La situación en la Universidad Politécnica Territorial del estado Aragua cada día se hace más insoportable
Por Antonio Espinoza*
Los trabajadores y trabajadoras, junto a nuestros familiares, padecemos una de las más pavorosas crisis conocida en el país. Millones de trabajadores tenemos condiciones de vida paupérrimas. Es insoportable para las miles de familias vivir con el salario de hambre que impone el gobierno, pues aniquila la capacidad de compra y la calidad de vida que deberíamos tener.
En ese marco de profunda crisis económica, política y social, que nos conduce al desconsuelo, es que centenares de trabajadores de la Upta, al igual que la inmensa mayoría de trabajadores universitarios del país, estamos sufriendo la peor pesadilla. Nuestra capacidad de respuesta en las actuales circunstancias está destruida para enfrentar la política de ajuste económico que implementa el gobierno nacional contra el conjunto de trabajadores.
Con ese dantesco y catastrófico escenario, las autoridades de la Upta también implementan mecanismos de terror y amedrentamiento para contribuir con esa política del gobierno. Levantan sanciones contra los trabajadores de manera ilegal suspendiendo sueldos de manera arbitraria, implementando procedimientos administrativos viciados, horarios de trabajo que no se justifican en las actuales condiciones del país en las que los servicios de luz, agua, transporte, están por el suelo y cada día colapsan más, quieren obligar a los trabajadores a cumplir horarios de trabajo en espacios sin condiciones laborales. Con autoridades, que tienen más de 15 años en los cargos en condiciones de ilegitimidad e ilegalidad que muestran las costuras de la más ramplona conducta antidemocrática.
Las condiciones laborales no son las mas favorables para desempeñar nuestras funciones. La situación de los salarios conspira abiertamente para que nuestra paciencia se vaya colmando y la desidia de las autoridades junto a su política de terror nos obligan a consultar a todos los trabajadores (obreros, empleados y profesores) sobre estos asuntos, y plantearles que comencemos un profundo proceso de reflexión que sirva para generar una conciencia de cambio en cada uno de nosotros, que nos conduzca a fortalecer los principios de la solidaridad de clase, consolidar un espíritu de cuerpo clasista en contra de estos atropellos y desmanes gubernamentales y patronales que se implementan contra la clase trabajadora.
Es menester apelar a la conciencia colectiva y a la sabia experiencia de los trabajadores para organizarnos desde nuestros espacios naturales, a través de las asambleas de trabajadores. Que le exijamos a los dirigentes sindicales se pongan a la altura de los acontecimientos y asuman la vanguardia de las tareas organizativas locales, sectoriales, regionales y nacionales con el fin de enfrentar de manera unitaria esta política criminal del gobierno contra los trabajadores.
Si bien las condiciones son cada día mas complejas y difíciles, ellas no deben doblegarnos. Es hora de ir preparando las condiciones orgánicas para enfrentamientos en mejores escenarios.
Son tiempos de trabajar de manera unitaria, sistemática y de mucha confianza en nuestras propias fuerzas para desarrollar el músculo necesario en todo el sector. Buscar a los iguales para acordarnos en cosas mínimas como:
–Luchar por salario igual al costo de la canasta básica indexado mensualmente
–Respeto a las convenciones colectivas y nuestros sindicatos
–Rechazo a las políticas restrictivas que se implementan con el Memorándum 2792 y a las tablas salariales impuestas de manera inconsulta.
Con este mínimo de elementos programáticos consideramos que es posible intentar mecanismos de acercamiento a todos los niveles con los diversos sindicatos. En tal sentido, los dirigentes sindicales tienen la palabra para empezar el proceso de consulta, acciones y propuestas en conjunto con las asambleas de trabajadores y delinear un plan de trabajo que considere las propuestas antes señaladas.
*Militante del PSL y C-cura