Crisis de deuda avanza hacia el corazón de Europa

La crisis de deuda avanzó hacia el corazón de Europa pese a la victoria electoral en España de los conservadores, comprometidos con la austeridad fiscal, lo que se suma a la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que actúe con mayor firmeza. Los socialistas españoles se convirtieron en el quinto gobierno del bloque monetario en caer este año a causa de la crisis de deuda. Portugal, Irlanda, Italia y Grecia les antecedieron, mientras que el gabinete eslovaco perdió un voto de confianza el mes pasado y tiene elecciones en marzo.

La crisis de deuda avanzó hacia el corazón de Europa pese a la victoria electoral en España de los conservadores, comprometidos con la austeridad fiscal, lo que se suma a la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que actúe con mayor firmeza. Los socialistas españoles se convirtieron en el quinto gobierno del bloque monetario en caer este año a causa de la crisis de deuda. Portugal, Irlanda, Italia y Grecia les antecedieron, mientras que el gabinete eslovaco perdió un voto de confianza el mes pasado y tiene elecciones en marzo.

Sin embargo, la mayoría absoluta del Partido Popular de centroderecha de Mariano Rajoy no dio ningún respiro a los mercados financieros, cada vez más alarmados por la ausencia de un freno efectivo al colapso de los mercados de deuda soberana.

Rajoy mantuvo a los inversores, y a los españoles, en la duda sobre sus planes para enfrentar la crisis, diciendo que Constitución establece que tendrá que esperar hasta justo antes del 25 de diciembre para nombrar a un ministro de Economía y explicar cómo hará que cinco millones de personas vuelvan a trabajar.

Las primas de riesgo sobre los bonos gubernamentales de España, Italia, Francia y Bélgica subían a medida que los inversores buscaban refugio en la seguridad de los bonos alemanes.

Las acciones europeas cayeron más de un 3 por ciento luego de que Moody’s advirtió que la calificación crediticia de Francia enfrenta nuevos peligros.

«Esta crisis está golpeando el corazón de la zona euro. No deberíamos tener ilusiones al respecto», dijo el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios europeo, Olli Rehn.

Rehn defendió el activismo del órgano ejecutivo de la Unión Europea respecto a las medidas de austeridad, que suelen ser acusadas de ahogar el crecimiento y el empleo.

«Uno no puede simplemente construir una estrategia de crecimiento acumulando más deuda, cuando la capacidad de cumplir con la deuda actual es cuestionada por los mercados», dijo Rehn en un seminario en Bruselas.

«No se puede obligar a los acreedores extranjeros a prestar más dinero, si no tienen la confianza para hacerlo», agregó.

El nuevo primer ministro de Grecia, el tecnócrata Lucas Papademos, obtuvo en su primer viaje en el cargo a Bruselas la garantía de que los ministros de Finanzas de la zona euro estarían en posición de acordar el próximo lunes el desembolso de fondos vitales para evitar una bancarrota de Atenas.

Papademos se reuniría con el presidente del BCE, Mario Draghi, el martes en la tarde en Francfort.

Los costos de endeudamiento tanto para España como para Italia llegaron a niveles vistos como insostenibles la semana pasada, antes de que el BCE intervino para estabilizar al mercado.

Dos periódicos indicaron que el Consejo de Gobierno del BCE impuso un límite semanal de 20.000 millones de euros a las compras de bonos gubernamentales de la zona euro, una cifra que según analistas es menor a la necesaria para que actúe como un cortafuegos efectivo.

El banco central alemán ha encabezado la resistencia contra las compras de bonos porque las ve como inflacionarias.

Según las últimas cifras semanales dadas a conocer el lunes, el BCE adquirió cerca de 8.000 millones de euros en la semana terminada el pasado miércoles, bastante por debajo del límite reportado en una semana en que los diferenciales de rendimiento de Italia y Francia tocaron máximos desde la instauración del euro.

Los críticos dicen que este enfoque reacio y gradual está agravando la situación en lugar de restaurar la confianza.

El consejero del BCE Ewald Nowotny, conocido como moderado, dijo en una conferencia en Viena que el banco central no puede simplemente empezar a imprimir dinero pero que tendrá que discutir sus próximas respuestas a la crisis.

«Lo que ciertamente tenemos que discutir es cuál es el rol para el BCE en estos tiempos difíciles, pero esto es algo que discutiremos en Francfort en el momento apropiado», dijo Nowotny a la prensa en una conferencia.

(Reporte adicional de Gilbert Kreijger en Amsterdam, Kirsten Donovan y Fiona Sheikh en Londres, Lefteris Papadimas en Atenas, Crispian Balmer en Roma y Jan Strupczewski en Bruselas; Escrito por Paul Taylor. Editado en español por Carlos Aliaga)

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