Chávez a la defensiva: reconoció errores y necesidad de ganar a los Ni-Ni

Ayer, en una maratónica ceremonia realizada en el Poliedro de Caracas, con la tradicional cháchara seudosocialista, el presidente Chávez juramentó a los integrantes de las Unidades de Batalla Bolívar 200, que serán la maquinaria electoral del PSUV de cara a los comicios parlamentarios de septiembre.

Ayer, en una maratónica ceremonia realizada en el Poliedro de Caracas, con la tradicional cháchara seudosocialista, el presidente Chávez juramentó a los integrantes de las Unidades de Batalla Bolívar 200, que serán la maquinaria electoral del PSUV de cara a los comicios parlamentarios de septiembre.

El PSUV: partido electorero y antidemocrático

En dicho acto, Chávez presentó la estructura mediante la cual el partido de gobierno buscará los votos necesarios para mantener la mayoría en el Asamblea Nacional. Lo que quedó claro fue el carácter eminentemente electorero y antidemocrático del PSUV. Fue un acto Ni-Ni, ni programa, ni propuestas de ningún tipo. Ni una palabra de una agenda legislativa que salde la deuda que el partido de gobierno tiene con el pueblo y los trabajadores. Brilló por su ausencia cualquier mención a la Ley del Trabajo, a la de Seguridad Social, a los regímenes de pensiones y jubilación, nada se dijo de la salud ni de la educación, mucho menos se hizo mención de una ley de aumento general de salarios.

Por otra parte, las patrullas y sus integrantes se ocuparán exclusivamente de buscar votos, nada de debate político ni de propuestas. Habrá una patrulla por cada mesa electoral, y cada miembro de las mismas deberá buscar a 10 personas de las que votan en la mesa.

El Comando Nacional de Campaña está compuesto por un grupo de incondicionales, encabezados por Aristóbulo Istúriz, todos nombrados a dedo por el Presidente. Los Comandos Estadales los encabezan los gobernadores rojos-rojitos, y en los estados donde gobierna la oposición de derecha, el jefe del comando es otro incondicional designado a dedo por Chávez.

Chávez a la defensiva

Siguió en la tónica de polarizar, dividiendo a la sociedad venezolana, entre ellos, los rojos-rojitos, los trabajadores y el pueblo por una parte, y los burgueses, por otra. Insistió en que los supuestos logros de la revolución son logros de los trabajadores, tratando de reivindicarlos, después que en días pasados los acusó de no tener conciencia de clase. Mientras que insistió en denunciar que la burguesía había iniciado una ofensiva contra la “revolución”.

Algo muy notorio es que su larga perorata tuvo un carácter defensivo, tratando de enumerar los invisibles “logros de la revolución”. Hizo mención de los hatos adquiridos a distintos sectores burgueses, y a los avances que se habrían logrado en ellos. Recalcó que el problema es que estos no se difunden a través de los medios de comunicación.

En varias ocasiones reconoció que el gobierno ha cometido errores, que hay problemas, corrupción y burocratismo, y que estas falencias son aprovechas por la derecha y la burguesía para desprestigiar a su gobierno.

El tema de los container con comida descompuesta de PDVAL y Mercal, apenas mereció una breve mención, y dijo que esto no le quitaba nada al avance que habría significado la conformación de ambas redes de alimentos.

No le quedó otra que reconocer la crisis económica y social

El presidente Chávez se vio obligado a reconocer que hay graves problemas económicos y sociales, “muy profundos y estructurales”. Dijo que todavía hay mucha pobreza.

Agregó que “seguimos en el capitalismo”, y que el socialismo está muy lejos, y que llegar a él dependerá de muchos factores, que no precisó.

Lanzó puente a los Ni-Ni

Utilizando una frase de Alfredo Maneiro, de ir más allá de la izquierda, Chávez reconoció por primera vez la existencia de una amplia franja de venezolanos que no se identifican con su gobierno ni con los partidos de la derecha agrupados en la Mesa de la Unidad. Reconociendo en la práctica la ruptura de la polarización política.

Chávez reconoció la existencia de sectores «que siguen confundidos, temerosos, víctimas sobre todo de la campaña burguesa y también de algunos errores nuestros», y dijo que habá que convertir a los Ni-Ni en Sí-Sí.

Dirigiéndose a los patrulleros presentes en el Poliedro, habló de un pueblo, de sectores de clase media, de los Ni-Ni, que aún no se identifican “con la revolución”, es decir, con su gobierno, y exhortó a las Unidades de Batalla a ganar a esos sectores.

Y concluyó su larga intervención en tono polarizador, insistiendo en el peligro de que se pierdan los 2 tercios de la Asamblea, afirmando que “si la burguesía logra la mayoría en la Asamblea Nacional sería un desastre para la revolución”.

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