Diputado del PSUV pone en evidencia la crisis de salud en el país
El pasado 30 de agosto el diario El Universal publicó una entrevista que Vivian Castillo le hiciera a Tirso Silva, diputado del PSUV, miembro de la Comisión de Finanzas y expresidente de la subcomisió
El pasado 30 de agosto el diario El Universal publicó una entrevista que Vivian Castillo le hiciera a Tirso Silva, diputado del PSUV, miembro de la Comisión de Finanzas y expresidente de la subcomisión de Salud de la Asamblea Nacional.
En la misma, Silva presentó una serie de denuncias que ya había prometido hacer públicas en un evento sobre la salud realizado hace unos meses atrás, organizado por Provea.
Ya la opinión pública conoce el drama del ruleteo de las parturientas por distintos hospitales; todos en Venezuela, especialmente la gente del pueblo, sabe de las penurias que se tienen que vivir cuando la salud no anda bien o cuando algún familiar es víctima del hampa en algún barrio o calle del país. Basta acercarse a cualquier institución hospitalaria para constatar las pésimas condiciones en que se encuentran: servicios cerrados, escasez de médicos, ausencia de neonatólogos, paredes derruidas esperando el sueño de los justos, en reparaciones que no terminan nunca.
Por ello, las declaraciones de Silva resultan particularmente interesantes, ya que se trata de un diputado del mismísimo partido de gobierno, que se atrevió –por ahora sin consecuencias para su estabilidad política o personal- a denunciar el drama de los hospitales en nuestro país.
Silva lanza a boca de jarro esta sentencia: “la salud no es prioridad ni para el Gobierno ni para el Parlamento”, y agrega que por el contrario, se ha convertido en “un jugoso negocio».
El diputado psuvista recuerda que el presidente Chávez en junio del 2007 anunció con bombos y platillos la erogación de un billón 355 mil 50 bolívares de los viejos (Bs. F. 1,35 millardos), para la rehabilitación de 62 de los 285 hospitales que existen en el país. ”Apoyamos la intención pensando que el Gobierno estaba preocupado de que los hospitales no estaban bien, y que con esto podíamos ofrecer una atención oportuna, digna y de alto nivel. Pero en el transcurrir de dos años de la entrega de esa inmensa cantidad y otros ocho créditos adicionales el resultado en nada se compagina con la inversión”.
Ante el recordatorio de un anuncio presidencial que todos vimos por televisión, la periodista le hizo una pregunta clave, y en la que estaría la respuesta a la situación actual de los hospitales: “¿Qué pasó con el dinero entregado? ¿Por qué no se han culminado las obras?”
A lo que Silva respondió: “Bueno, podemos dar rienda suelta a la imaginación, pero lo que sí es cierto y palpable es que las razones que motivaron a los miembros de la Comisión de Finanzas a aprobar recursos adicionales a salud no se cumplió”.
Sin entrar mucho en detalle, Silva agregó que a los empresarios a los cuales se les entregó la responsabilidad de ejecutar las remodelaciones y reparaciones, simplemente se fueron con la cabuya en la pata. Recibieron un anticipo y luego simplemente no cumplieron con los contratos. Pero lo más grave es que luego las obras fueron transferidas a otras empresas, sin pedirle cuenta a las anteriores.
Esto explica que en la mayoría de los hospitales del país, existen servicios cerrados, esperando que se terminen las obras iniciadas hace dos años.
Silva pone en duda que se hayan seguido los procedimientos para la escogencia de las empresas que debían realizar las remodelaciones en los hospitales, así como que se hayan hecho licitaciones. Y agrega que las empresas se reciclan en todo el país, que son las mismas con distintos nombre, pertenecientes al mismo grupo de personas. ¿Boliburgueses de la salud protegidos por sus socios que fungen de funcionarios del Estado?
Silva no dejó títere con cabeza. También dejó al descubierto la situación crítica en Barrio Adentro, uno de los programas bandera del gobierno.
“En un momento Barrio Adentro tuvo una gran pegada, fue una vitrina para el mundo, pero hoy no podemos decir lo mismo. Ahora además de falta de atención y de la visión asistencialista se ven muy deteriorados, y no sólo en el primer nivel, sino también en el 2: clínicas populares, centros de Diagnóstico Integral, centros de Rehabilitación, igual en el nivel 3: hospitales y 4 que son hospitales especializados, en fase de construcción. Nuestro gobierno ha tenido una visión eminentemente asistencialista, y en la medida que se tiene una visión curativista la medicina se reconvierte en un negocio. Ha sido un gran negocio la construcción de los establecimientos de salud llámense: módulos octogonales, clínicas populares, CDI, hospitales o centros especializados. Pero más negocio aún es el equipamiento y todavía más la industria farmacéutica. Mantener a la sociedad enferma es rentable porque detrás de cada diabético, hipertenso, cardiópata o nefrópata hay una industria”, sentenció Silva.
Después de afirmar que el Ministerio de Salud no ha hecho absolutamente nada por esclarecer esta situación y exigir cuentas a las empresas a las que se les confió la reparación y remodelación de los hospitales, Silva rechazó las declaraciones del presidente Chávez quien responsabilizó del ruleteo de las parturientas a los médicos, quienes lo harían para obligarlas a ir a las clínicas privadas, y concluyó: “La realidad es que nuestros hospitales están en muy mal estado, los servicios de emergencia son deficientes, no tienen recursos y la gente va allí porque no tienen otra alternativa. Son muchos los compatriotas que día a día fallecen porque el hospital no tiene los recursos. Tiene que haber una respuesta responsable del Gobierno”.
A todo lo anterior habría que agregar la difícil situación que atraviesan los trabajadores de la salud en el país. Bajos salarios, pésimas condiciones laborales, negativa del gobierno a discutir los contratos colectivos, violación de la autonomía sindical e inestabilidad laboral son el pan nuestro de cada día.