La continuidad de la crisis económica venezolana en el 2019 en datos

Por Víctor Jimenez Pugliese

Desde agosto de 2018, el gobierno de Nicolás Maduro aplica un intento de ajuste macroeconómico denominado Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica que ha implicado varias medidas como la constante megadevaluación del tipo de cambio oficial al fijarlo al ritmo de la enorme depreciación del tipo de cambio de mercado, la eliminación del control de precios y la exoneración del pago de las tasas arancelarias a los empresarios importadores; que han estimulado la dolarización de una parte significativa de las transacciones comerciales, el ingreso de dólares provenientes de las remesas y negocios ilegales, el incremento de las importaciones, y el establecimiento de tiendas (bodegones y electrodomésticos) y franquicias (cocadas y heladerías) destinadas a los sectores sociales que tienen ingresos en divisas. Esto ha creado una percepción de elevación del consumo en el 2019 y una falsa matriz comunicacional estatal y empresarial que habla de una supuesta recuperación de la economía del país.

No obstante, en realidad, el 2019, se caracterizó por la continuación de la profunda crisis económica que padece el país desde hace más de 6 años, aumento en la migración de la clase trabajadora venezolana, una mayor destrucción del salario y de los beneficios laborales, el deterioro de los servicios públicos, sanciones petroleras por parte del gobierno injerencista de los Estados Unidos y medidas económicas por parte del gabinete de Nicolás Maduro que han venido a contribuir a una mayor profundización de la crisis.

Mientras más cambian las cosas más siguen igual

Inicialmente, Nicolás Maduro a comienzo de año anunció medidas como el aumento del salario mínimo, el cual lo igualó a medio petro cuyo valor fue ajustado en Bs. 36.000. En todo el 2019 se realizaron tres aumentos del salario mínimo, a diferencia de los seis del 2018. Eso fue un modo de profundizar el deterioro del salario real en el 2019, al realizar menos aumentos del salario nominal y permitir que la inflación cotidianamente recortara su capacidad de compra. El 14 de enero de 2019 el salario mínimo lo aumentaron a Bs. 18.000 con un bono de alimentación de Bs. 1.800. El 1 de mayo paso a Bs. 40.000, con un bono de alimentación de Bs. 25.000, y en octubre a Bs. 150.000, con un bono de alimentación de Bs. 150.000. No obstante, según el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDA) en el mes de enero el salario mínimo tenía un déficit del 95% (Bs. 342.115,77) en la adquisición de la canasta alimentaria y en el mes de octubre era del 96,5% (Bs. 4.102.899,53). La variación acumulada en el costo de la canasta alimentaria desde enero a octubre fue del 3.948,7% y del salario mínimo oficial incluyendo bono de alimentación de solo 1515%.

También, se tomaron políticas monetarias contractivas como el aumento del encaje legal ordinario en 57% y el encaje marginal en 100% de la banca nacional, una medida que evitaría que se destinen bolívares a la compra de divisas en el mercado paralelo y aumenten su precio. Asimismo el Banco Central de Venezuela (BCV) inyectó euros en la banca comercial. Pero, durante todo el año, el dólar no oficial mostró una tendencia al alza al igual que el dólar oficial, que en el mes de julio se encontraba en 10.731,11 bolívares y pasó en septiembre a Bs. 20.746,39, ya en diciembre se encontraba en Bs. 46.366,58.

Por otra parte, en el mes de enero se anunció la venta del 15 por ciento de la producción total de Petróleo de Venezuela (PDVSA) y de las empresas básicas en petros, y promesas de recuperación petrolera. Mientras que en el mes de noviembre la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) decidió exonerar de impuestos a la empresa rusa Rosneft que participa en la Faja Petrolífera del Orinoco. Sin embargo, la producción petrolera en el país continuó en niveles mínimos históricos, demostrando la dependencia que ha mantenido el chavismo de las transnacionales estadounidenses instaladas en el país y del mercado petrolero de EEUU. Según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en enero de 2019 el bombeo de crudo se ubicaba en 1.150.000 barriles diarios (b/d), en mayo fue de 741.000 b/d, en octubre llego a 687.000 b/d. En el 2018 se encontraba en 1.354.000 b/d.

Las sanciones petroleras de Donald Trump

A inicios de año el gobierno de Donald Trump anunció el congelamiento de los activos de PDVSA en EEUU, el entonces consejero de Seguridad Nacional, John Bolton indicó que con esta medida se bloquearían cerca de 7,000 millones de dólares en activos y unos 11,000 millones por exportaciones perdidas. Asimismo en el mes de abril anunciaron el embargo de todos los activos del Estado venezolano en suelo estadounidense y la prohibición del establecimiento de negocios con instituciones estatales y funcionarios venezolanos.

Mientras la oposición tradicional de Juan Guaidó y la Asamblea Nacional anunciaba esta medida como positiva, se afectaba la principal actividad económica del país: la petrolera, que según el BCV es fuente del 96% de los ingresos en el país y que ya tenía varios años en declive por las políticas petroleras del chavismo, entre ellas: la liquidación de sus exportaciones petroleras en un tipo de cambio sobrevaluado, la corrupción administrativa, la persecución política de técnicos y obreros calificados, los créditos atados con China pagados con la exportación de petróleo, la prioridad absoluta del pago de la deuda externa, la contracción unilateral de las importaciones y el gigantesco subsidio de la gasolina en el mercado interno. Igualmente, los ingresos de CITGO y el dinero embargado eran utilizados para el pago de deudas odiosas contraídas durante el mandato de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

La migración venezolana

Si algo refleja la severa crisis que padece el país, es el desplazamiento de millones de venezolanos en búsqueda de una mejor condición de vida y un salario que le permita reproducir sus condiciones materiales de existencia. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), para el mes de noviembre de 2019 la suma de migrantes, refugiados y solicitantes de asilo es más de 4,6 millones de venezolanos. Más de 650.000 son solicitantes de asilo en el mundo y 2 millones viven de forma ilegal en las Américas. Los principales países en donde se encuentran migrantes venezolanos son Colombia con 1.600.000; Perú 860.000; Ecuador 385.000; Chile 370.000; Estados Unidos de América con 350.000.

Los datos del Banco Central de Venezuela

Los datos publicados por el Banco Central de Venezuela evidencian la continuación de la destrucción del aparato productivo durante el 2019. En el primer trimestre el PIB se desplomó 26,8% con un acumulado de más del 60% entre los años 2013-2019. En el sector construcción se refleja la mayor contracción descendiendo un 74,1%; siguiendo el sector comercial con un 39,2%; manufactura 56,3%; instituciones financieras y seguros 55,6%; minería 35,7%; transporte y almacenamiento 28,2%; servicios del gobierno en general 23,2%; actividad petrolera 19,1%; electricidad y agua 16,1%; servicios inmobiliarios 13,2%; y comunicaciones 12,1%.

Asimismo la inflación, en el mes de julio se ubicó en 19,4%; en agosto 34,6%; mientras que en el mes de septiembre se encontraba en 52,2%. La inflación acumulada desde enero hasta septiembre fue de 4.679,5%. Ni la contracción de la capacidad de compra de los salarios de la clase trabajadora venezolana, ni el ingreso de mercancías importadas por la exoneración del pago de las tasas arancelarias, han logrado acabar o reducir la inflación en el país. Esto porque la producción en el país sigue decreciendo, y eso demuestra que los empresarios tradicionales y emergentes solo invierten en sus industrias cuando el Estado les garantiza con ingreso petrolero sus insumos productivos y sus ganancias.

Por último, las importaciones en el primer trimestre de 2019 fueron de 2.947 millones de dólares, mientras que en el mismo período en 2018 se ubicaron en 3.429 millones de dólares, un descenso de 14,05%. Entre el primer trimestre del 2013 y el 2019, las importaciones cayeron un 81,15%; las no petroleras un 87,78% y las petroleras 57,41%. Las exportaciones petroleras disminuyeron un 17,08% entre el primer trimestre del 2018-2019. En pocas palabras, en 2019, la recuperación económica es solo retórica y una simple percepción, y en caso que ocurra en el futuro va a depender de la elevación de los niveles de extracción de petróleo, de la producción en el país y de la capacidad de compra de los salarios de la clase trabajadora venezolana.

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