Túnez: ¡Investigación y castigo a los asesinos de Choukry Belaid!

El 6 de febrero fue asesinado Choukry Belaïd, dirigente del Movimiento Patriótico Democrático Unificado, fuerza panarabista de inspiración marxista y una de las principales organizaciones del Frente Popular de Túnez. Dos días después, la huelga general y las manifestaciones masivas de protesta eran la mejor respuesta al crimen.

El 6 de febrero fue asesinado Choukry Belaïd, dirigente del Movimiento Patriótico Democrático Unificado, fuerza panarabista de inspiración marxista y una de las principales organizaciones del Frente Popular de Túnez. Dos días después, la huelga general y las manifestaciones masivas de protesta eran la mejor respuesta al crimen.

Desde el Comité Coordinador UIT-CI/CEI:

1. Expresamos nuestra solidaridad con la familia del compañero asesinado y con su partido, y con el Frente Popular. Exigimos la investigación y el castigo a los autores materiales y responsables políticos del crimen.

2. Denunciamos la responsabilidad, por activa o por pasiva, del gobierno del partido islamista Ennahda por la impunidad con la que actúan las llamadas Ligas de Defensa de la Revolución, grupos parapoliciales armados por el gobierno, que deben ser disueltos. A la vez se ha negado a avanzar en la ruptura con el antiguo régimen, con la depuración de la policía y la magistratura o la reparación a las víctimas de la revolución, del mismo modo que ha continuado con la represión de las protestas. Después de más de un año en el poder, el gobierno de la troica no ha hecho nada para mejorar la situación de los sectores obreros y populares, que viven sometidos a la desocupación y la miseria. Toda su política se ha basado en medidas neoliberales para mantener la inversión extranjera y los acuerdos con el imperialismo (FMI, UE, Qatar, Arabia Saudí) y las multinacionales. En lugar de dar respuesta a las reivindicaciones de pan y trabajo que habían estado en el corazón de la revolución, esta política ha aumentado el desempleo y la pobreza.

3. Saludamos las movilizaciones que expresan el rechazo popular a estas políticas como la luchas en Siliana o en la cuenca minera de Gafsa por el empleo. Son la continuidad del proceso revolucionario que empezó en diciembre de 2010. Creemos que la disyuntiva central hoy para el pueblo tunecino no es islamismo o laicidad, sino si se avanza o no en el camino de la revolución para responder a las necesidades de los sectores explotados -pan, trabajo y libertad- y en la ruptura con el antiguo régimen.
4. Entendemos que no hay salida para las masas tunecinas que se sublevaron contra Ben Alí si no se toman medidas para poner todos los recursos del país al servicio de planes de empleo público, con la nacionalización de los bienes estratégicos, el no pago de la deuda y la ruptura con la UE, que está al servicio del imperialismo y se ha construido contra los trabajadores. Esto supone también profundizar la revolución en su contenido democrático, rompiendo con todo el aparato represivo del viejo régimen. En nuestra opinión ambos objetivos están indisolublemente ligados: sin avances para garantizar trabajo digno para todos no habrá ninguna posibilidad de consolidación de las libertades democráticas. Si no se profundiza la revolución, se dejará el terreno libre para la reacción y que continúen actuando grupos asesinos parapoliciales contra los sectores obreros, populares y de la izquierda.

5. A nuestro entender, este avance va a ser imposible mientras se mantengan alianzas y políticas sin un claro contenido clasista, inequívocamente del lado de los trabajadores, del lado del ejército de jóvenes sin empleo, del campesinado empobrecido. Desde nuestro punto de vista, la alianza de “todos contra Ennahda”, que se propuso desde sectores de la izquierda tunecina, en donde se incluiría formaciones políticas bajo las que se reciclan los elementos del viejo régimen, como Nidá Tunis (alrededor de un viejo ministro de la dictadura) que apoyó la represión en Siliana, no ayudan a avanzar en la construcción de una alternativa política imprescindible para poner en manos de los trabajadores tunecinos una herramienta útil al servicio de la revolución.

6. Creemos que el gobierno de Ennahda ha fracasado y que no puede dar respuesta a los sueños de la revolución tunecina. Apoyamos la formación de un gobierno obrero y popular con la UGTT y el Frente Popular desligado de todo vínculo con la dictadura y con el islamismo neoliberal.

18 de febrero 2013

Comité Coordinador UIT-CI/CEI

Unidad Internacional de Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
Comité de Enlace Internacional (FO-LI)

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