El día en que “ni las locomotoras hicieron ruido”

Puerto Ordaz, Sábado, 11 de Junio de 2011 (Foto William Urdaneta).- Se esperaban muchas voces de rechazo este viernes, pero no las hubo. Nadie emitió declaraciones en los acostumbrados cafés. No hubo asamblea, ni ruido en las afueras de Ferrominera Orinoco (FMO). Tampoco en el resto de las empresas. Una áspera paz se respiraba en la procesadora de mineral de hierro. “Hoy (ayer) ni las locomotoras hicieron ruido”, comentó un trabajador. En los pasillos -relató- los ferromineros evitaban hablar de lo sucedido: la muerte de Renny Rojas, los dos heridos, la implicación de Héctor Maicán, secretario de finanzas de Sintraferrominera, y de las acusaciones en contra del secretario general, Rubén González.

Puerto Ordaz, Sábado, 11 de Junio de 2011 (Foto William Urdaneta).- Se esperaban muchas voces de rechazo este viernes, pero no las hubo. Nadie emitió declaraciones en los acostumbrados cafés. No hubo asamblea, ni ruido en las afueras de Ferrominera Orinoco (FMO). Tampoco en el resto de las empresas. Una áspera paz se respiraba en la procesadora de mineral de hierro. “Hoy (ayer) ni las locomotoras hicieron ruido”, comentó un trabajador. En los pasillos -relató- los ferromineros evitaban hablar de lo sucedido: la muerte de Renny Rojas, los dos heridos, la implicación de Héctor Maicán, secretario de finanzas de Sintraferrominera, y de las acusaciones en contra del secretario general, Rubén González.

Los lesionados se recuperan en el Hospital Américo Babó. Luis Quilarque, dirigente sindical que recibió un tiro en la pierna fue esposado a su camilla alrededor de las 11:00 de la noche del jueves.

Su esposa, Gelin de Quilarque, contó que a esa hora irrumpieron en el centro médico funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). De acuerdo a su testimonio, pretendían llevarse a su pareja. Ella accedió a ir hasta su casa en una unidad del organismo y luego entregó la camisa del herido como elemento de interés criminalístico.

No le entregaron ningún documento pero le explicaron que la detención obedecía a su participación en la protesta de 2009, por la que el 28 de febrero de 2011 González fue sentenciado a siete años y seis meses de prisión.

Los dirigentes del equipo de Rubén González permanecieron en sus casas. Durante el día también esperaban ser arrestados, según el rumor de que un tribunal activaría las órdenes de captura que no se ejecutaron en el 2009, cuando el Estado acusó a González y a otros dirigentes, de agavillamiento e instigación a delinquir, durante la huelga en Ciudad Piar que ejercieron en agosto de ese año.

En general, los empleados estaban esperando cualquier cosa. Rubén González estuvo en Ciudad Piar en la mañana. Informó que, en efecto, le habían advertido pues -aunque se anuló su sentencia- aún está imputado a la espera de que se realice un nuevo juicio.

Hasta el cierre de esta edición ninguno de los murmullos se concretaron.

Una historia de confrontación

Para algunos lo que ocurrió en Ferrominera Orinoco la mañana del jueves era previsible pues la tensión entre dos grupos sindicales se viene atizando desde el 2009. De la discusión en los portones se pasó a la huelga y luego a la criminalización de la protesta.

Rubén González estuvo preso durante un año sin la celebración de un juicio. Ese hecho produjo indignación en los trabajadores de Ciudad Piar.

El reencuentro de González después de su liberación con el secretario de organización Alfredo Spooner (otrora compañero de luchas) se produjo el 1 de abril en Ciudad Piar durante la celebración de un comité ejecutivo. Ambos, en aquella oportunidad, resaltaron el carácter cívico de la reunión.

La elección de la comisión electoral el jueves era -inevitablemente- la oportunidad de ambos grupos de medir fuerza política, y era el primer evento desde 2009, en donde las dos fracciones se encontraban con toda su gente, cara a cara.

La convocatoria de González a los ferromineros a vencer el miedo y romper el espiral de silencio generado desde su encarcelamiento, contrastaba con la planificación propagandística del grupo liderado por Spooner.

Los empleados de Piar, que acompañaron prácticamente solos a Rubén González durante casi dos años se trasladaron hasta Puerto Ordaz sin ánimos de dejarse amilanar.

Molestia creciente

Durante los últimos dos años ha habido un descontento encubierto. La ausencia de González le permitió a Alfredo Spooner capitalizar algunas victorias como el ingreso de cientos de trabajadores tercerizados, amortización de algunas deudas y acciones de manifestaciones para presionar el pago de las facturas vencidas por parte de Sidor.

Sin embargo, el discurso de la empresa y de la dirigencia del Movimiento 21 ha perdido fuerza paulatinamente.

Primero porque la politización del reclamo de Ciudad Piar generó un revés: la nulidad de un juicio luego de una sentencia, lo que significó una derrota de un sector del Gobierno que promovió la obstaculización de la justicia.

Segundo, el grueso de los beneficios económicos del contrato colectivo, firmado en 2009, no se ha cumplido aún después de su vencimiento.

Desde que el secretario general está en la calle la Fuerza Bolivariana de Trabajadores (FBT) ha buscado polarizar el debate, pero un amplio frente sindical oficialista ha lanzado severas críticas a la FBT, al gobernador del estado Bolívar y al canciller Nicolás Maduro.

La muerte de Renny Rojas, dirigente juvenil del PSUV, ha conmocionado a los ferromineros, a las filas del partido oficial, a la dirigencia sindical y a todos los trabajadores de Guayana.

Clima de impunidad

El hecho de sangre se produce a 22 días del primer hecho violento en CVG Bauxilum, donde el secretario general de Sutralúmina -José Luis Morocoima- resultó herido de bala y severamente golpeado.

Los dos sujetos señalados fueron acusados y puestos en libertad con una cautelar y régimen de presentación cada 15 días.

Tres días después, a escasos metros del portón de CVG Bauxilum, ocho trabajadores de la productora de alúmina fueron golpeados por personas ajenas a la planta presuntamente ligadas al sector construcción. A uno de los bauxiteros le quebraron la mandíbula. Por esos hechos no hubo ningún apresado.

Luego, el 24 de mayo, individuos armados ingresaron a la planta junto al presidente de CVG Venalum, Rada Gamluch. Fueron fotografiados y tampoco, hasta la fecha, hay sancionados.

Después se le incautó un arma con porte ilícito a Manuel Díaz, presidente de Sutrapuval. El dirigente denunció que grupos adversos le habían “sembrado” el armamento.

Situación similar se quiso reeditar en CVG Carbonorca sin éxito, y días después miembros de los consejos comunales acompañaron al presidente de CVG Alcasa, Elio Sayago, hasta el portón. Se presentó una trifulca y resultó lesionado el directivo de la estatal.

Investigación preliminar

El mismo jueves en la mañana fue detenido el secretario de finanzas de Sintraferrominera Héctor Maicán. Se espera que hoy sea presentado en el Tribunal Cuarto por su presunta participación en la balacera donde murió Renny Rojas y otros dos resultaron lesionados.

Se maneja que el Ministerio Público imputará al dirigente por el delito de homicidio calificado por motivos fútiles e innobles. Ayer se hizo la planimetría de rigor, necesaria para esclarecer la escena del crimen.

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