La tensión se incrementa en Guadalupe tras cuatro semanas de huelga general

Tras cuatro semanas en huelga, la tensión aumenta en la colonia francesa de Guadalupe, en las Antillas. La movilización denuncia la carestía de la vida y el control de la economía de la isla por parte de la minoría blanca francesa. París no quiere entrar al fondo de la cuestión.

La tensión se incrementa en Guadalupe tras cuatro semanas de huelga general contra la carestía de la vida, mientras que las negociaciones se encuentran paralizadas y el Gobierno francés ha prometido que hará «respetar el Estado de Derecho».

Tras cuatro semanas en huelga, la tensión aumenta en la colonia francesa de Guadalupe, en las Antillas. La movilización denuncia la carestía de la vida y el control de la economía de la isla por parte de la minoría blanca francesa. París no quiere entrar al fondo de la cuestión.

La tensión se incrementa en Guadalupe tras cuatro semanas de huelga general contra la carestía de la vida, mientras que las negociaciones se encuentran paralizadas y el Gobierno francés ha prometido que hará «respetar el Estado de Derecho».

La secretaria de Estado francesa para los Derechos Humanos, Rama Yade, admitió el domingo en París que existe «un profundo malestar debido a un problema de reparto de la riqueza que exacerba las tensiones» hacia la minoría blanca. Yade aseguró que el Gobierno francés «se ocupará de todos los problemas de Ultramar».

En Guadalupe, donde están a punto de cumplir un mes de huelga general, se manifestaron el sábado 50.000 personas para denunciar la represión y el control de la economía por parte de la minoría blanca.

«Guadalupe es nuestra, no de ellos», corearon dirigiéndose a los bekés, los descendientes de los colonos esclavistas que, como en Martinica, la otra colonia francesa en las Antillas, controlan la economía local.

«Visto el número de gendarmes que han llegado a Guadalupe armados hasta los dientes, el Estado francés ha optado por su vía natural: la de matar a los guadalupeños», denunció Elie Domota, portavoz del Colectivo Contra la Explotación (LKP), que ha impulsado las movilizaciones.

La manifestación del sábado se produje en Le Moule, una pequeña localidad costera que fue el escenario de la represión sangrienta que padecieron los trabajadores de la caña guadalupeños en 1952.

La diputada de Guayana Christiane Taubira (PRG, centroizquierda) tomó parte en la manifestación para «denunciar un sistema que impulsa el apartheid social, en el que una casta mantiene el poder económico y abusa de él», declaró al diario «Journal du Dimanche».

Guadalupe está paralizada desde el 20 de enero. El movimiento de protesta se ha extendido a Martinica y ha comenzado a tomar cuerpo en Reunión (colonia francesa en el Índico), donde una delegación del PS calificó ayer la situación de «muy crítica». El pulso se endurece, a pesar del llamamiento de electos locales del PS a la calma.

Las negociaciones que el secretario de Estado de Ultramar, Yves Jégo, está llevando a cabo en Guadalupe fracasaron debido al rechazo de París a asegurar un incremento de 200 euros a los salarios más bajos y una reducción de los precios de los productos de primera necesidad. El Gobierno respondió que esta cuestión debe ser tratada por los agentes sociales.

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Disturbios complican huelga en islas francesas del Caribe

17 de Febrero de 2009, 12:12am ET

FORT-DE-FRANCE, Martinica (AP) – La huelga, que ha trastornado la vida cotidiana en las islas de Francia en el Caribe, estalló en enfrentamientos el lunes, cuando la policía se enfrentó a manifestantes indignados por la carestía y molestos porque una minoría blanca posee playas privilegiadas.

La policía detuvo a unas 50 personas que le lanzaron piedras mientras trataba de retirar una barricada en una calle de la isla Guadalupe, informó Nicolas Desforges, un alto funcionario del gobierno de la isla.

Los huelguistas fueron repelidos con gas lacrimógeno y varios dirigentes, entre ellos el líder Alex Lollia, resultaron lesionados en la gresca, informó el partido izquierdista NPA de Francia en una declaración.

El líder del grupo LKP Collective que organizó la huelga de Guadalupe advirtió que era posible una agravamiento de la situación.

«Si alguien hiere a un miembro del LKP o a un huelguista en Guadalupe, habrá muertes», afirmó Elie Domota el sábado en una entrevista por televisión.

En la isla contigua de Martinica, 160 kilómetros, al sur de Guadalupe, la policía dijo que unos 10.000 manifestantes participaron en marchas por las estrechas calles de la capital en protesta por los precios de los alimentos y para denunciar a la elite empresarial.

Las oficinas del gobierno, escuelas, bancos y establecimientos comerciales han estado cerradas en la mayor parte de los últimos 12 días en que los isleños han exigido una reducción de los precios y un alza de salarios. La paralización de la actividad en Guadalupe comenzó a finales de enero.

El ministro del departamento de ultramar de Francia, Yves Jego, advirtió que la huelga llevará a despidos, y el primer ministro Francois Fillon dijo a los periodistas que las barricadas «no formaban parte del legal medio de expresión».

El aeropuerto de Point-a-Pitre, Guadalupe, fue cerrado, informó American Airlines, que canceló sus vuelos a la isla, dejando estancadas a una 15 personas en San Juan, Puerto Rico.

Hileras de automóviles esperaban en las estaciones de venta de gasolina en Martinica.

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Los periodistas de Associated Press Jenny Barchfield en París y Andrew Selsky y David McFadden en San Juan, Puerto Rico, contribuyeron en la información.

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Francia: crisis antillana podría prender en la Reunión y alcanzar metrópoli

13 de Febrero de 2009, 10:31am ET
FORT-DE-FRANCE, Francia, 13 Feb 2009 (AFP) –

La crisis social en las islas francesas antillanas de Martinica y Guadalupe, donde las negociaciones están paralizadas, podría prender en la isla de la Reunión (Océano Indico), mientras en París surgían temores de que el movimiento se extienda a la metrópoli.

Un colectivo de organizaciones sindicales, políticas y asociativas llamó el jueves en la noche en la Reunión a una jornada de huelga general y de manifestacions para el 5 de marzo, con reivindicaciones contra la «carestía» de vida muy semejantes a las de Guadalupe y Martinica.

Las reivindicaciones en esta isla de 750.000 habitantes son también una baja de un 20% de los precios de los productos de primera necesidad y una reducción de 5 euros en el precio de la bombona de gas.

El llamado formulado en La Reunión acentuó los temores del gobierno francés de que la huelga general se extienda, cuando ésta cumple tres semanas en Guadalupe y entra en su segunda semana en la otra isla antillana francesa de Martinica.

Las principales reivindicaciones comunes se refieren a aumentos de salarios y a una concesión del gobierno en este sentido, lo que podría dar argumentos a los sindicatos de la metrópoli que se reúnen el 18 de febrero con el presidente Nicolas Sarkozy.

El mandatario francés anunció este viernes ante el consejo de ministros la organización «sin tardar» de un Consejo interministerial de Ultramar. «Esta crisis social en las Antillas debe llamar colectivamente nuestra atención (…) estimó el mandatario.

Esta velada inquietud del gobierno fue explicitada en París por la líder del Partido Socialista, Martine Aubry y por Fuerza Obrera (FO), una de las tres mayores federaciones sindicales.

«Temo efectivamente que el sentimiento de fastidio de los guadalupeanos y martiniqueses de extienda aquí», estimó Martine Aubry en declaraciones al cotidiano francés Le Parisien.

De su lado, en un comunicado, la federación Fuerza Obrera se declaró «cada vez más inquieta» por la situación en los departamentos de ultramar, «en particular en Guadalupe y Martinica», instando al gobierno a dar soluciones «antes de que se extienda a la totalidad de Ultramar».

«Los anuncios hechos en la Reunión y lo que podría ocurrir en Guyana no pueden dejar indiferente al gobierno», insistió FO.

El jueves en la noche, en Guadalupe, donde comenzó el movimiento el 20 de enero, los líderes del Colectivo LKP suspendieron las negociaciones ante la negativa del gobierno de financiar un aumento de 200 euros para los bajos salarios.

En Martinica, las negociaciones debían reanudarse este viernes, principalmente sobre 39 proposiciones hechas por el secretario de Estado para Ultramar, Yves Jégo, que este mismo día viajó de vuelta a París.

De todas maneras, en las dos islas antillanas, la casi totalidad de los servicios públicos estaban paralizados y en Guadalupe, el movimiento se agudizó con la incorporación a la huelga del personal encargado del abastecimiento de combustible en el aeropuerto internacional de Pointe à Pitre.

En Martinica, al conflicto por las cuestiones sociales y económicas se agregó una polémica provocada por declaraciones de un empresario «beké» (blanco descendiente de colonos y esclavistas) que afirmó ante una cadena de televisión «querer preservar su raza».

Los «bekés», que dirigen las grandes cadenas de distribución, aparecen para muchos como los responsables directos de la carestía. Los más virulentos los acusan incluso de «genocidio por sustitución» por hacer venir a los ejecutivos de la metrópoli, en un momento en que el desempleo alcanza en la isla un 22%.

*Tomado de www.uit-ci.org

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