Siria: “No nos arrodillaremos”

La revuelta siria dura desde hace ya cinco meses. A pesar de una terrible represión, el movimiento de protesta continúa y va aumentando. Desde el 15 de marzo, más de 2.200 civiles han sido asesinados, 3.000 personas han desaparecido y alrededor de 12.000 han sido detenidas, según asociaciones sirias de derechos humanos.

La revuelta siria dura desde hace ya cinco meses. A pesar de una terrible represión, el movimiento de protesta continúa y va aumentando. Desde el 15 de marzo, más de 2.200 civiles han sido asesinados, 3.000 personas han desaparecido y alrededor de 12.000 han sido detenidas, según asociaciones sirias de derechos humanos.

En una entrevista “concedida” a la televisión estatal el domingo 21 de agosto, el presidente Bachar El-Assad ha puesto en guardia contra una intervención extranjera en “su” país. Ha hablado también de las reformas políticas, diciendo que deberían celebrarse elecciones locales en algunos meses, y que luego serían seguidas por elecciones parlamentarias. Una vez más, recurrió a su retórica de terror afirmando: “debemos ser duros”; y juró que toda persona culpable de algún “crimen” deberá ser castigada.

Tras esta entrevista televisada, los manifestantes han salido a la calle en diversas ciudades de toda Siria a fin de poner en cuestión la legitimidad de Bachar El-Assad, una legitimidad que no ha tenido jamás y que no ha obtenido jamás del pueblo de Siria, aunque la proclame.

Sobre el terreno, la ofensiva del ejército y la represión continúan en numerosas ciudades, a pesar del anuncio de Bachar El-Assad, hecho el jueves 18 de agosto, de un cese de todas las operaciones militares y de policía contra los rebeldes.
Durante ese tiempo, las fuerzas de seguridad continuaban sus asaltos contra Deir ez-Zor, una ciudad en el este del país, y en los barrios de la ciudad costera de Lattaquié, mientras que los medios estatales hablaban de la retirada de tropas. Igualmente en Damasco, las fuerzas de seguridad han lanzado redadas contra diferentes barrios y han detenido a numerosos activistas durante toda la misma semana. Además, nueve manifestantes han sido asesinados y docenas heridos el miércoles 17 de agosto en Homs, y las fuerzas de seguridad han abierto fuego también contra manifestantes en Alepo y Hama.
Durante cerca de una semana, la ciudad de Lattaquié ha sufrido graves pérdidas como consecuencia de la ofensiva llevada a cabo por el ejército contra la ciudad. El sábado 14 de agosto, siempre en Lattaquié, al menos 26 personas, de ellas dos palestinos del campo de refugiados de al-Ramel, han sido asesinadas y muchas otras heridas después de que los navíos de guerra y tanques abrieran fuego. Tres cañoneras han tomado también parte en la ofensiva contra Idlib el domingo 15 de agosto. Una campaña masiva de arrestos ha sido llevada a cabo contra los rebeldes en Lattaquié y alrededor de la capital, en Saqba y Hamriya.

La ofensiva contra Lattaquié comenzó el domingo 15 de agosto, cuando tanques y transportes blindados de tropas penetraron en el campo de al-Ramel abriendo fuego masivamente. Cinco personas fueron asesinadas. El campo de refugiados palestinos de al-Ramel en Lattaquié era el objetivo del ejército sirio y de los servicios de seguridad. Los refugiados eran considerados como responsables de haber participado en manifestaciones contra el régimen. Los palestinos de Siria se han, en efecto, sumado a la revolución a través de todo el país en diferentes campos de refugiados. De hecho, el grupo de los Jóvenes Palestinos Libres ha publicado una declaración condenando la participación de Ahmed Jibril, el dirigente del Frente Popular de Liberación de Palestina-Comandancia General y amigo muy cercano del régimen sirio y de sus mafias en el asalto militar contra los civiles sirios. Unas 400 familias palestinas del campo de refugiados de al-Ramel, de un total de 2000, han debido huir debido a los ataques del ejército.

El viernes 12 de agosto, al menos 17 personas han sido asesinadas por las fuerzas de seguridad durante manifestaciones organizadas en todo el país. Eran convocadas con el eslogan de “No nos arrodillaremos, salvo ante Dios”.

Durante la primera semana del mes sagrado del Ramadán, el ejército ha lanzado un ataque contra la ciudad de Hama causando la muerte de más de 300 civiles en cinco días, recordando así a cada sirio la terrible masacre de 1982 cuando, en esta misma ciudad, entre 20.000 y 40.000 personas fueron aplastadas por las fuerzas del régimen. Durante el mismo período, el ejército fue enviado también a Deir ez-Zor, a Homs y otras ciudades también a fin de aplastar al movimiento de protesta. Paralelamente, el régimen anunciaba “elecciones libres y honradas” para el fin de año; tema repetido, como hemos indicado, en la intervención de Bachar El-Assad el 21 de agosto.

El hecho de que las manifestaciones sean cada vez más numerosas e incluso diarias en este mes de Ramadán ha llevado al régimen a enviar el ejército a diferentes ciudades para aplastar el movimiento de protesta. Diferentes ciudades como Homs, Hama y Deir ez-Zor han sido bombardeadas por las fuerzas armadas. A pesar de los ataques llevados a cabo contra diferentes ciudades y barrios y el asedio impuesto, los rebeldes continúan manifestándose y pidiendo el derrocamiento del régimen.

El mes de julio ha visto una movilización de una amplitud sin precedentes contra el régimen. Las manifestaciones han reunido millones de personas en todo el país. En las ciudades de Deir ez-Zor y Hama, más de un millón de manifestantes en total han gritado que el pueblo quería derrocar al régimen. Al mismo tiempo, en ciertos barrios de las dos grandes ciudades de Damasco y Alepo, las manifestaciones han comenzado a hacerse más frecuentes.

A mediados del mes de junio, los rumores de conflictos comunitarios entre sunitas y alauitas en Homs han sido denunciados por la oposición y los manifestantes como una tentativa del régimen de dividir el movimiento popular de protesta y de crear el caos en la ciudad.

La revocación de algunos gobernadores y jefes de policía, reemplazados muy a menudo por agentes de los servicios secretos como en Deiz ez-Zor, Hama y Homs no ha “calmado” el movimiento de protesta. Al contrario, estos cambios le han hecho más determinado debido al pasivo de violencia represiva de los recién nombrados.

Por su parte, intelectuales sirios como Michel Kilo, Anouar Al Bounni y Aref Dalila, que han sufrido la represión, así como opositores independientes, han decidido discutir sobre la crisis en el país, lo que se ha hecho a finales de mes de junio en el hotel Samiramis de Damasco. Los participantes han insistido en el hecho de que la conferencia no constituía un diálogo con el régimen, sino más bien un debate interno con el objetivo de “caracterizar la crisis y explorar caminos que permitan participar en su resolución” bajo la forma de un “paso hacia la democracia siria”. La declaración final de la conferencia ha expresado su apoyo a la “Intifada popular no violenta.. para una transición hacia un estado laico, democrático y pluralista…”. Era la primera vez en muchos años que una conferencia así tenía lugar en Siria, con conocimiento del régimen y la aprobación no oficial de éste. Además, se ha celebrado en un momento fuerte de las manifestaciones, lo que constituía un verdadero desafío lanzado a la legitimidad del régimen en el país y el extranjero.

El abogado Anuar al Bounni, uno de los principales actores de la conferencia y opositor desde hace mucho al régimen, ha sido detenido con su hijo a comienzos del mes de agosto, igual que muchos otros activistas en todo el país.

El presidente sirio de la Liga de Derechos Humanos, Abdel-Karim Rihaoui, ha sido también detenido el jueves 11 de agosto en Damasco por las fuerzas de seguridad. Este militante y su organización han sido muy activos y gracias a la ayuda de la red de militantes de la Liga han sido para los medios una fuente esencial de información.

Por su parte, la oposición activa en el exterior del país organizó el 17 de julio de 2011 una conferencia en Estambul reuniendo a 450 personalidades de la oposición. Han llamado a la desobediencia civil en todo el país. Diversas fuerzas de oposición en el exterior del país han contemplado también el lanzamiento de un “Consejo Nacional”.

Los participantes en una reciente reunión en Estambul –venidos del interior y del exterior- contemplan la puesta en pie de grupos de trabajo y la elaboración de medidas para derrocar a Assad. Se ha creado un “Consejo Nacional” el 23 de agosto. Personalidades de este Consejo han afirmado: “los sacrificios han permitido llegar a una unidad”, reconociendo que los “fundadores de este consejo pertenecen a tendencias políticas opuestas”. Sin embargo participan en él un número importante de grupos (44) y de comités que han impulsado el amplio movimiento de protesta en Siria.

A pesar de las acusaciones del régimen contra los rebeldes a los que califica de “terroristas” y de grupos “salafistas”, el presidente Assad, sin embargo, ha llamado a diferentes discusiones nacionales con la oposición y el movimiento de protesta. Los dos han rechazado aceptar esta propuesta mientras sus reivindicaciones no sean satisfechas y mientras continúe la represión.

Una serie de conferencias han sido organizadas, sin embargo, en una tentativa del régimen sirio de crear la impresión de que está dispuesto a aceptar las críticas de la oposición. El 3 de julio, ha sido celebrada una conferencia con el nombre de “Iniciativa Nacional por Siria”. Su promotor, el diputado sirio Muhammad Habbas, que antes había defendido al régimen sirio, ha afirmado que la razón de una conferencia así residía en la voluntad de encontrar una “tercera vía” entre el régimen y la oposición, insistiendo a la vez en el hecho de que el proceso de cambio en Siria no podía hacerse sin el presidente Assad. Habbash ha añadido que opositores independientes como Michel Kilo y Aref Dalila había sido invitados a la conferencia, pero que habían rechazado participar en ella. El 5 de julio, fue celebrada una reunión consultiva con el nombre de “Parlamentarios independientes por Siria”, reunión a la que asistieron alrededor de 70 actuales y antiguos parlamentarios con el objetivo de “discutir los términos del diálogo nacional y el plan de reforma”. Muhammad Habbash ha participado también en esta conferencia. Ninguna de estas conferencias ha producido declaraciones finales.

Los días 10 y 11 de julio, el régimen sirio ha celebrado una “Conferencia de Consulta” de preparación para el diálogo nacional, seguida por alrededor de 200 políticos e intelectuales elegidos por el régimen. Ha sido presidida por el vicepresidente Farouk Al-Shar.

La oposición ha boicoteado todas esas conferencias, argumentando que no había nada que discutir en ellas con un régimen que continuaba impidiendo las manifestaciones mediante la violencia. El pretendido diálogo convocado por Bachar El-Assad no puede ser tomado en serio mientras sigan siendo asesinados, heridos, reprimidos y detenidos los manifestantes. Ha tenido razón el movimiento popular al rechazar participar en un autodenominado diálogo antes de que sus exigencias fueran satisfechas.

Al comienzo del mes de agosto, 41 antiguos ministros del gobierno y antiguos miembros del partido Baas han llamado al régimen a cesar la violencia contra los manifestantes y a poner en pie rápidamente reformas políticas de gran envergadura. Su plan llamaba a la formación de un gobierno provisional, incluyendo representantes del régimen y de los rebeldes. Este gobierno provisional podría elaborar el proyecto de una nueva constitución democrática, nuevas leyes electorales y leyes sobre los partidos políticos. La oposición ha rechazado la iniciativa de esas personalidades debido a sus lazos aún actuales con el régimen y su propuesta según la cual Bachar El-Assad debería supervisar la transición hacia la democracia estando a la cabeza del gobierno provisional propuesto.
El escenario regional e internacionalCanadá ha ampliado sus sanciones contra Siria para protestar contra las medidas represivas brutales tomadas por el gobierno. Las nuevas sanciones incluyen prohibiciones de viaje para cuatro personalidades oficiales y la congelación de los haberes del banco estatal Commercial Bank of Syria así como de la mayor compañía de telefonía móvil del país, Syriatel, dirigida por Rami Makhlouf, un primo de Bachar Al-Assad.

Los Estados Unidos ha impuesto también sanciones contra dos compañías sumándose así a sus aliados europeos, sancionando a personalidades oficiales importantes, cercanas al presidente Bachar El-Assad. La Unión Europea (UE) ha adoptado el 23 de agosto una nueva serie de sanciones. Los países miembros han anunciado la congelación de los haberes y una prohibición de visados contra 15 nuevas personas cercanas al clan El-Assad (en total 50 el 23 de agosto) y tomado medidas contra nueve firmas sirias. Europa compra el 95% del petróleo exportado por Siria, lo que representa un tercio de las rentas de exportación del país. Por el momento la UE examina la posibilidad de un embargo petrolero, pero no quiere atacar los intereses de las diversas empresas. El Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha votado una condena de la política del régimen. Una misión es enviada para evaluar los “abusos cometidos contra los derechos humanos”.

Las sanciones de Canadá han venido después de que el presidente de los Estados Unidos Barack Obama haya hablado con los dirigentes de Arabia Saudita y de Gran Bretaña y que los tres hayan llamado a un fin inmediato de la represión llevada por el gobierno sirio contra quienes protestan. Los Estados Unidos y la Unión Europea han pedido a Bachar El-Assad renunciar a su puesto de presidente.

Por su parte, Rusia continúa enviando armas al régimen sirio. Rusia intenta mantener el aprovisionamiento de equipamiento militar en Medio Oriente, a pesar de las revoluciones y los levantamientos sociales que han sacudido la región. Moscú ha perdido ya varios millardos de dólares tras haber dejado de vender armas a Libia, de acuerdo con la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

Varios países del Golfo han retirado sus embajadores de Siria, e incluso Kuwait, Qatar y Arabia Saudita han protestado contra las violentas medidas de represión contra los manifestantes. Han demandado la puesta en marcha de reformas. Todos ellos han condenado la opción militar utilizada por el régimen sirio y han declarado que esto debía cesar. Estos regímenes no tienen interés en ver un día la democracia en Siria. Su llamamiento a las reformas no puede ser tomado en serio cuando cinco meses antes, esos mismos países, especialmente Arabia Saudita, intervinieron en Bahreim para detener y romper la movilización popular contra el régimen baheriní.

Los países del Golfo, dirigidos por el régimen saudita, no quieren sino fortificar la posición de las fuerzas políticas islamistas en Siria y romper la relación de Siria con Irán. A Arabia Saudita y otros les importa un comino las reivindicaciones de los rebeldes de Siria. Los países del Golfo no querrían en ningún caso ver un ejemplo de democracia en sus fronteras, porque considerarían eso como una real amenaza contra sus propios regímenes. Solo en Ryad hay más de 9.000 presos políticos.

Los rebeldes y algunas personas de la oposición, dejando de lado a los Hermanos Musulmanes, han criticado cada vez más el papel del gobierno turco frente al levantamiento sirio, a pesar de los llamamientos lanzados al gobierno sirio a fin de que abandone la sangrienta represión y que emprenda un proceso de reforma. Primero, el gobierno turco ha sido criticado por haber jugado un papel de cómplice confirmando la retirada de los tanques y del ejército de Hama, el 8 de agosto. Sin embargo, no era así puesto que la ciudad estaba aún en estado de sitio y el ejército llevaba a cabo ofensivas contra otras ciudades.
Segundo, un número creciente de rebeldes y de personas de la oposición han acusado al gobierno turco de favorecer a una fracción de la oposición siria, es decir, a los Hermanos Musulmanes, contra el resto. En los campos de refugiados del sur de Turquía por ejemplo, cerca de la frontera siria, gente de origen laico, situada más bien a la izquierda y elegidos por los refugiados sirios para representarles, han sido detenidos y reemplazados por islamistas. Turquía no está interesada, tampoco, por las reivindicaciones más importantes de los rebeldes sirios, como han demostrado las relaciones muy estrechas mantenidas por el régimen Assad antes del levantamiento. No quiere más que proteger sus intereses políticos y económicos en Siria y en la región.

En conclusión, las tentativas de dividir el movimiento popular o la llamada “solidaridad” de regímenes autoritarios e imperialistas no conducirán a nada. El movimiento popular sirio continúa luchando para proseguir la revolución y rechaza una intervención militar extranjera, teniendo una perfecta conciencia del peligro que reina sobre el país y su propio movimiento. Pero las acciones violentas y la represión realizada por el régimen contra los rebeldes hacen, de hecho, una intervención extranjera más probable.

Son los rebeldes sirios los verdaderos revolucionarios y los verdaderos antiimperialistas, a pesar de lo que digan Chávez y Ahmadinejad cuando pretenden que el régimen sirio está haciendo frente a un ataque imperialista dirigido por Occidente. El comité local del Golán ocupado ha declarado, con razón, que el Golán así como Palestina, no serán libres mientras Lattaquié, Homs, Hama, Damasco y toda Siria no sean liberadas del traidor Al-Assad. ¡El pueblo sirio quiere derrocar el régimen y no se arrodillará ante él!

25/08/2011http://alencontre.org/?p=3582

Traducción de la versión francesa publicada en http://alencontre.org/?p=3582 por Faustino Eguberri para VIENTOSUR

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *