¿Por qué votaremos por Orlando Chirino? Simple, ¡porque no votamos por patronos!

La izquierda está entrampada entre el temor al avance de la derecha, que no está solamente en el candidato de la MUD, y las ilusiones que deposita en este gobierno. Como respuesta escoge a Chávez para seguir corriendo la arruga al permitir que los dueños del capital, los viejos y los nuevos, sigan beneficiándose con nuestro trabajo.

La izquierda está entrampada entre el temor al avance de la derecha, que no está solamente en el candidato de la MUD, y las ilusiones que deposita en este gobierno. Como respuesta escoge a Chávez para seguir corriendo la arruga al permitir que los dueños del capital, los viejos y los nuevos, sigan beneficiándose con nuestro trabajo.

Un triunfo de Chávez no profundizará el proceso revolucionario, por el contrario, fortalecerá a su derecha endógena: los que dirigen el aparato del PSUV y detentan los puestos en el gobierno votados en los comicios electorales. Ellos designan sus candidatos y los funcionarios del gobierno en cualquier instancia, sea esta nacional, regional o municipal.

Desde el PSUV controlan de conjunto la política del gobierno que se manifiesta en la represión a las luchas del movimiento obrero o su indiferencia a los asesinatos de campesinos como a las acciones gansteriles de los sindicatos de la construcción.

Para la derecha endógena el triunfo de Chavez significará la victoria de las camarillas que se volverán a repartir las instituciones del Estado como la fiscalía, el TSJ y todo el poder judicial, jefes policiales y militares de alto rango, empresas del Estado e institutos autónomos, ministerios, gobernaciones y alcaldías. Las camarillas son las macollas de Maduro, Jaua, Cabello, Ramírez, Cabezas, María Cristina Iglesias y sus subalternos civiles en el Estado, pero también la gigantesca caterva de militares que medran en él para enriquecerse de lo cuantioso de los dineros públicos invertidos.

Mientras el Estado mantiene su estructura como en los mejores tiempos de la IV república, el gobierno que pretende ser reelecto ha tratado de crear otro paralelo más pequeño a fuerza de misiones pero igual de corrupto e ineficiente. Sus trabajadores resultan ser los más precarizados pues ni derecho a sindicalización se les respeta, menos a una contratación colectiva que los dignifique, y si de huelgas se trata buena está la represión anti-obrera de siempre para hacer cumplir sus derechos como patronos.

La otra derecha, la de la MUD, intenta arrebatarles tales privilegios para hacer lo mismo: enriquecerse a costa del país defendiendo los derechos de los patronos.

El mundo vive en carne propia la bancarrota del capital. Los trabajadores de nuestro país no escapamos a sus consecuencias porque cada vez más vemos la arremetida de los patronos en obligarnos a que seamos nosotros los que la paguemos negándonos un salario que nos permita vivir dignamente. Ambas versiones de la derecha nos conducen a ese callejón sin salida pues defienden la supervivencia de los patronos.

La opción es obrera en el venidero proceso electoral del 7 de octubre. Necesitamos un gobierno de los trabajadores y el único candidato que lo plantea es Orlando Chirino. La izquierda revolucionaria tiene que romper con los que llaman a votar por los patronos.

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