Construyamos un partido de los trabajadores independiente del gobierno y la MUD

La crisis en el seno del PSUV y del alto gobierno se profundiza, y en esa medida se hace cada vez más evidente. Ya no es posible ocultarla. Lo del “Gato”, no es sino la punta de un iceberg de rencillas en todos los estamentos del partido de gobierno, que se agudiza con la enfermedad del Presidente, lo que pone a la orden del día su posible salida de escena, y la necesidad de buscar un delfín que lo sustituya como candidato. No obstante, las cosas no son color de rosas en el otro polo burgués.

La crisis en el seno del PSUV y del alto gobierno se profundiza, y en esa medida se hace cada vez más evidente. Ya no es posible ocultarla. Lo del “Gato”, no es sino la punta de un iceberg de rencillas en todos los estamentos del partido de gobierno, que se agudiza con la enfermedad del Presidente, lo que pone a la orden del día su posible salida de escena, y la necesidad de buscar un delfín que lo sustituya como candidato. No obstante, las cosas no son color de rosas en el otro polo burgués.

En la MUD también afloran las diferencias entre las diversas organizaciones que la componen, esto se puso en el tapete en Táchira, con la detención de la mayor parte del tren ejecutivo de la gobernación, acusados de corrupción. De ese lado la situación aún no es tan grave como entre los rojos, rojitos, pero a medida que se acerquen las elecciones locales y regionales, se intensificarán los problemas.
Por otra parte, las disputas en la cúpula del partido de gobierno también tienen eco en las bases. Siendo el PSUV un partido de masas, es lógico que cuando los jefes estornudan los militantes se resfríen. No es extraño entonces ver a cuadros medios del PSUV y del Gran Polo Patriótico renunciar públicamente a través de los medios de comunicación, como fue el caso de Reinaldo Quijada, miembro del Equipo Político Municipal de Caracas, quien expresó esta decisión a través de un artículo publicado en Ultimas Noticias el pasado 11 de marzo. O las críticas reiteradas de Edwin Sambrano y Eloy Tarazona en Bolívar, este último, por cierto, opuesto a la relección del gobernador Rangel Gómez, y engrosando las filas de los que en el PSUV están exigiendo que se realicen primarias para escoger a sus abanderados locales y regionales para las venideras elecciones. Pero uno de los casos más significativos es el de Guayana, donde burócratas van y vienen en los cargos de dirección de las empresas básicas, ignorando los contratos colectivos y sin que lleguen las esperadas inversiones, mientras se matan a cuchillo por los cupos del acero y del aluminio. Allí una expresión muy clara del descontento que se riega como pólvora en el seno del PSUV, es el reciente documento firmado por 45 colectivos a propósito de la destitución de Elio Sayago en Alcasa, el cual fue ignorado por el presidente Chávez, quien terminó dándole un espaldarazo al nuevo presidente de dicha empresa.
El PSUV, y en general el chavismo es un movimiento amorfo y policlasista, que incluye en sus filas a militares, burgueses tradicionales y boliburgueses, así como a una inmensa base de luchadores y activistas populares que honestamente ha creído en Chávez y en su supuesto socialismo. De allí que no sea extraña la situación del “Gato” Briceño, personaje del puntofijismo, pupilo de Alfaro Ucero y adeco para más señas. En realidad, el gobernador de Monagas, más allá de que tenía razón con respecto al agua contaminada del río Guarapiche, nunca ha sido revolucionario, como tampoco lo han sido Henry Falcón, Alfredo Peña, Ismael García, José Albornoz, y tantos otros que “saltaron la talanquera”, para volver a donde siempre han pertenecido. Chávez afirmó recientemente que vendrán otros traidores, pero en rigor, no están traicionando a nadie. Esto es posible que suceda en un partido donde conviven en sus órganos de dirección, militares corruptos, burócratas, nuevos y viejos ricos, adecos reciclados, exizquierdistas convertidos en millonarios gracias a la cercanía con el poder.
Si algo ha quedado claro de toda esta situación de crisis que atraviesa el partido que gobierna es que, más allá de Chávez, quien tiene los hilos del poder en dicho partido es Diosdado Cabello. Personaje altamente rechazado en las bases por ser identificado como el jefe de lo que en el chavismo se llama la “derecha endógena”, pero que cuenta con la venia presidencial.
Llegó a la presidencia de la Asamblea Nacional y a una de las vicepresidencias del PSUV para negociar con la burguesía e imponer orden en las bases del partido, aplastando cualquier discrepancia. Como dicen los rojos, rojitos: “candelita que se prenda, candelita que se apaga”.
Desde el Partido Socialismo y Libertad (PSL), le decimos a los luchadores y activistas honestos de las comunidades, a los jóvenes y obreros que militan en el Psuv, que es hora de comenzar a revisar todo. Que es urgente que los verdaderos revolucionarios, sin compromisos burocráticos, sin prebendas ni privilegios, rompan con un partido que es una camisa de fuerza para las energías revolucionarias del pueblo. Que no es allí ni al lado de Chávez y su delfín Diosdado que se podrá luchar por el verdadero socialismo, ni por salario, empleo digno, viviendas, salud y educación gratuita para todos. Esta exhortación también va dirigida a los activistas de izquierda que forman parte de algunos partidos que integran la MUD. A todos ellos los llamamos a conformar un partido revolucionario de los trabajadores y el pueblo, que luche porque el petróleo sea 100% venezolano, sin empresas mixtas ni transnacionales, y que se coloque al servicio de las necesidades más urgentes del pueblo.

*Secretario general del Partido Socialismo y Libertad (PSL)
@UcvMiguelangel
miguelaha2003@yahoo.com
@PSL_Vzla

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