Gobierno se desentiende de deuda de Ternium con trabajadores sidoristas

El diario El Mundo informa en su edición de hoy miércoles 24 de junio que el ministro de Industrias Básicas y Minería, Rodolfo Sanz, llamó a los trabajadores de Sidor –ahora Siderúrgica Alfredo Maneiro- a exigir a Ternium el pago de la deuda de 1.800 millones de dólares que esa transnacional tiene pendiente con 4500 trabajadores.

El diario El Mundo informa en su edición de hoy miércoles 24 de junio que el ministro de Industrias Básicas y Minería, Rodolfo Sanz, llamó a los trabajadores de Sidor –ahora Siderúrgica Alfredo Maneiro- a exigir a Ternium el pago de la deuda de 1.800 millones de dólares que esa transnacional tiene pendiente con 4500 trabajadores.

Según el mencionado diario, el ministro habría afirmado que: “Si hay pasivos que responda Ternium por sus pasivos. Las deudas de la empresa las asume esa empresa. Ternium sigue existiendo como empresa, ese no es un problema del Estado venezolano, ellos tendrán que responder”.

Como es sabido por la opinión pública, los trabajadores de Sidor le pidieron al Estado, antes de se concretara la compra-venta de Sidor, que el gobierno retuviera la deuda que la transnacional argentina tiene con estos desde 1999. Sin embargo, esto no se hizo.

Resulta realmente insólito que un gobierno que se autodenomina “obrerista” y que dice estar construyendo un “Estado socialista”, se desentienda olímpicamente de la deuda que una transnacional, en este caso Ternium, mantiene desde hace una década con más de 4000 trabajadores venezolanos. Queda claro que al gobierno del presidente Chávez sólo le importó la mera operación mercantil con los capitalistas argentinos, para terminar pagando un astrónomico precio a unos empresarios que habían obtenido jugosas ganancias a los largo de 12 años de operación de Sidor. Es decir, se limitaron a la operación meramente capitalista de adquirir la empresa.

El gobierno conocía muy bien la existencia de los pasivos con los trabajadores. Los mismos afectados lo habían planteado. Sin embargo, el gobierno no fue capaz de obligar a la transnacional a pagar sus deudas con los trabajadores antes de finiquitar la venta de Sidor. Ahora el gobierno se lava las manos y manda a los trabajadores a que le exijan a Ternium el pago de la deuda. Precisamente a una empresa que ya no está operando en el país.

Esto deja en claro el carácter de estas compras mi millonarias que el gobierno se ufana en presentar como avances al socialismo. “Nacionalizaciones” chucutas, en las que el Estado se desentiende de los pasivos que arrastran las empresas; en las que simplemente se compran activos a precios de mercado, y donde los trabajadores no tendrán ninguna injerencia en la administración de las empresas, quedando como las guayaberas: “por fuera”.

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