Libia: Un triunfo con hipoteca

Desmoronamiento del régimen de Gadafi

1. La formidable movilización que empieza en Libia el día 15 de febrero es la continuación de lo que empezó en Túnez, continuó en Egipto y se extendió a todos los países de la zona norte de África y Oriente próximo. Una revolución en la que se combinan aspectos democráticos, económicos y antiimperialistas: todos los regimenes de la zona son dictatoriales, no existen libertades democráticas, la población vive en lamiseria mientras los dictadores viven en la abundancia por el saqueo imperialista de sus riquezas nacionales, todos los dictadores son los aliados de las potencias occidentales. Es el status quo de después de la independencia de las colonias y es lo que defiende el imperialismo hasta el comienzo de las revueltas. Si hubiera sido por el imperialismo no se hubiera modificado ni un ápice la situación, tampoco en Libia.

Desmoronamiento del régimen de Gadafi

1. La formidable movilización que empieza en Libia el día 15 de febrero es la continuación de lo que empezó en Túnez, continuó en Egipto y se extendió a todos los países de la zona norte de África y Oriente próximo. Una revolución en la que se combinan aspectos democráticos, económicos y antiimperialistas: todos los regimenes de la zona son dictatoriales, no existen libertades democráticas, la población vive en lamiseria mientras los dictadores viven en la abundancia por el saqueo imperialista de sus riquezas nacionales, todos los dictadores son los aliados de las potencias occidentales. Es el status quo de después de la independencia de las colonias y es lo que defiende el imperialismo hasta el comienzo de las revueltas. Si hubiera sido por el imperialismo no se hubiera modificado ni un ápice la situación, tampoco en Libia.

2. La diferencia en Libia es que Gadafi reprime brutalmente y eso provoca la revuelta en Benghazi donde se fractura el ejército y el aparato represor del régimen. La milicia rebelde se crea al principio del levantamiento, se arma asaltando comisarías y cuarteles y con las armas que entregan los militares que se adhieren al levantamiento. Por ese entonces, el imperialismo no arma a la revolución, sino que calla, dando tiempo a Gadafi a aplastar el movimiento. Mientras, los jóvenes se organizan en barrios y ciudades sin un mando central único ni militar ni político, y Gadafi no consigue controlar la situación: empiezan las declaraciones del imperialismo nada nítidas, después la condena y por ultimo pasa a la ofensiva contra Gadafi. La OTAN tarda un mes en reaccionar militarmente. Gadafi empezó a disparar fuego real el 15/2; la toma de Benghazi es el 21 y el inicio de la recuperación es el 9/3; el 17 es la resolución de la o­nU y el 19 empieza la intervención: hasta aquí había ya más de 5.000 muertos.

Gadafi no solo es el socio de los imperialistas en Libia. En el terreno político colaboró con los EEUU en la guerra antiterrorista contra Al Qaeda, con Inglaterra dando los nombres de los irlandeses que se entrenaron en Libia, entregó opositores tunecinos a Ben Ali, fue cómplice de la UE en su política migratoria contra los emigrantes africanos, los centros de detención libios financiados por Berlusconi fueron campos de concentración donde se detuvo a miles de africanos. En el terreno económico ha permitido la entrada de las grandes compañías petroleras y de construcción, imponiendo una política de privatizaciones que hubiese llegado al 100% de la economía Libia -según palabras de su hijo-. Fue socio de dictadores como Ben Ali al que apoyó, llamando públicamente a no echarle y armó a las milicias del RCD (1), el partido de Ben Alí que causaron el pánico y la muerte en Túnez después de la caída del tirano.

3. La intervención de la o­nU-OTAN, tiene el objetivo de frenar el ascenso revolucionario que se vive en el norte de África y Oriente próximo, cuando han caído dos colaboradores (Ben Ali y Mubarak) y está en peligro el tercero (Gadafi). Es una decisión de conjunto pues la intervención es apenas 4 días después de la de Arabia Saudí en Bahrein. Evidentemente, el imperialismo quiere defender sus intereses económicos y políticos, que tiene asegurados con Gadafi, Asad o cualquier títere imperialista en la zona. Pero el imperialismo siempre conspira, en Libia o en el estado español, y elabora nuevas políticas. Cuando es ya insostenible Gadafi, lo deja de apoyar, se desmarca y lo deja de lado. Gadafi es un estorbo para acabar con la situación revolucionaria en la zona: aunque ganara la guerra hubiese sido el dictador más odiado y el mayor foco de inestabilidad junto a Palestina-Israel. El imperialismo da un golpe, aquí estoy yo, cambio de táctica e intervengo para imponer mi criterio político en la zona. No es una intervención humanitaria ni democrática, es una intervención política y como tal la denunciamos. Esta intervención política consiste en canalizar las revoluciones dándoles un contenido de reforma democrática tutelada. Que se vaya el perro pero no la rabia. Su cómplice es el CNT (2)y como tal lo denunciamos también. La posición que planteó que la salida revolucionaria a la dictadura de Gadafi era la intervención militar es reaccionaria. Estamos con la pancarta que o­ndeaba en Bengazi: «No a la intervención extranjera. El pueblo libio puede manejarse solo»

Cameron, Sarkozy, Zapatero y su jefe Obama, además de garantizar su trozo de pastel en Libia quieren ponerse la medalla democrática, pero en verdad lo que temen es al pueblo en armas que la quiere imponer.

4. Igual de reaccionaria es la posición que se sitúa junto a Gadafi, sea por sus bondades, sea por el carácter de la guerra que para ellos es colonial. Para Chávez, Castro, Anguita… en Libia se vive muy bien, el petróleo es de todo el pueblo libio, y el imperialismo ha montado todo desde un principio para acabar con el gobierno del pueblo que es la Jamahiriya socialista, y no les consta que Gadafi sea un asesino. Nos parece un delirio lleno de falsedades. Quienes viven bien en Libia son los burgueses como Gadafi, el pueblo no; a nosotros nos consta que es un asesino, y no sólo por lo que referíamos más arriba.

Igual de equivocado es el argumento de que es una guerra colonial. Si Libia estuviera en la situación de Irak cuando la invasión, no dudaríamos de estar en el campo militar iraquí a pesar del tirano. Pero en Libia hay una insurrección armada contra el régimen, y la intervención, como antes decíamos tiene por objetivo central acabar con ella, por eso vino jugando insistentemente con la necesidad de negociar con el régimen de Gadafi, sin Gadafi. Incluso a día de hoy han estado negociando en Túnez una salida pactada.

En realidad estos argumentos le dejan el flanco abierto al imperialismo para introducirse en el movimiento rebelde libio. Sólo desde la trinchera rebelde, es efectivo denunciar a su dirección como reaccionaria. Castro, Chávez y compañía, en vez de ponerse a la cabeza de la solidaridad internacional con la revolución libia, le dejan al imperialismo la posibilidad de aparecer en la lucha contra un tirano, en una zona donde el imperialismo americano y europeo están desacreditados -entre otras cosas por su política sionista y antipalestina-.

En el desembarco de Normandía, había que denunciar los objetivos de EEUU, porque querían el botín de guerra, rapiñar Europa, e imponer un nuevo orden mundial bajo su hegemonía… pero hubiese sido un error llamar a la lucha armada contra el imperialismo yanqui entendiéndolo como una guerra colonial. Había que estar en la resistencia contra el fascismo y denunciar que EEUU estaba en la guerra porque quería aprovechar la oportunidad de luchar contra el fascismo para convertirse en el garante imperialista del planeta, y frenar el ascenso revolucionario que se vivió en toda Europa, aunque el fascismo le importara tres pitos. A la vez había que denunciar a De Gaulle, como ahora denunciamos al CNT, pero esto sólo era posible estando en el terreno de la lucha contra el fascismo.

5. Cuando interviene la OTAN, los rebeldes después de un avance, han retrocedido hasta las puertas de Benghazi y han sido derrotados en Trípoli donde la represión vuelve a ser bestial. Eso es determinante y a lo que espera el imperialismo para aparecer como salvador. La primera barricada contra la revolución, no solo en Libia sino en todo el Magreb y Oriente Próximo, la pone Gadafi. La segunda barricada es de la OTAN, no armando a los rebeldes e interviniendo militarmente, una barricada impresionante en medio de un retroceso militar rebelde. Cualquier cambio político en Libia o viene de la mano conmigo, tutelado, con mi aceptación, o se las vera conmigo: ese es el discurso del imperialismo, salvamos al pueblo libio de la derrota, sin nosotros estaríais derrotados. La guerra se estanca.

6. Los rebeldes entran en Trípoli, y se desmorona el régimen de Gadafi, para nosotros es un avance y esperamos que, cuando este articulo salga a la luz, haya sido derrotado en Sirte y en toda Libia. Es un avance porque ha caído un régimen dictatorial. Pero los rebeldes no entran en Trípoli sólo por su lucha que es titánica y desprestigiada por la prensa occidental y el imperialismo, entran ayudados por la OTAN, y esta es la gran contradicción. Por una parte el pueblo armado empuja a la ruptura total con el régimen, por otra el imperialismo va a hacer todo lo posible para que el cambio democrático sea a la española, una reforma maquillada para que todo quede igual que antes. Ya antes de acabar con Gadafi, el CNT está llamando al desarme de las milicias rebeldes. No nos cabe ninguna duda, el ejemplo de Túnez y Egipto así lo demuestran. El imperialismo europeo en Túnez esta bloqueando la situación para que todo siga igual que antes, pero sin Ben Ali. Tampoco tenemos ninguna duda que una cosa es el CNT y otra los milicianos armados que se están enfrentando a Gadafi, que denuncian al imperialismo y que dicen que si la derecha (en referencia al CNT) llegase a tomar el control junto a las tropas de la OTAN, cuando termine esta batalla comenzara otra. Dicen que no están luchando para defender los sucios intereses imperialistas, denuncian que en la línea de fuego no están los funcionarios del CNT y que se niegan a armarlos con armas pesadas. Esta es la gran contradicción: CNT o milicias.

7. No tenemos ni la mas mínima duda de donde tenemos que estar situados en Libia: estamos del lado del pueblo libio hasta acabar con Gadafi, hasta no dejar ni un ápice del régimen, denunciamos al imperialismo y al CNT como correa de transmisión política imperialista, a los acuerdos entre ambos para repartirse el pastel. El petróleo tiene que ser de todos los libios, nacionalizado; no queremos el desarme de las milicias; exigimos la retirada inmediata de la OTAN; apostamos por la movilización en Libia y en toda la zona como motor de cambio revolucionario.

Notas:

1.- RCD: Agrupación Constitucional Democrática, partido de Ben Alí

2.- CNT: Consejo Nacional de Transición

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