Representantes de Chevron están «orgullosos» de ser socios del gobierno venezolano

Caracas, 30 de enero.- “Nos sentimos orgullosos de los resultados obtenidos y ser socios de una empresa como Petropiar”, declaró este martes la presidenta de la filial de Chevron para América Latina, Kelly Hartshorn, durante su visita a la Faja del Orinoco, según reseñó una nota de prensa de Pdvsa. Petropiar es una empresa mixta entre la transnacional imperialista y Pdvsa, y forma parte de un conglomerado de inversiones que hacen de Chevron el principal inversionista transnacional en la industria petrolera venezolana, gracias a lo cual obtiene gigantescas ganancias.

Caracas, 30 de enero.- “Nos sentimos orgullosos de los resultados obtenidos y ser socios de una empresa como Petropiar”, declaró este martes la presidenta de la filial de Chevron para América Latina, Kelly Hartshorn, durante su visita a la Faja del Orinoco, según reseñó una nota de prensa de Pdvsa. Petropiar es una empresa mixta entre la transnacional imperialista y Pdvsa, y forma parte de un conglomerado de inversiones que hacen de Chevron el principal inversionista transnacional en la industria petrolera venezolana, gracias a lo cual obtiene gigantescas ganancias.

Nada más en Petropiar se extraen 158.000 barriles diarios de 507 pozos.

A partir del año 2007, el gobierno venezolano creó empresas mixtas petroleras en las cuales la mayoría accionaria corresponde a Pdvsa, pero hasta un 40% de las acciones pueden estar en manos de capitales privados. Chevron, una de las 11 empresas más grandes del mundo según la publicación Fortune, tiene una reputación internacional ligada a la depredación ambiental, la corrupción, la violación de los derechos humanos, y su ligazón con lo más rancio de la política estadounidense. Por ejemplo, Condolezza Rice, quien participó del diseño de la agresión militar e invasión contra Irak, era miembro de la directiva de Chevron antes de incorporarse al gobierno de Bush, en 2001.

No obstante, sus relaciones con el gobierno chavista siempre han sido excelentes. En diciembre de 2010 el presidente Chávez, durante la entrega del bloque Carabobo 3 a la Chevron, se refirió al entonces presidente de esa empresa para América Latina, Alí­ Moshiri, como su «amigo», y le pidió que intercediera ante el gobierno de los EEUU para concertar una visita del presidente Barack Obama a la Faja del Orinoco.

Una empresa criminal

Chevron fue creada en 1984 con la fusión de Gulf Oil y la Standard Oil, fundada por el magnate John D. Rockefeller. Le es perfectamente aplicable la frase de Marx según la cual el capital chorrea sangre y barro por todos sus poros, pues sus actividades económicas han sembrado la destrucción y la muerte a su paso. Chevron ha sido responsable del derrame de más de 130 millardos de litros de petróleo y otros desechos tóxicos en unas 2 millones de hectáreas de la amazonía en el Ecuador. El caso se encuentra en la Corte Internacional de la Haya. La cumbre de la Celac, actualmente reunida en La Habana, se negó a discutir el tema, debido a la oposición de un gobierno, según reveló el canciller ecuatoriano.

Otros crímenes adjudicados al monstruo transnacional son, además de haber promovido la invasión de Irak en 2003, la destrucción de bosques en Bangladesh, derrames en Angola y Brasil, contaminación de aguas en los EEUU, y el asesinato de activistas en el delta del río Níger.

Sin embargo, la Chevron no es invencible. Protestas multitudinarias en Rumania, en octubre del año pasado, lograron congelar planes de explotación gasífera por parte de Chevron, debido a la amenaza ambiental que suponían. La movilización demostró que sí es posible derrotar al monstruo capitalista.

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