Punto de inflexión en la revolución bolivariana: desechar las ilusiones, prepararse para las luchas que vienen

El asesinato del cacique Sabino, después de una semana dominada por las olas de rumores, la incertidumbre sobre la situación del presidente y la escalada de especulación y acaparamiento, están íntimamente conectadas.

El asesinato del cacique Sabino, después de una semana dominada por las olas de rumores, la incertidumbre sobre la situación del presidente y la escalada de especulación y acaparamiento, están íntimamente conectadas.

La revolución bolivariana está en una encrucijada de definiciones.

Si es verdad, como dice Marea Socialista que “la Revolución no es el gobierno, la Revolución es el pueblo bolivariano y el liderazgo de Chávez” (www.aporrea.org/ideologia/n224289.html) entonces, ante la ausencia temporal o definitiva del liderazgo de Chávez, es menester que ese pueblo aprenda a caminar sólo en el camino arduo de luchas que están por venir; para defender cada palmo de los derechos y conquistas logradas en 13 años, amenazadas desde la derecha por la conspiración que no cesa, auspiciada y financiada por el gobierno de los EEUU, por un lado, y la entronización de los intereses de la derecha endógena del chavismo, por el otro. Son los mismos grupos, camarillas y mafias que desde el poder del gobierno bolivariano han aprovechado toda oportunidad para enriquecerse y ganar poder político y económico, a nivel nacional, regional y local, retaceando, confiscando y saboteando los principios emancipatorios proclamados por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

El verdadero poder popular nace de las luchas de los oprimidos y los excluídos, de las masas que desde los barrios pobres, los campos y las fábricas han sostenido con emoción, sacrificios y una fe inquebrantable en el liderazgo del presidente Chávez, las batallas libradas durante trece años para defender la Revolución Bolivariana.

El asesinato de Sabino Romero debe sonar y resonar una y otra vez como un trueno en nuestras conciencias.

No será “garantizando la gobernabilidad revolucionaria” como el pueblo podrá defender sus derechos de los ataques de la derecha.
El pueblo bolivariano se enfrenta a la arremetida feroz de una derecha que se agrupa tanto en las filas de la MUD y sus ramificaciones en el infame mundo de los medios privados y la vieja burguesía monopolista desalojada del poder por la revolución Bolivariana, así como desde dentro del chavismo, donde actúa solapada, traicionera, silenciosa, en las sombras, como francotiradores en la noche, preparándose para darle la estocada final a las esperanzas de emancipación del pueblo, para retornar a una normalidad democrático burguesa donde los ricos y poderosos, sea vestidos de blanco, amarillo, verde o rojo-rojito, tengan el sartén por el mango, definiendo todas las políticas de Estado y regresando al Bravo Pueblo a la condición de invitado de piedra en el reparto de la renta petrolera, de los inmensos recursos del país.

Para esto es necesario sofocar todo intento de emancipación y autonomía real y regresarnos a la condición de sujetos pasivos de la explotación y la opresión capitalista pintada con colores de “socialismo a la venezolana”.

Para esto la criminalización de las luchas. Para esto la impunidad del asesinato de centenares de luchadores sociales, obreros, populares, campesinos e indígenas. Para esto el epíteto de “traidor”, “divisionista”, a todo aquel que se atreva desde las filas del chavismo a denunciar la hipocresía y el doble discursos de la burocracia.

Para esto marear a la gente con llorantinas, informaciones dudosas y misas por la salud del Presidente, con misas, a la espera de que ocurra el milagro de que el Presidente se levante de su lecho de enfermo a gobernar un país lleno de problemas, acosado por la especulación y el acaparamiento, el deterioro del salario real, los apagones y la delincuencia, entre otros.

Quiera Dios que el presidente Chávez sobreviva a la gravedad de su enfermedad y le dé larga vida al lado de su pueblo. Pero hace falta ser muy ingenuo o muy inconsciente para creer que el comandante Hugo Chávez Frías podrá salir del Hospital Militar en los próximos días y semanas a enfrentar la grave crisis que padece el país.

A Dios rogando y con el mazo dando. ¿Qué le queda al pueblo bolivariano sin la presencia física de su líder en esta hora de crisis y definiciones?

Para mí respuesta es clara: desechar las ilusiones en la gobernabilidad revolucionaria en manos de la burocracia rojo-rojita; prepararse para las luchas que vendrán para defender en cada espacio, cada territorio, en barrios, fábricas, campos, escuelas, hospitales, liceos y universidades, el sueño de emancipación social de la revolución bolivariana.

Autonomía e independencia política en su organización; debate abierto sobre el futuro de la revolución bolivariana; por la defensa y solidaridad de clase con los colectivos en lucha; unidad de acción contra los ataques de la burocracia y la patronal en todos sus frentes, de derecha y del “izquierda”; contra la criminalización de las luchas; contra la impunidad: juicio y castigo contra los culpables del asesinato de líderes obreros, campesinos e indígenas.

Todo esto se enlaza hoy en un solo clamor nacional: juicio y castigo contra los asesinos materiales e intelectuales del cacique Sabino Romero.

¡Que suenen las guaruras del pueblo en lucha por todo el territorio nacional!¡No hay pueblo vencido!¡Volvemos por todos los caminos!

Fernando J Sánchez-Salas,
Maracaibo, 04-03-2013

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