Sidoristas reanudan faena

Ciudad Guayana, Miércoles, 09 de Noviembre de 2011 (Foto Wilmer González).- La cancelación de los seis meses del retroactivo y la ausencia de una agenda sindical compartida enfría la protesta que detuvo la producción de la Siderúrgica del Orinoco por tres días continuos. Bajo la custodia de los cuerpos castrenses, los autobuses ingresaron anoche a los trabajadores del turno de 11:00 pm-7:00 am, luego de la normalización de las operaciones durante el día.

Ciudad Guayana, Miércoles, 09 de Noviembre de 2011 (Foto Wilmer González).- La cancelación de los seis meses del retroactivo y la ausencia de una agenda sindical compartida enfría la protesta que detuvo la producción de la Siderúrgica del Orinoco por tres días continuos. Bajo la custodia de los cuerpos castrenses, los autobuses ingresaron anoche a los trabajadores del turno de 11:00 pm-7:00 am, luego de la normalización de las operaciones durante el día.

Algo anda mal dentro de la acería “socialista”. Los trabajadores describen su desazón, no sólo por los pormenores del correcto pago del retroactivo (tabulador), sino por el “bochinche” que parece haber dentro de la fábrica. En el portón III de la estatal el desempeño de la directiva desplaza el debate sobre el pago del retroactivo. Los trabajadores examinan la gerencia que, hace un año, vino a Sidor a implementar el socialismo en su tercera fase.

Aunque el movimiento Alianza Sindical intenta atizar las críticas, los trabajadores no necesitan más argumento: tienen su propio criterio en cuanto a lo que sucede en la acería.

En cada intervención, los sidoristas relatan la precariedad de sus áreas, la escasez de repuestos, la remoción a discreción de personal y las comparaciones de sueldos.

Ayer, cuando se desarrollaba una disminuida asamblea en el portón III, el ex presidente de Sutiss -José “Acarigua” Rodríguez- pidió sincerar la discusión y asumir los errores para poder avanzar.

Rodríguez, quien liderara en 2008 la negociación del último contrato colectivo, firmado luego por el presidente Hugo Chávez, puso al descubierto el malestar de un grupo de seguidores del “comandante” que no encuentran razones para explicar lo que ocurre dentro de la fábrica.

“Más de 500 paros contra la transnacional pero nos fajamos todos y expulsamos a la transnacional de aquí. ¿Cómo yo lo llamo? Capitalismo salvaje y neoliberal. ¿Pero ahora cómo defino esta mierda? ¿Cómo es la vaina? ¿Cómo yo aplaudo que el Gobierno me está robando el salario? ¿Carlos D’Oliveira? ¿Es el tipo de finanzas? ¿El ministro no sabe nada? ¿El Presidente no sabe nada? ¡Qué vaina es ésta, vale! Pero para joder al movimiento, allí sí se reúnen”.

Camino legal

El descontento persiste, pero la empresa busca alegatos para detener la acción de un ala de Sutiss. Desde el sábado, la flota entra directo por el portón IV (de los contratados) hacia las áreas.

El pago de los seis meses que se produjo este martes, por un “acuerdo político”, también enfrió la protesta reivindicativa.

Y como hasta ayer en la tarde no estaba clara la conformación del comité ejecutivo, en la mañana decidieron esperar la juramentación de los nuevos secretarios de Sutiss para luego introducir un pliego de peticiones para así afinar acciones.

Fijos de día

Entre los reclamos, están las voces de cerca de 700 sidoristas que laboran en el turno diurno “fijos de día” que, o no recibieron, o le depositaron 400 bolívares en su cuenta.

Frederick García, de esta comisión, señaló que la empresa desconoció el acta firmada entre las partes -meses atrás- cuando este grupo ejerció la protesta para no quedar solapados por el tabulador.

Los sidoristas están seguros de que la empresa les está calculando mal el salario y a eso lo califican como un robo.

Un trabajador de 25 años de servicio, Silvio Anzola, asegura que la empresa no aguantará la fórmula de precios subsidiados, engordamiento de nómina y desinversión. “Son ingresos políticos nada más para agarrar votos. Así como vamos… la empresa va palo abajo”, sentenció.

Producir por producir

La paciencia se ha agotado para un grupo de inspectores que enfrentan las debilidades de almacén en sus propias áreas.

“Yo creo que aquí lo que hay es un problema de gerencia porque vas a planchones, a palanquillas, a laminación, a todas las áreas y la gente está motivada a trabajar. En el caso de nosotros, que somos inspectores, nos echan la culpa, pero vas a solicitar un repuesto y no lo hay”, relata Luis Quijada.

Considera que el sidorista ha aguantado mucho y que llegó la hora en que no se puede más.

“Dicen que no han salido las órdenes de compra, no han hecho esto, no han bajado los reales, siempre es una excusa. Parece que están jugando al caos. Según la información que tenemos, el presidente de Sidor tiene más de mil órdenes de compra esperando por una firma”.

Con el apuro de la Gran Misión Vivienda Venezuela toda la atención se centra en la acería de palanquillas. “Ahorita esa es la niña bonita de Sidor. A la hora de una falla vienen a decir de los trabajadores y no es así. Es que no tenemos repuestos”.

En el medio

Los trabajadores de la fábrica de Tubos de Venezuela (Tavsa) dicen estar en el medio del laberinto. El electo delegado departamental de esa área, José Saracual, señaló que el personal de Tavsa espera por materia prima para comenzar a laborar. Otras deudas tienen los trabajadores de la fábrica, quienes han pedido al Ejecutivo que la administración de Tavsa sea devuelta a Sidor.

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El Movimiento Revolucionario Orinoco responsabiliza de las pérdidas arrojadas por la paralización al grupo oficialista Alianza Sindical a cuyo líder, José Meléndez, lo acusan de propiciar los actos violentos en el portón III.
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“Así como vamos… la empresa va palo abajo”, pronunció Silvio Anzola, un trabajador con 25 años de servicio en la acería tras criticar los precios subsidiados, el engordamiento de nómina y la desinversión por parte del Estado.

En la tarde de este martes se terminaron de contar los votos uninominales correspondientes a las mesas 23, 24 y 25
La protesta que comenzó el sábado en la Siderúrgica del Orinoco, se ha ido consumiendo como una vela. La implosión dentro de la fábrica se transforma en una molestia que persiste, pero sin raíces claras.
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