El aumento del salario mínimo es una nueva burla a los trabajadores

salarios y canasta básica

Por: Armando Guerra*

En cadena de radio y televisión, el presidente Nicolás Maduro, acompañado por el vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López y la canciller, Delcy Rodríguez, anunció un aumento del salario mínimo de 50% que se concretaría a partir del 1 septiembre.

De esta forma, el salario mínimo quedaría en Bs. 22.576 bolívares. Igualmente, anunció que el cálculo para el cestatickets que hoy se basa en 3,5 por unidad tributaria, pasaría a calcularse a 8 puntos a partir del 1 de agosto, quedando el ticket de alimentación en Bs. 42.480.

Con este aumento salarial, originalmente no previsto, el gobierno reconoce tácitamente la grave situación que está pasando el pueblo venezolano, así como la destrucción de su salario.

La bonificación salarial favorece al gobierno y a los empresarios privados

El gobierno continúa con la política perversa e inconsulta de bonificar el salario, que hoy es menor que el bono de alimentación. La bonificación salarial persigue destruir las prestaciones sociales, minimiza el pago de las vacaciones y las utilidades.

¿Por qué sucede esto? En el art. 104 de la Lottt se establece qué se entiende por salario, y en el 105 se expresa que el beneficio de alimentación, como lo denomina la ley, no tiene carácter remunerativo o salarial. Es decir, el cestatickets, como lo conocemos los trabajadores, no es parte del salario, y no se toma en cuenta para el pago de prestaciones sociales o indemnización.

De esta forma el Estado y los empresarios se ahorran una gran cantidad dinero. El trabajador pierde, mientras el Estado y la empresa privada ganan con este mecanismo.

Ahora el gobierno inventó un fulano “salario integral”, que no existe en la ley. Ese salario estaría compuesto por el “salario normal” y los cestatickets, que como ya vimos, son dos cosas distintas. Es como sumar peras con manzanas.

Al trabajador le decimos: no existe ningún salario integral, ese es un invento del gobierno para engatusarnos, que además favorece a los patronos.

Decisión inconsulta

El gobierno nunca consulta los aumentos salariales. No lo hacía Chávez ni tampoco Maduro. Todos los aumentos del salario han sido decisiones unilaterales. La consulta del salario debería ser la resultante de un debate en el seno de las organizaciones sociales, sindicales y socioeconómicas, tal como está establecido en el art. 111 de la Lott. Pero esto es letra muerta. ¿Por qué sucede esto? Porque tanto Chávez como Maduro pretenden presentar los aumentos como una concesión de ellos. El gobierno quiere aparecer como «el redentor de los trabajadores», por eso ni siquiera le consulta a los sindicatos de la Csbt, los cuales, como ha dicho Orlando Chirino, son unos jarrones chinos.

El gobierno sigue aumentando el salario por debajo de la inflación

La inflación sigue desatada, mientras el desabastecimiento persiste y las colas cada día son más largas.

Veámonos es este espejo. Para el mes de junio, la canasta alimentaria se elevó a Bs. 277.432,88, este aumento fue de 22,5% con respecto al mes anterior, es decir, que en la actualidad se necesitan 18,4 salarios mínimos (Bs. 15.051,15) para adquirir la canasta alimentaria de una familia de 5 integrantes. Por su parte, la canasta básica familiar, que comprende todos los gastos además de alimentación, asciende a Bs. 365.101,19. Es decir que con el nuevo aumento nadie puede vivir ni comer en este país. Entonces, ¿Con quien revisó estas cuentas Nicolás Maduro para emitir el presente aumento?

En rigor, el gobierno de Maduro es el que desata la guerra económica contra el pueblo trabajador, en alianza con los empresarios agrupados en el Consejo Nacional de Economía Productiva, para ello cuenta con el respaldo mudo y “rodilla en tierra” de la burocracia roja, rojita de la Cbst. Es allí donde se acuerdan los aumentos de precios de cientos de bienes y servicios. En ese consejo se está discutiendo el aumento de las tarifas de transporte y de telecomunicaciones (Internet, celulares etc.), entre muchas otras.

Es el gobierno el que desata la guerra económica aumentando la gasolina, devaluando la moneda, no discutiendo los contratos colectivos, como es el caso del Metro de Caracas, cuyo contrato vencido se pretende reconducir, o el de los eléctricos, que el gobierno se niega a firmar. O incumpliendo sus cláusulas y abaratando la mano de obra, con salarios miserables, como en el caso del sector petrolero, los universitarios o de las empresas básicas.

¿Y los sindicatos, qué?

El problema central sigue siendo en manos de quién están los sindicatos. La reflexión debe ser conquistar los sindicatos para el clasismo, para la defensa unitaria de nuestros intereses. Para la defensa de las contrataciones colectivas, del salario, del HCM, la estabilidad en el trabajo, de la vivienda, de la familia. Esa tarea nunca se asumirá con un movimiento sindical dividido, y en manos de dirigentes deshonestos y traidores. El debate compañero hay que hacerlo en cada centro de trabajo, revisando el papel de tus dirigentes. Es hora de avanzar en el rescate de tus sindicatos para la lucha unitaria de los trabajadores.

Es urgente que todos los asalariados nos movilicemos por un aumento general de salarios, porque el salario mínimo se iguale a la canasta básica y se incremente cada tres meses de acuerdo a la inflación.

*Dirigente del Partido Socialismo y Libertad

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