Argentina: Libertad a Rubén Sobrero

Buenos Aires, 2011. Desde este humilde lugar deseo expresar mi repudio por la detención de Rubén Sobrero y del resto de los compañeros que están siendo atacados por la Justicia y el Gobierno K. Para la gente que está en el exterior, preciso las circunstancias. Rubén Sobrero es delegado de la línea ferroviaria Sarmiento, opositor de la dirección burocrática del gremio, con larga trayectoria de militancia socialista. Junto a Sobrero ha sido detenido Leonardo Portorreal, que colaboró con Sobrero hace algunos años. Pero también han sido detenidos dos “barrabravas” de All Boys (equipo de fútbol). En Argentina, estos personajes son lúmpenes que están en convivencia con personajes de la política burguesa y se prestan a cualquier clase de operaciones sucias. Los abogados defensores de Sobrero y Portorreal ya han aclarado que éstos no conocen a los barrabravas.

Buenos Aires, 2011. Desde este humilde lugar deseo expresar mi repudio por la detención de Rubén Sobrero y del resto de los compañeros que están siendo atacados por la Justicia y el Gobierno K. Para la gente que está en el exterior, preciso las circunstancias. Rubén Sobrero es delegado de la línea ferroviaria Sarmiento, opositor de la dirección burocrática del gremio, con larga trayectoria de militancia socialista. Junto a Sobrero ha sido detenido Leonardo Portorreal, que colaboró con Sobrero hace algunos años. Pero también han sido detenidos dos “barrabravas” de All Boys (equipo de fútbol). En Argentina, estos personajes son lúmpenes que están en convivencia con personajes de la política burguesa y se prestan a cualquier clase de operaciones sucias. Los abogados defensores de Sobrero y Portorreal ya han aclarado que éstos no conocen a los barrabravas.

A Sobrero lo acusan de provocar un incendio de trenes el pasado 2 de mayo. Ese día se produjeron disturbios en la línea Sarmiento, cuando los pasajeros protestaron por las fallas y demoras en los servicios. En esas circunstancias, algunos grupos incendiaron vagones y saquearon máquinas expendedoras. Ese mismo día el Gobierno dijo que se trataba de un ataque organizado, y responsabilizó al líder opositor Fernando Pino Solanas por los hechos. Sin embargo, no presentó prueba alguna para esta acusación. Luego, el 7 de julio, la ministra de Seguridad, Nilda Garré, y el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, dijeron que los incendios habían sido provocados como actos de sabotaje, pero tampoco presentaron pruebas.

Ahora el juez federal Juan Manuel Yalj ordenó la detención de Sobrero y de otros gremialistas, a quienes acusa de haber provocado los incendios. ¿En qué se basa? En la declaración de un indigente Alan Skrobacki, quien fue detenido el día de los incidentes con una mochila en la que había un encendedor y un desodorante, y está acusado de provocar el fuego. Recién hace pocos días Skrobacki se presentó espontáneamente ante el juez para declarar que le habían pagado para provocar los incendios, y señaló a Portorreal como la persona que lo habría contratado. Es importante destacar que Skrobacki no es testigo -ya que está acusado- y por lo tanto tampoco está obligado a decir la verdad. El otro elemento que tiene el juez para acusar a Sobrero es la declaración de un cabo de la Policía Federal, que participó en la detención de Skrobacki y dijo que éste le había dicho, en ese momento, que le habían pagado para quemar los trenes.

Al momento de escribir estas líneas (2 de octubre) Sobrero está detenido e incomunicado. El juez decretó el secreto del sumario; sin embargo, el Gobierno ya dijo, a través del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, que existe una prueba clave, y elogió al juez. Los abogados de Sobrero no pudieron ver el expediente, ni entrevistarse con su defendido. Los defensores K-progresistas del Gobierno andan diciendo que “por algo será” que lo detuvieron a Sobrero, y que “seguramente hay pruebas”. Madres de Plaza de Mayo y otros organismos de derechos humanos se mantienen en silencio. El dirigente de la CGT, Hugo Moyano, sin embargo, denunció que se trata de una persecución, y exigió la libertad de Sobrero y sus compañeros.

A todas luces, todo esto es armado por el Gobierno y la Justicia (que en general le es adicta) para atacar a un dirigente obrero, antiburocrático, que es respetado por sus compañeros y tiene ideas socialistas. Incluso desde el punto de vista político, Sobrero siempre se identificó con corrientes que apuestan a la acción y organización de las masas. Toda esta acusación huele a podrido, del principio al fin. Primero quisieron ensuciar a Solanas, ahora aparecen con esto. Ya antes habían tratado de comprometer a militantes de partidos de izquierda, en ocasión de otras protestas en las estaciones ferroviarias. El caso Sobrero es posiblemente el punto saliente de una larga lista de luchadores obreros y populares que son perseguidos y hostigados por la Justicia y el Gobierno K. Es necesario que esta situación se conozca en el exterior. Es necesario rodear de solidaridad a Sobrero y los compañeros detenidos. Sumamos nuestra voz, reclamando su inmediata libertad.

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Comentario

Rolo, que bueno que hayas escrito este articulo. Si bien yo pensaba que era claro que este es un ataque al sindicalismo independiente, no tenía los elementos para entender en concreto como venía la mano. Sin entender muy bien que ocurría, se ve a todas luces que el gobierno tiene una agenda contra el sindicalismo independiente. No solo en las declaraciones oficiales de la presidenta, sino también en el modo en que se busca la oportunidad de ridiculizar por ejemplo al sindicalismo de subtes, uno de los procesos de democratización más interesantes en Argentina. Por otro lado, da asco ver como muchos/as de los/as “progresistas” se prenden en esta agenda.

Pablo de Quilmes
03/10/2011 a 01:18

Respuesta de Rolando Astarita

En todo esto también hay que subrayar el silencio que mantienen muchos organismos, como Madres de Plaza de Mayo, frente a las continuas violaciones de derechos democráticos elementales por parte del Estado. La política K en la materia ha dado sus frutos; ha logrado silenciarlos completamente. Con respecto a los progresistas K, hay muchos que están recibiendo suculentos ingresos por participar en instancias gubernamentales, y se han acostumbrado a “mirar para otro lado”. Me consta que más de uno giró 180 grados desde que comenzó a ser funcionario (y hay varios miles que fueron cooptados por esta vía). Por supuesto, si la detención de Sobrero se hubiera producido bajo el gobierno de Menem, no hubieran dudado en asumir una postura clara de denuncia. Hoy callan o justifican al gobierno. Miguel Bonasso, que conoce bastante bien el paño, dice, refiriéndose a la joven militancia K: “Hay muchos que están por ideales, pensando en hacer un cambio. Otros están dentro del funcionariado, cobrando sueldos muy elevados que tienen poco que ver con la militancia histórica que yo conocí, porque el Estado no pagaba la militancia” (La Nación, 3/10/11). Conozco algunos de estos casos. Hasta cierto punto, además, es natural que estén en contra de un militante como Sobrero, que es lo opuesto.

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