Organizaciones comunitarias oficialistas boicotearon las elecciones de un consejo comunal en la Pastora
Por: prensa consejo comunal Madre Tierra
Contra viento y marea, el consejo comunal Madre Tierra se preparó durante meses para realizar, el día de hoy, domingo 3 de abril de 2022, a partir de la 9 de la mañana, la cuarta elección consecutiva, en diez años, de sus voceros y voceras, en la populosa parroquia La Pastora (Municipio Libertador, Distrito Capital).
Mediante una mesa de votación instalada en la esquina de San Fernando, en el casco central de esta abandonada zona patrimonial, los casi 600 electores del ámbito correspondiente a este consejo comunal tenían la posibilidad de legitimar, mediante su voto directo y secreto, las vocerías del equipo que estaría encargado de defender sus derechos y de ejecutar las decisiones tomadas en asamblea de ciudadanos, en un sector afectado por los pésimos servicios, el deterioro de la vialidad, la inseguridad y los crónicos problemas propios de la vida diaria de un país en crisis.
Sin embargo, las incesantes maniobras del CLAP del sector y del estado mayor parroquial por sabotear estas elecciones, en obediencia con los lineamientos del partido de gobierno, no permitieron que las mismas llegaran a feliz término. Una de las voceras del estado mayor, por ejemplo, llamó por teléfono a una de las organizadoras de las elecciones en el transcurso de la mañana para « ordenarle » que retirara la mesa de votación, pues eso era « ilegal » ya que un supuesto consejo comunal se había conformado en ese sector un año atrás.
Fue tanto el chantaje ejercido sobre la población, la intimidación y las amenazas centradas en una posible prohibición de entregar la caja CLAP, que la mesa de votación del consejo comunal permaneció despoblada durante toda la jornada.
Esto tiene una explicación muy sencilla: el CLAP y el estado mayor parroquial, emanaciones del partido de gobierno, adversan cualquier intento de organización autónoma y espontánea de la comunidad, lo que explica su persistente insistencia en impedir cualquier intento de los habitantes de la comunidad por actualizar su figura organizativa, única garantía para seguir luchando por sus derechos colectivos.
La defensa de estos derechos es precisamente lo que hizo el consejo comunal Madre Tierra durante los últimos diez años a través de acciones permanentes, como la eliminación de basureros, el mejoramiento de la vialidad, la realización de operativos junto con la CANTV, la emisión de cientos de cartas de residencia, de constancias de buena conducta, de permisos de viaje y de salvoconductos, la atención de decenas de casos sociales, la instalación de mercados populares, la organización de sancochos comunitarios, la realización de incalculables actividades culturales, deportivas y recreativas, la articulación con los demás sectores y organizaciones de la parroquia, los reclamos por servicios deficientes, y todo cuanto vaya en beneficio de la comunidad.
Queda, pues, anulado el consejo comunal Madre Tierra, fruto de los ataques permanentes de las autoridades locales. Pero no queda anulada la capacidad de resistencia dentro del sector. Mientras persistan las injusticias y el abuso de poder, se mantendrá viva la resistencia.