El Presidente Chávez y los trabajadores de Guayana

NOTAS LABORALES

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Entre los años 2000 al 2006 acompañé en Ciudad Guayana como asesor jurídico de los Sindicatos de Trabajadores de SIDOR, CVG BAUXILUM y EDELCA a los trabajadores de las llamadas empresas básicas de Guayana. Conservo un bello recuerdo de las luchas libradas por los siderúrgicos contra la TECHINT, dueña de la acería tras la privatización de 1997 ocurrida en el último año del Presidente Caldera, así como de los llamados accionistas clase B conformados por trabajadores y extrabajadores que compraron un paquete del veinte por ciento de las acciones de esa compañía anónima y pude ver la primera de las entregas de dividendos correspondientes a esas acciones.

Los sidoristas son pioneros en las luchas por la defensa de la integridad del salario con decisiones judiciales que ampliaron ese concepto, en la defensa de la vida y seguridad en el trabajo anticipándose en sus cláusulas a la ley de prevención de accidentes y enfermedades ocupacionales, el establecimiento de 2 años de duración de los convenios colectivos de trabajo y los aumentos salariales anuales y por mérito (meritocracia). Los argentinos quisieron barrer estas conquistas y tuvieron que enfrenar 3 huelgas que son parte de la historia laboral en Venezuela. La última de ellas desembocó en la reestatización de SIDOR.

Los trabajadores del sector del aluminio (VENALUM, BAUXILUM, CARBONORCA y ALCASA) mediante convención colectiva y procesos de arbitraje habían logrado superar el antiguo régimen de prestaciones sociales a razón de 10 salarios por cada mes, el pago de la inscripción y matriculas escolares en institutos privados, la cobertura de salud a través de pólizas de HCM.
En ambas ramas, del hierro y del aluminio, se les financiaba la adquisición de viviendas llevando a los trabajadores a un status de clase media.

Buena parte de estas conquistas han sido barridas por el gobierno del Presidente Chávez, disminuidas otras, pero lo más grave es haber destruido la práctica sindical democrática que se expresaba en la deliberación de los trabajadores en los portones. Mediante fuerzas de choque del llamado control obrero y la acción de sicarios reclutados en el sector de la construcción se ha cercenado la discusión, apaleando a opositores e incluso se ha llegado al asesinato como en el caso de Ferrominera del Orinoco.

Me consta el apoyo decidido de la mayoría laboral en Guayana a favor del Presidente Chávez especialmente ante el golpe de Estado del 2002, de los triunfos del chavismo en los procesos electorales presidenciales, de gobernación y alcaldías. Pero, el desacierto oficial ha sido tan grave que pese a la criminalización de la protesta evidenciada en el caso del sindicalista Rubén González y 5 procesos penales más en curso, el cansancio de los trabajadores y su protesta llegó a los propios oídos del Presidente reclamando que se discutan sus contratos colectivos.

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