A 150 años de La Internacional: “Arriba los pobres del mundo…”

Por Adolfo Santos

Eugene Pottier (1816-1887) murió sin saber que su poema, La Internacional, escrito en junio de 1871, se iba a convertir en el himno de la clase trabajadora mundial. Muchas veces la cantamos o la tarareamos sin conocer su origen, sus autores, ni en qué contexto fue creada. En esta nota queremos compartir parte de esta bella historia que cumple 150 años.

Pottier nació en París, Francia, el 4 de octubre de 1816 en el seno de una familia obrera. Con solo 13 años, aprendió el oficio de su padre como empleado de embalajes y se incorporó a las filas del proletariado. En ese ambiente fue marcado por las primeras grandes luchas que dieron los trabajadores y se integró con todo al movimiento revolucionario de aquella época.

En 1848 estallaron rebeliones en Europa contra el absolutismo monárquico. Francia fue la vanguardia. En febrero, las grandes movilizaciones derrocaron a Luis Felipe I y se instaló la República. Sin embargo, las conquistas democráticas establecidas por el nuevo gobierno no conseguían aliviar el hambre y la miseria del pueblo francés. La luna de miel acabó en junio. Al grito de ¡pan o balas!, ¡trabajo o balas! una multitud, en gran parte armada, volvió a montar barricadas como en febrero. Un sector de París quedó bajo el control de los trabajadores, pero una violenta represión acabó derrotando el intento de lo que Marx definió como “la mayor insurrección ya ocurrida, una revolución del proletariado contra la burguesía”*. Ahí, en primera fila, estaba Eugene Pottier.

Activo militante de la causa de los oprimidos, en 1867 fundó la Cámara Sindical de Talleres de Dibujantes y se afilió a la Primera Internacional. En 1871 fue elegido representante a la Comuna de París por el Segundo Distrito después de obtener 3.352 votos de los 3.600 emitidos e integró el primer gobierno obrero revolucionario de la historia. Tras la derrota, en mayo pasó a la clandestinidad y, reflejando la experiencia de la Comuna, escribió el poema La Internacional, que años más tarde se integró a su obra, Cantos revolucionarios. Para evitar su ejecución huyó a Inglaterra. En 1879 volvió a su país y participó de la formación del Partido Obrero Francés, colaborando en el periódico El Socialista junto a Paul Lafargue, uno de los yernos de Carlos Marx.

Eugene Pottier, revolucionario y poeta, murió en París el 6 de noviembre de 1887. Su entierro, del que participaron miles de trabajadores, se convirtió en un verdadero acto político que fue duramente reprimido por la policía. En un homenaje póstumo, Lenin escribió: “Pottier murió en la miseria, mas dejó levantado a su memoria un monumento imperecedero. Fue uno de los más grandes propagandistas por medio de la canción” (Pravda, 3/1/1913). Y vaya si lo fue.

La Internacional no es solo un poema, es un verdadero manifiesto revolucionario que convoca al proletariado del mundo entero a derrotar al imperio burgués.

Un grito de guerra de los trabajadores

La obra de Pottier fue completada por otro hijo de la clase obrera, el belga Pierre Degeyter (1848-1932). Cuando tenía 7 años su familia se mudó a Francia, donde comenzó a trabajar en fábricas siendo niño. Se alfabetizó en una escuela nocturna para trabajadores y, a los 38 años, se recibió en la Academia de Música.

En 1886 se integró al coro obrero La Lira de los Trabajadores, fundado por Gustavo Delory, uno de los líderes del Partido Obrero Francés, quien en 1888 le encargó que compusiera la música de varias canciones revolucionarias populares.

Entre esas letras estaba el poema de Eugene Pottier. Degeyter compuso la melodía para La Internacional que el coro La Lira de los Trabajadores cantó por primera vez en una fiesta anual organizada por el sindicato de vendedores de diarios. La canción tuvo un éxito inmediato en Francia y luego se popularizó en el mundo entero convirtiéndose en un grito de guerra de los trabajadores.

En 1892 fue adoptada como el himno de los trabajadores por la Segunda Internacional, y en 1919 Lenin la oficializó en la Tercera Internacional y pasó a ser el himno nacional de la Unión Soviética (URSS ) hasta 1943. No por casualidad Stalin, que quería eliminar cualquier trazo de internacionalismo, cambió el himno adoptado por la URSS de Lenin por otro que enaltece el sentimiento gran ruso.

La Internacional fue traducida a todos los idiomas y se canta en todos los países del mundo. En cada lugar, el movimiento de los trabajadores se ha adueñado de ella de tal forma que le ha incorporado sus propias palabras.

No es raro encontrar varias versiones, aun en un mismo idioma. Sin embargo, cualquiera fuera la versión, no cambia la esencia expresada por su autor en el original francés: un vibrante llamado al proletariado a levantarse, agruparse y luchar para cambiar las bases del mundo.

* Marx/Engels, Collected works

Tomado de:

http://izquierdasocialista.org.ar/2020/index.php/blog/elsocialista/item/19204-a-150-anos-de-la-internacional-arriba-los-pobres-del-mundo

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