad (PSL) y la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-cura).

Desde tú perspectiva, podrías explicarnos el origen de la grave situación que viven hoy las trabajadoras, los trabajadores, y en general el movimiento sindical venezolano.

Mira, el origen de todo este desastre en el que se encuentra la vida de millones de trabajadoras y trabajadores, tanto del sector público como del privado, radica en la derrota que significó en el 2006 la división del congreso de la Unión Nacional de Trabajadores. En aquella oportunidad el gobierno de Chávez y toda la burocracia sindical de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores (FBT), encabezada por Oswaldo Vera, Francisco Toorrealba y Franklin Rondón, junto a Marcela Máspero, liquidaron la posibilidad de que las trabajadoras y trabajadores venezolanos se dotaran de una herramienta de lucha independiente del gobierno pero también de los patronos y sus partidos, que en aquel momento se agrupaban en la Coordinadora Democrática.

Muchos trabajadores tratan de encontrar una explicación a la situación desastrosa que hoy viven, se preguntan por qué los sindicatos están por el suelo, ni siquiera hay una central sindical. Nosotros les decimos con toda responsabilidad, que esto se debe a que Chávez en alianza con sus ministros y la burocracia sindical chavista, liquidó a la UNT. De no haberse producido aquella derrota, no tengo dudas que hoy la situación sería completamente distinta.

Pero no sólo la burocracia sindical roja, rojita es responsable, también lo es la vieja burocracia ligada a la CTV y a otras organizaciones sindicales menores. No podemos olvidar que en el 2011 y en el 2018 hubo posibilidades de reconstituir un movimiento sindical autónomo, independiente del gobierno y los patronos. Primero fue con Fadess, entre el 2011 y el 2012, y luego en el 2018-2019 con la ITV . En ambos casos la dirigencia sindical se entregó en los brazos primero de Capriles, y luego de Guaidó, los partidos de la MUD y el imperialismo norteamericano, que buscaba propiciar un golpe de Estado en el país.

Una enseñanza que debemos sacar de todo esto los trabajadores y las trabajadoras, es que no es posible la autonomía del movimiento sindical sin lograr la independencia política frente a cualquier variante burguesa o patronal.

¿Cómo caracterizas la situación de las trabajadoras y trabajadores en la actualidad?

A partir del año 2014 el gobierno profundiza el ajuste que ya Chávez había aplicado durante el 2008 y 2009 en el marco de la crisis capitalista mundial, y en el 2011 con la nefasta ley del Trabajo, todo avalado por la burocracia roja rojita de la Cbst. Sin embargo, desde el 2018 el gobierno de Maduro avanza en su intento de descargar la crisis sobre los hombros de las trabajadoras y trabajadores. Desde agosto de ese año, el gobierno mostró su verdadero rostro antiobrero y antipopular, cuando de manera muy clara optó por favorecer al empresariado nacional y a las transnacionales aprobando el llamado Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, mediante el cual se estableció un salario mínimo único nacional, y se terminó de pulverizar los ahorros y prestaciones sociales de las trabajadoras y trabajadores al implementarse la reconversión monetaria; se aniquiló el concepto general del salario, se destruyeron los bonos y sus incidencias contractuales y quitó la cualidad que tenían los sindicatos, junto a los y las trabajadoras de discutir las convenciones colectivas. Todas estas medidas están comprendidas en el nefasto memorándum 2792, instrumento político mediante el cual se favoreció una colosal extracción de plusvalía por parte de empresarios nacionales y extranjeros. Fue y sigue siendo el mayor y más despiadado ajuste económico conocido en la región.

Para aplicar este ajuste el gobierno apela a la represión y criminalización de la protesta, llevando a decenas de trabajadores a la cárcel y a sufrir medidas cautelares.

El gobierno argumenta que no puede aumentar los salarios y que la situación que padecemos es consecuencia de las sanciones económicas del imperialismo. Nosotros rechazamos esas sanciones arbitrarias y criminales del imperialismo, y exigimos que sean derogadas, pero decimos con toda claridad, que la crisis y la destrucción de los derechos laborales es anterior a las sanciones. Estas sólo han profundizado el desastre ya existente.

¿Qué proponen ante esta situación?

Pareciera redundante pero es así, debemos movilizarnos unitariamente. No hay otra salida. Entendemos que la situación no está fácil, que la crisis es agobiante. Pero tenemos que organizarnos en nuestros sitios de trabajo. Conversando con nuestros compañeros de trabajo o haciendo asambleas, donde se pueda, y luchar por nuestros derechos y contra las políticas hambreadoras del gobierno y los patronos.

En lo inmediato creemos que hay que discutir a lo largo y ancho del país un plan obrero y popular alternativo al paquetazo que impone el gobierno de Maduro. Hay que exigir un plan nacional de vacunación; un salario igual al costo de la canasta básica y que se indexe a la inflación mensualmente, una renta mensual de cuarentena para los trabajadores informales. Hay que luchar por derogar el memorándum 2792 y exigir la restitución del derecho a huelga. Por la defensa del derecho a la contratación colectiva, y la libertad plena para todas las trabajadoras y trabajadores presos por protestar, denunciar y luchar por sus derechos.

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