58 años del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud

El 13 de noviembre se cumplieron 58 años del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud, quien al momento de morir llevaba dos años como presidente de la Junta Militar de Gobierno. Esta junta había tomado el poder por medio de un golpe de Estado que terminó con el gobierno del presidente Rómulo Gallegos.

El 13 de noviembre se cumplieron 58 años del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud, quien al momento de morir llevaba dos años como presidente de la Junta Militar de Gobierno. Esta junta había tomado el poder por medio de un golpe de Estado que terminó con el gobierno del presidente Rómulo Gallegos.

Este golpe a su vez era la salida de fuerza de la crisis de la alianza entre Acción Democrática y el grupo de militares que derrocaron al general Medina Angarita en octubre de 1945.

41 años antes del magnicidio, Carlos había nacido en Caracas, hijo de Román Delgado Chalbaud, de quien tomó ambos apellidos a modo de homenaje. Su padre fue un merideño que primero formó parte del gobierno dictatorial de Juan Vicente Gómez, y luego de caer en desgracia con el régimen y pasar 14 años como preso político de la dictadura en condiciones precarias, murió combatiéndolo. A causa de la persecución política en contra de su familia, ésta decidió exiliarse en Francia, donde Carlos Delgado Chalbaud vivió a partir de los cuatro años, y llego a realizar estudios de ingeniería. Luego de participar en la fallida expedición antigomecista del Falke, que desembarca en Cumaná en 1929, y en la que muere su padre, se exilia nuevamente en Francia. Se casa con una rumana de filiación comunista, y entabla amistad con gran parte de los exiliados latinoamericanos en París, incluyendo al propio Rómulo Gallegos, durante cuya breve presidencia sería ministro de la Defensa.

Regresa a Venezuela y se asimila al Ejército, con el grado de capitán, durante el gobierno de Eleazar López Contreras, en 1939.
Al momento de su asesinato, Delgado Chalbaud se perfilaba como el mejor posicionado aspirante a presidir el país luego de que la Junta de la que formaba parte convocara a elecciones populares, en virtud de un acuerdo producto de una serie de negociaciones entre el gobierno militar y un sector de la oposición. 1950 había sido un año de agitación y resistencia por parte de Acción Democrática y el Partido Comunista, quienes mantenían un importante grado de influencia de masas pese a su ilegalización por parte del gobierno militar.

El asesinato abrió las puertas a una salida distinta a la planteada con la presidencia negociada de Delgado Chalbaud, y permitió el ascenso al poder de Pérez Jiménez, otro de los miembros de la Junta Militar de Gobierno, quien se mantendría directamente en el poder entre los años 1952 y 1958, aunque manejaría el poder a la sombra de la presidencia de Germán Suárez Flámerich, quien asumió el poder luego del asesinato de Delgado Chalbaud.

La autoría intelectual del magnicidio, único crimen en su género ocurrido en Venezuela durante todo el siglo XX, permaneció sin develarse, aunque Pérez Jiménez fue el principal beneficiario de esa muerte. El asesinato de Rafael Simón Urbina, jefe de la banda que ejecutó el crimen, a manos de los agentes de la Seguridad Nacional que lo trasladaban a medianoche a la Cárcel Modelo, evidencia la necesidad del gobierno de encubrir un crimen gestado desde el poder. Los demás integrantes de la banda de ocho personas que ejecutaron la acción fueron sentenciados a penas de entre 12 años y medio, y veinte años de prisión.

Pérez Jiménez se refirió a Delgado Chalbaud en su sepelio como “hombre forjado en disciplinas espirituales, en el refinamiento de la cultura y en el ambiente moral en que el deber y la bondad constituyen expresiones naturales de la persona modelo de devoción a la patria, de desprendimiento, de fortaleza y de serenidad”. Calificó el crimen como “sorprendente e insólito dentro de las realidades históricas, políticas y sociales del país”. En realidad, el crimen fue planificado como un eslabón fundamental en la cadena de eventos que desencadenarían el advenimiento de la dictadura fascista que ejerció el propio Pérez Jiménez durante la década que estaba comenzando, y hasta 1958.

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