24 de abril de 1965: 56 años de la guerra civil en República Dominicana

Por Mercedes Petit (El Socialista)*

El 28 de abril de 1965 invadieron los marines yankis

En abril de 1965, una insurrección popular enfrentó a la junta militar proyanqui que había derrocado al gobierno de Juan Bosch en 1963. A sangre y fuego, con más de cuarenta mil marines, el imperialismo y la oligarquía mantuvieron a República Dominicana como una empobrecida semicolonia.

La región del Caribe desde fines del siglo XIX ha estado ligada a la presencia militar y económica del imperialismo norteamericano. La historia de República Dominicana estuvo jalonada por el predominio de la industria azucarera, su concentración en manos de las multinacionales yanquis y las invasiones. Luego de la invasión de 1916 se formó una Guardia Nacional de la cual surgió Rafael Leonidas Trujillo, de origen pobre y con un frondoso prontuario delictivo. Entre 1930 y 1961 “reinó” su sanguinaria dictadura fascistoide, una de las peores del continente. Fue responsable de decenas de miles de asesinados, y transformó a él y familia en propietarios de prácticamente todos los resortes de la economía dominicana. Tan brutal era su manejo del país, que el imperialismo comenzó a considerarlo un lastre insostenible.

El asesinato salvaje de las hermanas Mirabal (que se transformó en el símbolo de la violencia contra las mujeres) en noviembre de 1960 sacudió a la opinión pública. Iba en aumento el descontento obrero y popular, y distintos grupos de militares y patronos conspiraban contra Trujillo. Otros gobiernos latinoamericanos lo aislaron. Finalmente, con el aliento (y alguna armas…) de la CIA, fue ametrallado el 30 de mayo de 1961. Joaquín Balaguer, quien fuera “presidente” títere de Trujillo, intentó gobernar, pero fue derrocado, y se impuso una apertura política. En diciembre de 1962 ganó la elección presidencial Juan Bosch, del PRD (Partido Revolucionario Dominicano, de un sector de la patronal antitrujillista y que contaba con apoyo obrero y campesino), con el 60% de los votos.

El ascenso revolucionario antiimperialista y la ofensiva yanqui

La década de los sesenta se abrió en América Latina con un creciente ascenso, motorizado por la radicalización de la revolución cubana, que avanzó en las expropiaciones y la ruptura con el imperialismo y la burguesía a lo largo de 1960.

El imperialismo yanqui intentó cercar y aplastar al proceso cubano. Fracasó en su invasión a Playa Girón en abril de 1961, pero de todos modos redobló su presión sobre los gobiernos de la región contra Cuba Socialista.

El gobierno nacionalista burgués del PRD, que contaba con amplio apoyo popular, asumió en febrero de 1963. En abril se promulgó una nueva constitución con una gran ampliación de derechos democráticos y sociales para los trabajadores y los desposeídos. Solo cinco meses después, el 25 de septiembre, Bosch fue derrocado por un golpe encabezado por el coronel Weissin y Weissin, ligado a la oligarquía, la iglesia católica y los yanquis. Se abolió la nueva constitución y se reinstaló una dictadura. En Brasil, en abril de 1964 fue derrocado por un golpe militar proyanqui el gobierno de Goulart. El presidente Lyndon B. Johnson comenzó a bombardear y a invadir Vietnam del Sur.

La revolución y el desembarco de los marines

En Dominicana el descontento siguió en aumento. El 24 de abril de 1965 comenzó una guerra civil: la junta militar gobernante fue destituida, en medio de la división de las fuerzas armadas y una insurrección impulsada por las organizaciones obreras y populares y los sectores más jóvenes del ejército encabezado por el coronel Francisco Caamaño. Milicias armadas de obreros y estudiantes (los comandos), junto a suboficiales y soldados, hicieron retroceder y paralizaron a los tanques de Weissin y Weissin en Santo Domingo, que quedó dividida. La oligarquía y sus fuerzas militares pusieron al general proyanqui Imbert Barrera al frente de un “gobierno de reconstrucción nacional”, mientras los “constitucionalistas” sostenían a Caamaño como presidente. El fantasma de “otra Cuba” recorría el Caribe.

El 28 de abril comenzó la invasión yanqui, que fue rechazada por las masas latinoamericanas y varios gobiernos. Johnson rápidamente buscó apelar a la cobertura de la OEA, pidiendo la formación de una “fuerza multilateral de paz”.

Con gran heroísmo, los combatientes dominicanos enfrentaron a los invasores en condiciones muy adversas. Hicieron varios intentos de tomar el Palacio Nacional y entre mayo y junio hubo muchísimos muertos. En agosto Caamaño empezó la negociación con Imbert Barrera para formar un “gobierno provisional”. Estados Unidos logró la “fuerza de paz” de la OEA, con el apoyo efectivo de la dictadura brasileña, que envió más de un millar de soldados, y algunos cientos más, aportados por las dictaduras de Honduras, Paraguay y Nicaragua. A fines de agosto habían terminado los últimos combates.

El 3 de septiembre asumió la presidencia provisional, en un acuerdo avalado por EE.UU. y aceptado por Caamaño, el abogado Héctor García Godoy. Reemplazados por tropa brasilera, se fueron los marines, dejando oficiales “asesores”. En enero de 1966 Caamaño viajó a Londres con un cargo diplomático, con lo cual daba cierta confianza en el gobierno de García Godoy.
Unos meses después se realizaron “elecciones” controladas por la oligarquía y los militares proyanquis, mientras el país seguía ocupado por las tropas de la OEA. Así asumió la presidencia nuevamente el títere de Trujillo, Joaquín Balaguer. García Godoy se fue de embajador a Washington y Balaguer impuso el terrorismo de estado, con una feroz represión.

Faltó una dirección consecuente

En República Dominicana no existía un partido revolucionario y los dirigentes de las organizaciones sindicales, populares y del movimiento estudiantil se alinearon en el curso capitulador del sector militar que encabezó la revolución.

El pueblo dominicano pagó aquella invasión con represión, pobreza y sometimiento al imperialismo. Juan Bosch (fallecido en 2001) nunca más logró ganar una elección presidencial, aunque se presentó varias veces. Pero sí lo hizo el Partido de la Liberación Dominicana, que fundó en 1973, cuando rompió con el PRD. En 1996 el PLD ganó las elecciones gracias a un acuerdo entre Bosch y Balaguer. Los gobiernos del PLD, convertido en heredero de Balaguer (fallecido en 2002), profundizaron la miseria y el carácter semicolonial, con el pacto de libre comercio con EE.UU. El escaso crecimiento económico logrado ha sido sobre la base de un crecimiento importante de la deuda externa.

El pueblo dominicano siguió luchando. Hubo importantes huelgas, por ejemplo contra el pago de la deuda externa. Las actuales luchas están vinculadas a la resistencia contra la depredación minera de territorios por parte de transnacionales avaladas por el gobierno del PLD. Sigue abierta la lucha que dejaron inconclusa los heroicos combatientes que enfrentaron a los marines en 1965.

*mpetit@izquierdasocialista.org.ar

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