Nuevamente el gobierno recula ante la presión de los capitalistas

Caracas, 7 de enero de 2010. El pasado día martes, el gobierno decidió flexibilizar las restricciones de horarios que habían sido impuestas a los centros comerciales, con el fin de instrumentar el plan de racionamiento de electricidad.
En una reunión realizada en la sede de la vicepresidencia ejecutiva, entre el titular de esa cartera, Ramón Carrizález, el ministro de Energía Eléctrica, Angel Rodríguez, y los representantes de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (Cavececo), de la Asociación de Proyectores de Venezuela (Cines), y la Asociación Nacional de Parqueros y Garajistas, se acordó que algunos comercios mantendrían sus horarios habituales, específicamente los relacionados con servicios de salud, bancos, supermercados, centros educativos, estacionamientos y recreación (cines, teatros, restaurantes).

Caracas, 7 de enero de 2010. El pasado día martes, el gobierno decidió flexibilizar las restricciones de horarios que habían sido impuestas a los centros comerciales, con el fin de instrumentar el plan de racionamiento de electricidad.
En una reunión realizada en la sede de la vicepresidencia ejecutiva, entre el titular de esa cartera, Ramón Carrizález, el ministro de Energía Eléctrica, Angel Rodríguez, y los representantes de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (Cavececo), de la Asociación de Proyectores de Venezuela (Cines), y la Asociación Nacional de Parqueros y Garajistas, se acordó que algunos comercios mantendrían sus horarios habituales, específicamente los relacionados con servicios de salud, bancos, supermercados, centros educativos, estacionamientos y recreación (cines, teatros, restaurantes).

Estos comercios podrán funcionar desde antes de las 9 a.m. y hasta después de las 11 p.m.

Con este retroceso del gobierno, se pone nuevamente en evidencia su disposición reiterada a recular ante cualquier presión que hagan los empresarios.

Chávez vocifera, grita, llama oligarca a los capitalistas, los amenaza, pero al final estos presionan, se reúnen con los representantes del gobierno y logran su cometido, en este caso, echando para atrás una medida impuesta por el gobierno, que iba a afectar sensiblemente sus ganancias.

Esta ha sido la tónica del gobierno a lo largo de una década. Ha quedado muy claro en el caso de los precios de los alimentos. Los empresarios y capitalistas lloriquean, y al final el gobierno les cede, aumentando el precio de los productos, y liquidando con ello el supuesto control de precios sobre algunos alimentos, descargando los costos sobre los hombros de los trabajadores y el pueblo, que ven como cada día disminuye más su poder de compra ante el avance incontenible de la inflación.

Puro bla, bla gubernamental, mucho socialismo de la boca para afuera, pero al final los empresarios se salen con la suya.

En el caso de la crisis eléctrica se repite la historia. Mientras a los comerciantes, banqueros y dueños de los centros comerciales se les flexibilizan las restricciones de energía, el pueblo y los trabajadores de todo el país, siguen sufriendo las consecuencias de los continuos, y cada vez más largos cortes de luz, con el consecuente deterioro de los electrodomésticos. Se dañan los televisores, las computadoras, las licuadoras y neveras, pero se les cede a los capitalistas, y le flexibilizan las restricciones de electricidad.

El poder económico otra vez se impone. Se beneficia a los centros comerciales, los cuales seguirán obteniendo jugosas ganancias, pero se cierran celdas en Alcasa y Venalum, se paralizan hornos en Sidor, con la consecuente caída de sus ingresos, colocando a estas empresas estatales al borde de un cierre técnico, y poniendo en grave riesgo los salarios y la estabilidad laboral de sus trabajadores.

Mientras tanto, el gobierno sigue echándole la culpa al fenómeno del Niño, cuando en realidad esta crisis eléctrica que padecemos es producto de su ineficiencia, de la falta de inversión y mantenimiento en toda la red energética del país a lo largo de una década.

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