Sólo se puede ser de izquierda al lado de los trabajadores y el pueblo

La izquierda venezolana se encuentra en una crisis histórica. Dividida entre el apoyo al actual gobierno nacionalista burgués, y a la MUD, coalición política acaudillada por partidos socialdemócratas y socialcristianos que gobernaron en la época puntofijista. Las organizaciones que se reivindican de izquierda se han desdibujado completamente a los ojos de la población, convirtiéndose en el furgón de cola de la boliburguesía y de los empresarios y banqueros pro-MUD. Décadas de prácticas oportunistas y electoreras han desgastado hasta niveles mínimos el prestigio de aquellos partidos que en algún momento pudieron representar una alternativa a la élite política capitalista de nuestro país.

La izquierda venezolana se encuentra en una crisis histórica. Dividida entre el apoyo al actual gobierno nacionalista burgués, y a la MUD, coalición política acaudillada por partidos socialdemócratas y socialcristianos que gobernaron en la época puntofijista. Las organizaciones que se reivindican de izquierda se han desdibujado completamente a los ojos de la población, convirtiéndose en el furgón de cola de la boliburguesía y de los empresarios y banqueros pro-MUD. Décadas de prácticas oportunistas y electoreras han desgastado hasta niveles mínimos el prestigio de aquellos partidos que en algún momento pudieron representar una alternativa a la élite política capitalista de nuestro país.

Se autodenominan de izquierda por igual y sin mucho pudor, el partido de gobierno, el propio Chávez y organizaciones que hicieron parte de la tristemente célebre Coordinadora Democrática, hoy devenida en Mesa de la Unidad Democrática. Para nosotros no basta con autoproclamarse de “izquierda”. Esta nomenclatura tiene una connotación relativa, que sólo se puede verificar en la práctica si se está comprometido con las luchas obreras y populares, sobre la base de la total independencia política frente a los patronos, las transnacionales y sus partidos, llámense progresistas o del socialismo del siglo XXI.

Nuestro apreciado amigo Vladimir Villegas publicó recientemente un artículo titulado «La izquierda y Capriles», en el que acierta en reconocer que no toda la derecha se encuentra en la MUD ni toda la izquierda es chavista. Sin embargo, también plantea que «una verdadera opción de izquierda, democrática y con proyecto propio sólo podrá emerger de la derrota de este sancocho ideológico denominado socialismo del siglo XXI», y por ello considera que los partidarios de esa orientación deberían plegarse a la MUD y apoyar la candidatura de Capriles.

En ese planteamiento anida una gran equivocación, que en gran medida se encuentra en la base de la crisis de esa izquierda que se subordinó a la MUD y al Psuv, perdiendo su autonomía política frente a los partidos de los explotadores. Se desprende de lo planteado por Villegas que la izquierda debería postergar su independencia hasta el día después de que Capriles llegue al gobierno, desplazando eventualmente a Chávez.

En el Partido Socialismo y Libertad (PSL), entendemos que es imprescindible rescatar las banderas del socialismo que este gobierno ha envilecido y desprestigiado, pero sabemos que si no lo hacemos desde un espacio propio, claramente diferenciado de la MUD, tampoco se podrá construir una referencia clara. A fin de cuentas, nuestra sociedad no está dividida entre chavistas y escuálidos, sino en clases sociales, y para defender consecuentemente los intereses de los trabajadores y los sectores explotados, no podemos subordinarnos políticamente a la boliburguesía o a la burguesía tradicional opositora.

Villegas plantea que el concurso de la izquierda es «imprescindible para convocar voluntades a favor del cambio progresista que propone Henrique Capriles». No obstante, para quienes oponiéndonos al gobierno, reivindicamos posiciones de izquierda, no es una opción válida hipotecar nuestra independencia política para colocarnos al servicio de la otra derecha, la que conforman los partidos de la MUD.

Nuestro partido ha postulado la candidatura de Orlando Chirino, un dirigente obrero honesto y revolucionario con décadas de lucha al servicio incondicional de los trabajadores, porque consideramos que sólo un gobierno de las organizaciones obreras y populares puede dar respuesta a los problemas estructurales del país, que ni el chavismo ni los gobiernos del bipartidismo, hoy agrupados en la MUD, pudieron resolver.

Las propuestas que hacemos no las contempla el programa de la MUD ni el del Psuv, pues partimos de la nacionalización del 100% del petróleo y el manejo democrático de la industria petrolera por parte de trabajadores, técnicos y empleados, para que la renta se destine a salud, educación, seguridad social, sueldos dignos para todos, entre otras cuestiones. Para nuestro partido, el salario mínimo no puede ser inferior al monto de la canasta básica, mientras que para el Psuv tenemos «el salario mínimo más alto de América Latina» (cosa que es falsa), y para Capriles, bastaría con que el salario mínimo cubriera la canasta alimentaria, cuyo monto es alrededor de la mitad de la canasta básica. En materia de política internacional, Capriles está alineado con el gobierno de los EEUU, mientras que Chávez apoya a la dictadura capitalista china y a las dictaduras árabes, y depende cada vez más de las importaciones provenientes de lo que la burocracia roja, rojita llama el “imperio”. Por nuestra parte, no apoyamos políticamente a ningún gobierno burgués. Así, podríamos enumerar muchas diferencias más que nos separan tanto del proyecto chavista como del de la MUD.

La izquierda debe ser audaz y apostar a un camino independiente, al lado de las luchas de los trabajadores, la juventud y el pueblo, si quiere convertirse en alternativa de poder en este país. La izquierda no tiene futuro arriando sus banderas históricas, mimetizándose en un supuesto progresismo o arrodillándose a un caudillo arrogante, que tras un discurso mesiánico esconde su verdadera faz procapitalista. Nuestro partido no tiene vocación de eterna oposición. Queremos labrar una senda alternativa a las calamidades que hoy padece nuestro pueblo en el marco del capitalismo que aún prevalece. Ese es el sentido de la candidatura del PSL, personificada en la figura de Orlando Chirino.

Sabemos que hay millones de venezolanos que están hartos del gobierno y de la MUD, incluso, dentro de los partidos de izquierda agrupados en ambos polos, a ellos los convocamos a apoyarnos para construir una referencia de lucha, obrera y popular. La construcción de esa alternativa que requieren las mayorías de este país, para luchar por el verdadero socialismo sin boliburgueses ni transnacionales, requiere del concurso de todos los luchadores honestos del campo y la ciudad, de trabajadores y organizaciones comunitarias, de los jóvenes y estudiantes. Estamos abiertos a recibir los aportes de todos ellos, para construir un espacio político para la verdadera izquierda revolucionaria venezolana.

*Secretario general del Partido Socialismo y Libertad (PSL)
@UcvMiguelangel
@PSL_Vzla
miguelaha2003@yahoo.com

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