Historia Invisible: La Detererminación

Un hecho curioso en la historia de emancipación, ocurrió justo para estos días, el 20 de noviembre de 1820, por los lados de Trujillo. Eran los momentos previos al armisticio, aunque la guerra continuaba su curso demoledor. Ambos contrincantes se encuentran cansados de la larga cruenta y paranoica guerra.

Un hecho curioso en la historia de emancipación, ocurrió justo para estos días, el 20 de noviembre de 1820, por los lados de Trujillo. Eran los momentos previos al armisticio, aunque la guerra continuaba su curso demoledor. Ambos contrincantes se encuentran cansados de la larga cruenta y paranoica guerra.

Se encontraba el ejército patriota en pleno avance desde Nueva Granada, ahora Colombia, estamos a un año de Boyacá. El territorio granadino estaba liberado, ahora se iba por Venezuela. El avance tenía la particularidad de que no podían dar un combate con pólvora puesto que no la tenían para más de cuatro horas, como tampoco ofrecerle al enemigo capacidad de ofensiva con nuestra atorrante descubierta.

Ese día después de azuzar a las avanzadas realistas, la caballería se topó con el bloque de toda la vanguardia, que de inmediato empezó su persecución. Los meandros y accidentes del río Carache permitían a los llaneros volver caras y acometer las filas realistas, que nunca podían ofrecer un frente no más de cinco caballos. La vanguardia enemiga casualmente estaba mandada ese día personalmente por Pablo Morillo, su comandante en jefe. Por tres ocasiones embistieron aprovechando las gargantas estrechas del río compañero. En la última de ella los tiros de carabina tumbaron un corcel, no pudiendo hacer nada la camaradería llanera fugitiva. El jinete desfavorecido por los tiros se apostó tras el cadáver de su penco y desde allí pudo embestir y matar a dos atacantes que venían por él.

El general español al escuchar el escándalo de los jinetes pidiendo para sí al atrevido, se acercó y al ver LA DETERMINACIÓN del cautivo de entregar cara su vida, gritó a los húsares que no le hicieran daño. Los reprendió por su falta de valor al no aceptar la superioridad restregada y temible del caído, aún amenazante con su lanza rota. El llanero en cuestión no fue otro que el Tte. Cnel. Julián Mellados, que venía desde las filas de Zaraza, reconocido en la victoria en Las Queseras, ahora de instrumento reprendedor para el mismo enemigo. Los informes realistas recuerdan que de lo resuelto parecía más a un león el lancero de La Guardia. Morillo detuvo la ejecución y ordenó que se le brindara hospital, hospedaje y hasta dinero le dará por la cabalgadura perdida… y para escarmiento de los suyos.

El 26 de noviembre siguiente, Morillo devolverá al valiente, sorprendiendo a los patriotas que lo creían muerto. En retribución, el jefe patriota regresará a cinco oficiales del Barbastro, recientemente derrotados en Mérida. El Libertador comentará entre los suyos que LA DETERMINACIÓN de Mellados había sembrado un respeto hacia el ejército libertador de parte de los expedicionarios españoles, quienes en adelante quitarán el tupé de terroristas, renegados y delincuentes con que hasta ahora los había enjuiciado. El hecho acariciará la realización de la campaña de Carabobo a principios del año entrante, 1821.

No es el único ejemplo que les tengo que hable de LA DETERMINACIÓN de acero que aquí se tenía por ser libres a toda costa. Este otro ejemplo lo exhibe la escuadra corsaria de margariteños, que para los años de 1819 al 21 se la había encargado de vigilar los confines de ultramar puesto que los españoles tenían el propósito de enviar una fuerza superior que la que estaba comandada por Morillo. La escuadra o flotilla de aquellos impertérritos en su osadía había atravesado el océano Atlántico y llegado hasta las narices del mismo imperio español, al frente de las costas de Cádiz, y en sus andanzas se hicieron de seis buques. Pues bien, para los días del armisticio, entre la alta oficialidad republicana existía la dificultad de que no les podía hacer llegar estas nuevas a la flota en alta mar, por cierto, nuevas de las que los corsarios margariteños no aceptarían fácilmente. Bolívar, Sucre y (Gabriel) Pérez, los que suscribieron el pacto de paz por el lado «colombiano» tuvieron que hacerse los «suecos», dado que Morillo no estaba al tanto aún de la escuadra de espartanos… y así lo dejaron, nadie iba a salir a avisar a los margariteños de ultramar que la guerra había sido detenida por seis meses, y fue después que llegaran los bizarros marinos que se enteraron en tierra firme sobre las aventuras en los confines atlánticos y los botines arrebatados, al ver aumentada la flota republicana con los buques pescados.

Estas no son elecciones que la definen nuestra apreciación o juicio sobre el(la) candidato(a). Tampoco es que nos creamos que cada gobernador reelecto continuará laborando como hasta ahora. O porque solamente él hará lo que se proponga y yo estaré vigilante. Tampoco es así la cosa. No señor. Esta vez es la primera donde SOMOS LOS GOBERNADORES Y LOS ALCALDES, el nominado es nuestro(a) nominado(a) vendría a ser nuestro secretario y facilitador de nuestros propósitos. Como también, el presidente, nuestro par que espera eficacia de nuestro lado. Es la primera vez que esto se manifiesta como DEMO-CRACIA.

El que va por un cargo, gobernador, alcalde o legislador municipal VA A HACER lo que yo, pueblo, organizado en los distintos factores que hacen posible mi superación como ciudadano, va a proponer; las emergencias de las que el elegido por mi (pueblo) vaya a realizar. Y si es por el lado de los reelegidos, revisar lo que él viene trayendo y cotejarlo con lo que es más urgente, que en adelante se hará la coyuntura que articulemos él como ejecutivo (del pueblo) y yo como pueblo organizado que gobierna. Eso será lo que vayamos a poner en acción. A todo esto se le suma, la acción que se propone el alto gobierno para la entidad donde resido y me desenvuelvo, más la acción de mi comunidad, su coyuntura con el futuro de la nación.

Pero esto es cáscara. El contenido personal debe estar claro y profundamente DETERMINADO a que es una manera de percibir que existe y está en agonía por su desahuciada codicia, la que está en proceso de ser eliminada, o por lo menos, la oportunidad de que ello sea posible, y de paso, con la protagonización de mi parte, camino por abrir, lo más emocionante del descubrimiento. Que la fórmula del voto es una llave para elevar como nunca su aquilatamiento. La imagen Chávez ha sido tan estimulante que ni el efecto Bradley le hizo mella al triunfo de Obama, y si el pueblo estadounidense se pone las pilas, podría ser uno de los mejores activistas contralores por el cual estará al tanto cómo es que manejan sus anhelos los hilos del poder, puesto que el recién elegido no será sino ficha para sostener el poder de los magnates, SUS empleadores.

La paz no es sino anhelo de la humanidad, pero tesoro tras el nudo en la garganta, la peor de las murallas, la que discrimina y elige lo que tengas cultivado, a veces tu propia madre la desdeñarás porque es una raya tenerla a tu lado, o tu empleado que medirá lo que gana de tus manos. La paz es lo que nos jugamos. Derecho de la tierra que pisas, tu paridora y tu cobijo de larvas. ¿A qué tanta presunción?

Sin dudas que estos son días de cacería de derechos. En esa estamos. Que salgan mal después las cosas no es responsabilidad de un hombre, es como morirte de hambre con los platos de comida al frente y la culpa la tenga el cocinero. Habrase visto mayor surrealismo… y sin embargo.

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