Chavez, Santos y la detención, secuestro y encarcelamiento del periodista Joaquín Pérez Becerra

¿De qué revolución puede hablarse aceptando criterios del estado terrorista colombiano y del imperialismo, especialmente cuando eso implica la entrega de quienes luchan por los pueblos?

El caso

El compañero Joaquín Pérez Becerra, director de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL) e integrante del equipo radial de la Radio Café Stereo, llegó en avión a Caracas, Venezuela, el pasado Sábado 23 de abril procedente de Frankfurt, Alemania. Inmediatamente, a pedido del presidente colombiano Juan Manuel Santos, Hugo Chávez ordenó detenerlo apenas pisó el aeropuerto. Santos relató así el episodio previo a la captura de Beceraa: “Le di el nombre y le pedí que si nos colaboraba para su captura (…) No titubeó (…) Hablé esta mañana con el presidente Chávez, y le agradecí”.

¿De qué revolución puede hablarse aceptando criterios del estado terrorista colombiano y del imperialismo, especialmente cuando eso implica la entrega de quienes luchan por los pueblos?

El caso

El compañero Joaquín Pérez Becerra, director de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL) e integrante del equipo radial de la Radio Café Stereo, llegó en avión a Caracas, Venezuela, el pasado Sábado 23 de abril procedente de Frankfurt, Alemania. Inmediatamente, a pedido del presidente colombiano Juan Manuel Santos, Hugo Chávez ordenó detenerlo apenas pisó el aeropuerto. Santos relató así el episodio previo a la captura de Beceraa: “Le di el nombre y le pedí que si nos colaboraba para su captura (…) No titubeó (…) Hablé esta mañana con el presidente Chávez, y le agradecí”.

Poco después, el periodista fue extraditado a Colombia y encerrado en la cárcel de máxima seguridad llamada “Modelo”, ubicada en Bogotá donde permanece desde entonces.

¿Cuál es el “delito” de ANNCOL y de la Radio Café Stereo?

Está claro que ANNCOL y Radio Café Stereo han dado un más que efectivo apoyo comunicacional a las organizaciones revolucionarias de Colombia, entre ellas particularmente a las FARC-EP, y son escuchados y leídos por una gran cantidad de gente en Colombia, Latinoamérica y el mundo en la dura batalla contra los medios burgueses. Por eso el estado terrorista colombiano intenta censurarlas mediante todo tipo de mecanismos. El encarcelamiento de Joaquín Pérez Becerra, es una nueva prueba de ello.

Ambos medios están ubicados en la capital de Suecia, Estocolmo, y es ahí donde forman parte de la Asociación Jaime Pardo Leal compuesta por exiliados de la exterminada Unión Patriótica (UP), frente electoral integrado, entre otros, por las FARC-EP durante la tregua de paz de la década del 80, de la cual Joaquín fue concejal antes de que la UP fuera barrida a tiros y bombas, sufriendo la muerte de 5.000 de sus militantes. Algunos de los que quedaron vivos pasaron a la clandestinidad en la guerrilla; otros se exiliaron al exterior como en el caso de Joaquín.

¿Cómo se excusan los partidarios del gobierno venezolano?

Chávez hizo mención a la responsabilidad internacional y a los criterios a los que tiene la supuesta obligación de aceptar. Defensores de Chávez hacen alusión también a que no extraditar a Colombia a Joaquín Perez Becerra hubiera sido un error y un motivo para que las armónicas relaciones con el estado terrorista colombiano se deterioraran, y así el imperialismo tendría el pretexto de iniciar acciones incluso bélicas contra Venezuela siendo este un país más débil. Se argumenta entonces que Chávez supuestamente de esta manera hubiera sido “funcional” al imperialismo.

Resultan curiosos y contradictorios algunos puntos de estas afirmaciones.

Primero porque había varias opciones más: una de ellas, la más cómoda, era simplemente respetar las leyes. Por el respeto del DIH y la constitución, nadie ni nada hubieran podido reclamar nada al gobierno venezolano; y el periodista no estaría en las mazmorras colombianas.

¿Dónde estaba la responsabilidad y los criterios internacionales de Chávez cuando dijo públicamente que “las FARC-EP y el ELN no son ningunos grupos terroristas sino verdaderos ejércitos que ocupan un espacio en Colombia y tienen un proyecto político, un proyecto político que aquí es respetado”? ¿Dónde estaba la responsabilidad y los criterios sobre política internacional de Chávez cuando se abrazó públicamente con Iván Márquez, miembro del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP?

¿En qué quedaron las acusaciones y definiciones de Chávez respecto del régimen colombiano, cuando lo señaló como el “Israel de América Latina” y dijo que “Uribe es un criminal, no sólo un mentiroso, un paramilitar y dirige un narco-gobierno, y dirige una banda de criminales en el Palacio de Nariño”’.

¿Qué cambió en Colombia como para que ahora el gobierno venezolano participe en la política exterior yanqui que aplica Colombia al pie de la letra, cuando no hace mucho cortó reiteradas veces relaciones diplomáticas con ese país, retiró a sus embajadores de Bogotá y expulsó al embajador colombiano de Venezuela?. ¿Y cuando movilizó a diez batallones del ejército venezolano a la frontera colombiana ante la actitud agresiva e intervencionista del régimen terrorista?

¿Y por qué, pudiendo escudarse en el debido respeto de las leyes del DIH y la constitución venezolana eligieron violar todas la leyes y proceder a secuestrar al periodista?

Chávez entregó al compañero a sus verdugos. De esa manera, se sumó a la advertencia global que los Estados Unidos y sus aliados hacen desde hace tiempo: todo aquel que colabore o apoye políticas contrarias a los intereses permanentes norteamericanos, será castigado.

Recordamos a Chávez, al PSUV, y a los llamados Socialistas del Siglo XXI, que en el principio de toda lucha revolucionaria la clase oprimida es más débil que la clase opresora; que las fuerzas revolucionarias son más débiles y tienen menos herramientas que las fuerzas burguesas, y que los gobiernos surgidos de verdaderas revoluciones populares tienen una debilidad material que se contrapesa con su fuerza ideológica, con su convicción revolucionaria, con su voluntad de resistir a cualquier precio los ataques imperialistas y con la firmeza necesaria para construir el socialismo a pesar de todas las adversidades, incluyendo las derivadas de la decisión absoluta de no rendirse jamás.

¿De qué revolución y rebeldía revolucionaria puede hablarse aceptando criterios y planteos del estado terrorista colombiano y del imperialismo, especialmente cuando eso implica la entrega lisa y llana de quienes luchan a brazo partido contra los asesinos de los pueblos?

Los argentinos debemos recordar que algunos revolucionarios pasaron por una situación similar en 1972, cuando el gobierno de Salvador Allende desoyó el pedido de extradición de la dictadura del General Lanusse de los fugados de la cárcel de Rawson, todos ellos guerrilleros, y gestionó su traslado a Cuba.

No es un caso aislado:

“Venezuela ha entregado a las fuerzas militares colombianas a más de 30 personas sindicadas de ser supuestamente miembros del ELN o de las FARC, Los casos más notorios son la entrega en enero de Nilson Terán Ferreira, quien fue capturado en Maracaibo. La entrega en abril de dos supuestos miembros del ELN, Carlos Tirado y Carlos Pérez capturados en Apure. En cada caso es destacable la prontitud de las entregas”

“Ante el señalamiento por parte de Álvaro Uribe Vélez de la existencia de campamentos guerrilleros en el estado Zulia en la Serranía del Perijá, el ejército Venezolano desplaza un contingente militar a la zona, el cual no encuentra campamentos insurgentes pero si encuentra numerosos asentamientos de campesinos colombianos desplazados por la violencia, cultivos y diversas construcciones para su alojamiento. El ejército Venezolano procedió a la captura masiva de los campesinos, al vejamen y tortura de sus líderes, a la destrucción de cultivos y la quema de sus ranchos, luego los campesinos fueron expulsados de territorio Venezolano.” (cita: ”VENEZUELA SE SUMA A LA CONTRAINSURGENCIA COLOMBIANA ” Carlos Sagún. Centro de Estudios Policarpa Salavarrieta. Bogotá-Colombia)

Exigimos la libertad de Joaquín Becerra

La OLNyS Fogoneros se suma a la campaña por la libertad del compañero Joaquín Becerra exigiendo su inmediata libertad entendiendo como injusta su detención en Venezuela y su extradición a Colombia como ya ha sucedido con otros revolucionarios.

Invitamos a sumarse a la Campaña de solidaridad con Joaquín Pérez Becerra enviando sus adhesiones al siguiente correo:

libertadjoaquinperez@hotmail.com

El gobierno de Santos es la profundización del uribismo, de la doctrina de la “seguridad democrática”, y del desarrollo del terrorismo de estado aplicado en Colombia que tiene como rasgos centrales a las desapariciones forzadas, las fosas comunes, los presos políticos, los asesinatos por razones políticas, la violación de la soberanía nacional colombiana con la instalación de bases estadounidenses y la intervención directa de las fuerzas de seguridad israelíes en la represión.

Reivindicamos una vez más la lucha que llevan a cabo las organizaciones revolucionarias de Colombia, las FARC-EP y el ELN, los organismos políticos y de masas, legales, semilegales y clandestinos que luchan contra el capitalismo y el imperialismo en Colombia, y también a quienes con acciones y militancia respaldan esa lucha en cualquier parte del mundo.

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