(Videos) Recopilación de ponencias realizadas en el foro «Intelectuales, Democracia y Socialismo»

Ofrecemos a los lectores de Laclase.info esta recopilación de videos y transcripciones de algunas de las ponencias realizadas en el marco del encuentro «Intelectuales, Democracia y Socialismo», organizado por el Centro Internacional Miranda.

Ofrecemos a los lectores de Laclase.info esta recopilación de videos y transcripciones de algunas de las ponencias realizadas en el marco del encuentro «Intelectuales, Democracia y Socialismo», organizado por el Centro Internacional Miranda.

Relatoría realizada por Juan Carlos Monedero

Ponencia de Santiago Arconada

Ponencia de Gonzalo Gómez

Ponencia de Ernesto Villegas

Ponencia de Roberto López

Ponencia de Aram Aharoniam

Ponencia de Marta Harnecker

Ponencia de Javier Biardeau

Ponencia de Vladimir Acosta

Bien, en 10 minutos no se puede decir gran cosa, sobretodo para referirse a un proceso tan rico y tan complicado como éste. De los tres temas que están establecidos ahí, me parece que el menos importante es el primero, que los más importantes son el segundo y el tercero; es decir una evaluación crítica y auto-crítica de este proceso y pensar un poco en las cosas que se pueden hacer. Pero lo segundo es pre-requisito a lo tercero; es decir, primero hay que hacer una evaluación crítica para luego pensar en lo que se puede hacer. En consecuencia, yo voy a referirme fundamentalmente a lo que sería una evaluación crítica de este proceso, partiendo de lo que decía hace un poco Juan Carlos Monedero, y que yo comparto, que aquí tiene que haber un espacio para la crítica, tiene que haber una pérdida del temor a hacer la crítica por cualquier descalificación que se haga de lo dicho.

• 1. Diez años de extraordinarios logros

Yo parto, por supuesto, de la idea de todos los extraordinarios logros que se han obtenido aquí en estos diez años. Éste es otro país distinto al país que existía aquí hace diez años, ésta es otra Venezuela, y es verdaderamente extraordinario lo que se ha hecho aquí. Lo digo simplemente como una presentación, pero creo que es absolutamente inútil referirse a eso porque todos lo sabemos, todos lo compartimos y por eso justamente estamos aquí. Yo creo que lo más importante es que en medio de esos logros y asociados a esos logros, hay problemas. Hay problemas y hay algunos problemas que ni siquiera se ven, que se ocultan, o que se lo subestima y son problemas importantes, que a medida que se acumulan se convierten en amenaza contra el avance y la profundización de este proceso, que creo que es lo que todos queremos.
Yo en esos diez minutos o doce minutos, difícilmente puedo detenerme a detallar los problemas, voy hacer fundamentalmente una suerte de enunciado que, luego puede ser profundizado o discutido. Y justamente para aprovechar el tiempo traje algunos pequeños apuntes aquí. Había que empezar, en mi opinión —y éste es un tema que yo he tratado con más detalle en otras oportunidades— viendo lo que son tres problemas claves de este proceso en medio de todos sus logros.

• 2. Falta de un programa político claro

El primero es la falta de una línea política o de un programa político claro. Por supuesto [está] el Socialismo del Siglo XXI, pero el Socialismo del Siglo XXI hasta ahora es una idea muy genérica y tiene que ser así porque es una idea en construcción. Nosotros no tenemos ninguna receta socialista. Y este proceso ha llegado ahí a través justamente de una secuencia de hechos. Al principio, lo que había era fundamentalmente una sensibilidad social, luego se fue asumiendo una posición antiimperialista y finalmente se ha ido asumiendo el Socialismo del Siglo XXI. Pero hay montones de cosas aquí que no están claras, y uno de los hechos que resalta ahí es que la línea política es fundamentalmente lo que el Presidente [Chávez] va descubriendo o estableciendo como línea política. Y eso ya genera un primer problema. Porque ocurre entonces que el segundo problema, que se relaciona con eso —y yo apenas los estoy enunciando— es la falta de una dirección colectiva, cosa a la cual yo me he referido miles de veces.

• 3. Nadie cuestiona el liderazgo de Chávez, pero se requiere una dirección colectiva

Por supuesto nadie cuestiona el liderazgo del Presidente Chávez; el Presidente Chávez es el alma, el corazón, el nervio, la fuerza de este proceso, este proceso se identifica plenamente con él, el Presidente trabaja 25 horas diarias por este proceso, dedica su vida y arriesga su vida por este proceso. Nadie cuestiona el liderazgo, pero el Presidente no puede hacerlo todo, ni puede estar en todas partes. Y una de las cosas que requiere un proceso como ese es una dirección colectiva y estamos lejos de tener una dirección colectiva. La relación sigue siendo una relación del Presidente con el pueblo, que lo adora con toda razón la mayoría del pueblo, pero los dirigentes, los líderes, los cuadros o son desconocidos, o son ignorados e incluso son hasta rechazados por la propia población.

• 4. Que los dirigentes se atrevan a pronunciarse antes de que Chávez lo diga

Aquí no ha habido la creación de una dirección colectiva que refuerza el liderazgo del Presidente y eso me parece que es fundamental para que las tareas puedan cumplirse mucho mejor y para que un dirigente, teniendo además una línea política, se atreva a opinar antes de que el Presidente Chávez lo diga por que todo está más o menos establecido, una línea general. Eso es la segunda falla, que yo creo que tenemos y repito: las estoy enunciando sin entrar mucho en detalles.

• 5. Ausencia de un partido revolucionario

Una tercera falla, un tercer problema es, la ausencia de un partido revolucionario. Aquí no hay un partido revolucionario. El PSUV no es ni siquiera un partido, perdónenme que lo diga. El PSUV de hecho ha sido, por lo menos hasta ahora, un instrumento administrativo y electoral para aplicar la línea política que el Presidente Chávez va estableciendo, no es un partido político todavía. Además, un partido político que se organiza desde arriba, tiene el riesgo de atraer a mucha gente que no es revolucionaria. Hay muchos revolucionarios en el PSUV, pero también hay gente que anda buscando obtener puesto, etcétera, etcétera. Ese es uno de los problemas de fondo que se plantea con el PSUV.

• 6. Por qué un solo partido

Además no tendría ni siquiera porque haber un sólo partido aquí, podría haber varios partidos y eso generaría una mayor riqueza en las discusiones. Porque un partido más grande y más poderoso genera arrogancia, genera prepotencia, genera malas relaciones con los propios aliados. Esto genera o está relacionado con problemas, en este caso, de burocratismo, de ineficiencia y, a veces, hasta de corrupción sobre los cuales no voy a decir más nada.

• 7. Tres logros extraordinarios permiten financiar proyectos sociales

Otro aspecto que quiero tocar, que es una suerte de ventaja envenenada que ha tenido este proceso, es decir, una ventaja que tiene aspectos también de desventaja. La política correcta y exitosa que ha llevado a cabo el gobierno bolivariano en estos años, ha permitido, entre otras cosas, salvar la OPEP, recuperar la OPEP, y a través de la OPEP recuperar los precios del petróleo. Cayeron, por supuesto, después de la especulación y la crisis, y están levantándose otra vez. Pero ha sido un esfuerzo enorme del gobierno venezolano por rescatar la OPEP, rescatar los precios del petróleo, y por rescatar la PDVSA, y convertir PDVSA en una empresa verdaderamente nacional, una empresa del pueblo venezolano, y no la empresa de las minorías corruptas, de las transnacionales y enemigas del país que la dominaban antes. El gobierno bolivariano ha logrado controlar las reservas, y rescatar las reservas; ha logrado acabar con la supuesta autonomía del Banco Central de Venezuela, para que sirviera intereses contrarios al país; y ha logrado que la población empiece a pagar impuestos. Estos son tres logros extraordinarios.

Estos tres logros extraordinarios han permitido financiar los grandes proyectos sociales que se vienen llevando acabo, la inversión social, eso que los neoliberales han llamado el gasto social. Es decir, todo que se ha hecho por la salud del pueblo, por la educación, creación de nuevas universidades, por la seguridad social, por la distribución de tierras urbanas y rurales, la construcción y el desarrollo del país; todos estos grandes logros nacen de ahí, y esa es la parte extraordinariamente positiva.

Pero hay un aspecto negativo que as veces se olvida, y es justamente que esto ha permitido que estos logros se obtengan sin tener que tocarle un pelo a la burguesía, sin tener que tocarle un pelo a la clase dominante. Aquí no se han tocado en absoluto las relaciones de producción, no se han tocado. Hay sí una competencia que se va generando, porque el estado va tratando de introducir empresas socialistas, empresas solidarias, etc., etc. Pero eso, en ese contexto, resulta muy difícil que se avance mucho, porque el capitalismo no tiene límites morales. Un capitalista puede robar a su madre para construir una empresa y eso es perfectamente válido en el capitalismo. Después se compra un canal de televisión que lo presenta como buena gente y se olvida todo. El socialismo tiene límites morales: la solidaridad, la ética, la protección de los más débiles y resulta siempre más difícil y más costoso construir socialismo cuando, encima, se tiene un capitalismo super poderoso como el capitalismo que se tiene aquí. el hecho es que la burguesía sigue controlando aquí. La oligarquía venezolana sigue controlando la mayor parte del poder, incluso el poder político. Porque a veces pierden terreno y lo vuelven a recuperar, como ahorita que obtuvieron algunas gobernaciones para destrozar los logros que se habían obtenido con la gestión bolivariana. Pero tienen el poder económico en buena parte, tienen poder ideológico, tienen poder mediático, tienen poder religioso, tienen la educación todavía, a pesar de todo lo que se ha hecho aquí. Entonces, nos encontramos que, esos enemigos, que [son] parte justamente de esta misma sociedad, tienen un poder enorme que no ha sido contrarrestado. Salvo conflictos locales, [porque] es verdad [que] el estado compra empresas; no es exactamente que las nacionaliza, las compra en el mercado y, sin embargo, todavía chillan algunos empresarios de países amigos, porque compra empresas que lo que estaban haciendo era perjudicando al país; ejerce el derecho soberano que le deja hacerlo.

• 8. Se genera comodidad, facilismo, consumismo

En fin, pero lo que me preocupa más y lo que me parece más importante, es que eso genera una visión equivocada en la población. Genera comodidad, genera facilismo, genera consumismo.

El socialismo es costoso. Costoso no del punto de vista del dinero, costoso del punto de vista del esfuerzo que implica romper con toda la basura que uno tiene en la cabeza porque se la metieron desde niño. Se la metieron: se la metió la iglesia, se la metió la escuela, se la metió la universidad, y se lo metieron los medios de comunicación y se lo siguen metiendo todos los días; han metido todos eses valores individualistas, egoístas mezquinos, antisolidarios; y con todas las ventajas, repito, que tiene el capitalismo que simplemente por haber gobernado siempre, aún estando fuera del poder político, sigue actuando como si estuviera en el poder y lo vemos todos los días: cómo actúan esos empresarios, cómo actúa esta oposición, como si ellos estuvieran en el poder y nuestro gobierno siempre está a la defensiva: dando explicaciones, dando explicaciones y as veces llorando porque los muertos lo ponemos todos nosotros en esa conflictividad; que afortunadamente no ha pasado de cierto límite y esperemos que no pase. Entonces se genera una visión facilista, de que se consigue las cosas sin mucho esfuerzo, de que se consigue los logros sin mucho esfuerzo, y eso, evidentemente, representa un peligro serio para ese proceso.

• 9. Falta formación ideológica

Aquí hace falta formación ideológica, educación, cuadros. Falta generar una visión constructiva, que se vaya construyendo, a cada paso, ese Socialismo del Siglo XXI sobre la base de entender que eso implica una verdadera revolución en la cabeza de cada uno de nosotros. Incluso los que creemos que somos muy revolucionarios, y as veces se nos olvida que parte de esa basura la tenemos también en la cabeza.
Bien, todavía tengo un tiempito, y con eso digo todo el resto.

• 10. Los medios, el primer poder

Además tenemos otro problema que yo quiero enunciar, porque verdaderamente sería demasiado difícil tratarlo: el problema de los medios. El problema de los medios que son ahorita, no el cuarto poder como decían algunos románticos antes, ni el segundo poder como dice [Ignacio] Ramonet, sino que son el primer poder, el poder único y la expresión de ese poder único.
Y, en un país como el nuestro donde hay poca institucionalidad y la institucionalidad que hay, en buena parte es la institucionalidad podrida del pasado, los medios se han convertido en el espacio de todos: aquí los tribunales son los medios, aquí las universidades son los medios. Aquí todo se hace dentro de los medios y estos son los medios que controlan, fundamentalmente, son los enemigos de este país y los enemigos de este proceso, y son los instrumentos de la dominación imperialista fundamentalmente norteamericana. De tal manera que ahí hay una de las grandes fallas de este proceso: es que nosotros no hemos sido, en diez años, capaces de elaborar una política de medios correcta. Hay, incluso, unos esfuerzos que arrancaron bien, después se han estancado un poco, y no voy a mencionarlos. Y en buena parte de los casos, además, hemos perdido la iniciativa en la parte mediática, de tal manera que casi siempre nos convertimos en antenas de repetición de lo que hacen los medios enemigos para tratar de desmontar algunas de las patrañas que hacen, y se nos va la mayor parte del tiempo en eso. Ese es un problema que habría que discutir también a fondo.

• 11. Ausencia de organizaciones populares revolucionarias

Luego, hay otro problema —lo voy a mencionar, nada más— que es la falta de organizaciones populares revolucionarias. Una revolución como esta está amenazada constantemente por el enemigo y aquí lo que se ha construido, que es sumamente valioso, son los consejos comunales, pero éstos no son exactamente una organización revolucionaria, son una organización institucional. En la zonas pobres, un consejo comunal lo domina probablemente la gente de izquierda, pero un consejo comunal en la Lagunita, si es que lo hay, o en el Cafetal, es difícil que pueda ser un consejo revolucionario. Lo que teníamos que tener nosotros, además de eso, sería organizaciones populares en todas partes, a nivel de los barrios, a nivel de cualquier espacio donde conviva todo el mundo y que puedan ser organismos revolucionarios. Los hemos tenidos y los perdimos, porque justamente los Círculos Bolivarianos fueron un ensayo de eso y desgraciadamente se quedaron en el camino. Pero hace falta que una revolución amenazada como esta tenga como defenderse. No basta la contraloría social, y la información que se descubre, como, por ejemplo, donde estaban los carros de este caballero que los tenían escondidos ahí, alguien seguramente vio un montón de carros, pero eso es circunstancial. Aquí hay conspiraciones, aquí hay amenazas, aquí hay una guerra permanente para destruir ese proceso y el pueblo tiene que estar bien organizado para enfrentarlo.

• 12. Las corrientes más moderadas dominan porque están más organizadas

Y, para terminar, diría que, además, este proceso revolucionario, como todos los procesos revolucionarios, es un proceso heterogéneo. Heterogéneo significa que participan en él corrientes distintas, grupos distintos que tienen visiones distintas y que tienen alcances distintos, que es lo más grave. Sin descalificar a nadie de derechista ni nada parecido, aquí hay gente honesta, valiosa, revolucionaria —como uno quiera llamarla— pero que ve las cosas hasta cierto límite, que se conforman con ciertos logros y que no quieren seguir avanzando. Y se convierten entonces en una suerte de rémora. Porque resulta que hay otros sectores, que son justamente los más revolucionarios, los más pobres, los más perjudicados, los que quieren avanzar más y que están menos organizados, son los más débiles y entonces eso genera una suerte de estira y encoje en el cual hay momentos en que se avanza, momentos en que se retrocede, como pasa en todas las revoluciones, pero sin que se consoliden mucho los logros más radicales. Los logros más radicales no se consolidan suficientemente y entonces hay una amenaza permanente de que posiciones más moderadas, posiciones que no se atreven a avanzar, sean las posiciones que sean más fuertes porque son las que están más organizadas y las que tienen realmente mayor poder.

• 13. No existen movimientos fuertes e independientes
Para terminar, nosotros tenemos un grave problema: que nuestro proceso revolucionario no tiene un movimiento obrero realmente independiente, clasista y organizado. Y los intentos de organizarlo han terminado por acercar el movimiento obrero a la política del estado, que ni siempre debe ser la política que debe tener el movimiento obrero porque el movimiento obrero puede ir mucho más allá de eso.
Tampoco tenemos un movimiento campesino suficientemente fuerte y un movimiento estudiantil; lo estamos tratando de tener, pero tampoco es suficientemente fuerte. O sea, son debilidades grandes que tienen un proceso, porque no se puede construir el socialismo sin obreros, sin campesinos, sin sectores populares bien organizados que empujen esto hacia situaciones o posiciones más radicales.

• 14. No ocultar las críticas por temor porque luego puede ser demasiado tarde para enmendar

Yo no quiero terminar sin decir algo positivo, porque van a creer que estoy llamando a que nos suicidemos. No es eso. Lo que estoy tratando de decir es que en medio de los extraordinarios logros que hemos obtenido aquí, que lo vemos todos los días —y que por eso, repito, no hay necesidad, en diez minutos, de poder dedicarnos a ellos, porque tendríamos que pasar una semana mencionándolos— dentro de esos logros tenemos problemas importantes, tenemos problemas serios y muchas veces aquí no ha habido espacio suficiente para que esta crítica, que es una crítica constructiva para mejorar, para profundizar, se exprese. Me parece excelente que esta reunión sea una oportunidad en que, sin temor a quien esté, la crítica no tiene que ser escondida, no tiene que ser escondida; las críticas se hacen abiertas y justamente por eso es que se puede avanzar. La televisión que esté, el canal que esté, quien esté. Eso es lo que tenemos nosotros que hacer porque hay demasiadas cosas positivas por encima de estas críticas para que nosotros nos asustemos o para que pensemos que tengamos que ocultarlas. Lo que sí es malo es ocultar las críticas por temor y dejar que las cosas que empiezan a dañarse se pudran y que se vuelva demasiado tarde para enfrentarlas.
Enfrentemos estas críticas, critiquemos, y este es el punto de partida para pasar al último aspecto, que es: cómo resolvemos la mayor parte de estos problemas y cómo seguimos avanzando para que esta revolución sea realmente un instrumento para seguir transformando esta sociedad venezolana y para acercarnos a una sociedad justa, a una sociedad soberana, una sociedad libre, una sociedad que no podrá ser otra cosa que no podrá ser otra cosa sino una sociedad socialista.

Ponencia de Luis Britto García

1. Intelectuales contribuyeron a análisis crítico de la IV República

Yo me atengo muy disciplinadamente a lo que dice la convocatoria. Nº 1 ¿Los intelectuales contribuyeron a desenmascarar la IV República? Sí; una obra crítica extraordinaria desmontó los supuesto económicos de la IV República; fueron autores de ella gran parte de los teóricos de la Dependencia, hubo críticos filosóficos como Ludovico Silva y Pedro Duno, hubo novelistas que hiciemos una narrativa de la violencia, pintores que hicieron una plática de la violencia, cineastas que hicieron una narrativa cinematográfica también violenta, sulfurosa; hubo una crítica que se reunió en el Congreso cultural de Cabimas y predijo que en 1984 se venían abajo los fundamentos económicos del sistema y en efecto se vinieron abajo, se desplomaron un año antes de lo previsto.
Durante casi cuatro décadas decir cultura fue decir cultura revolucionaria. ¿Tuvo eso algún efecto en el proceso? Sí en las grandes movilizaciones de las masas, e incluso Hugo Chávez Frías habla de que en un Volkswagen abandonado por unos guerrilleros se encontró una cantidad de cuadernos: El San Carlos Libre, planfetos, manifiestos, y que ahí le entró a él el veneno del socialismo. Los grupos culturales siguieron abriendo caminos para la agitación en los barrios cuando las guerrillas urbanas se retiraron.

Eso fue un batalla punto a punto y el hecho de que algunos intelectuales hayan claudicado o hayan tirado la toalla, o se hayan convertido de doctor Jekyll en mister Hide no le quita su importancia.

Segundo elemento del temario, es decir: Diez años de gobierno revolucionario con sus luces y sombras, sus logros y esperanzas cumplidas y anhelos que aún esperan. Bueno eso es muy córtico, menos mal que se puede decir muy rápido, pero para hacerlo más rápido lo voy a fundir trazando escenarios futuros donde se establezcan posibles vías para el socialismo del siglo XXI.
Yo he organizado en infinidad de artículos un poco los grandes logros fundamentales sobre el socialismo actual. Podría plantear o matizar las sombras, las carencias, pero prefiero calificarlas como que nos falta por construir, por recorrer y por modificar. Justamente esta terrible experiencia de una izquierda derrotada, aplastada, perseguida, vilipendiada, humillada, vendida, nos da la idea de que no hay causa perdida, nos perdemos a veces los que adoptamos la causa pero la causa sigue allí integra y termina por triunfar.

2. Gran repunte de la participación en estos diez años

Bueno, en cuanto a la participación. Creo seriamente que en Venezuela, por toda mi experiencia y todo lo que he leído de historia, no ha habido un repunte en la participación popular como la que ocurrió en estos diez años de proceso. Sin embargo hay toda una serie de fallas que señalan las críticas constantemente.

3. En las candidaturas no se respeta el criterio de las bases

En muchos casos se dice que no hay consulta a las bases, que poco a poco en algunos puntos una clase política ha ido copando lo que debería ser la obra de la representación popular. En muchos casos aparentemente se han perdido candidaturas porque había un candidato que había sido elegido por las bases y fue impuesto otro que no gozó del favor de las bases, entonces los revolucionarios fueron divididos al proceso electoral y por eso se perdieron puntos importantes.

A las organizaciones sociales se les dice organícense, reúnanse, júntense, y después que se hace esa incitación, no se les da ningún tipo de papel, se les rechaza sus postulaciones, no se les hace caso.
Creo que dentro de esas luces está ese repunte de la participación.

Para el 2021 yo espero un país con una participación verdaderamente plena donde el ciudadano pueda hacer valer totalmente sus derechos, tanto individuales como colectivos y donde las decisiones sean tomadas desde las bases, apoyadas por las bases. Donde la participación política sea una parte integral definitiva e irrenunciable de la vida de cada ciudadano como lo fue, pero sólo para una elite, en la llamada Atenas de la democracia.

4. Hacia una verdadera Renacionalización

Uno de los logros fundamentales del proceso fue detener la privatización de nuestras riquezas, de nuestras industrias básicas, de la educación, de la seguridad social y de la salud. Está bien, a través de eso se le dio una vuelta total de timón al rumbo que llevaba el país en función de un plan privatizador de Petróleos de Venezuela que hubiera significado nuestra ruina.
Sin embargo, yo veo para el 2021 lo siguiente: una verdadera nacionalización de la industria petrolera en el sentido siguiente: hasta ahora, por cuestiones circunstanciales hemos tenido que recurrir a asociaciones estratégicas, uniones, contubernios. Yo pienso que es el momento de iniciar una consecutiva y verdadera renacionalización de nuestras industrias básicas productivas, no solo la petrolera, sino todas las demás en el sentido de que sean 100% nacionales.
Para el 2021 yo creo que la última trasnacional debe ser despedida con un enorme homenaje del territorio venezolano para que nuestra economía sea verdaderamente y plenamente soberana.
Fíjense, efectivamente dentro de los esfuerzos del proceso estuvo utilizar la energía como una fuerza estratégica. Entenderla como un poder y no como una debilidad. Siempre Venezuela estaba culpabilizada: “Ay, que horror, tenemos energía, somos un país inútil, no servimos de nada”. Eso ha cambiado diametralmente, pero dentro de las sombras del proceso, yo diría que hay el hecho que no se ha superado el elemento histórico de que estamos arrastrando como desde los años 20 del siglo pasado de la dependencia de los ingresos de los hidrocarburos.

5. Superar la sobre dependencia de los hidrocarburos

Tenemos que iniciar ya, un plan orgánico, coherente, ejecutivo, dinámico con el objetivo de superar la sobre dependencia de los hidrocarburos, porque vamos hacia una sociedad en la cual estos se habrán agotado. Dentro de unas cuantas décadas Venezuela debe servir de modelo para el otro tipo de economía y de vida social que aparecerá a partir de eso. Hay ejemplo de ello en Noruega. Noruega es un país escandinavo dependiente en parte de los hidrocarburos y la reconversión de Noruega hacia la energía eólica y otras formas alternativas de energía es verdaderamente asombrosa, prodigiosa e interesante. Yo hablé una vez con Buckminster Fuller, el inventor del domo geodésico. Él decía que era un crimen quemar hidrocarburos por la energía. Decía que los hidrocarburos son para la química, para insecticidas, para medicinas, para plástico, para toda esa serie de cosas. Hay que cambiar el rumbo de esa industria y esa es una de las tareas que se tiene que proponer Venezuela y el mundo con Venezuela.

6. Nos proclamamos socialistas, pero somos capitalistas

Venezuela esta entre los países que de una manera escandalosa, desafiante, abierta, planteó de nuevo el tema del socialismo al mundo, cuando todo el mundo andaba tratando de disfrazarse de neoliberal o intentando que lo reconocieran allí por lo menos como un moderado neoliberalizante, pero yo diría que nos hemos quedado en una situación casi estática de empate. Nos proclamamos como socialistas, pero, fuera de Petróleos de Venezuela y algunas de las grandes industrias básicas, somos un país capitalista. La Constitución lo reconoce así y se dice por allí que no es malo ser rico y que es legítimo enriquecerse.
Vivimos en una sociedad dual y yo digo en una fábula que hice que cuando uno intenta hacer un sistema mixto con gallinas y con zorros en un mismo gallinero, a la semana sólo quedarán zorros y además se comerán al granjero.
Hay que superar esa indefinición, y superar esa indefinición entrando en la batalla ideológica que es una de las más importantes.

7. Necesidad de crear un partido de cuadros revolucionarios

Yo veo en este proceso el hijo de todo el esfuerzo tesonero ideológico que hicieron los intelectuales de izquierda a partir de los años 60 en Venezuela. Ahora, ¿qué tenemos actualmente que nos impida, a las nuevas generaciones sobre todo, hacer un esfuerzo paralelo para lanzar una ofensiva ideológica que nos defina, nos clarifique y nos ponga definitivamente en el rumbo de una sociedad abiertamente socialista y no de un híbrido incompatible? En ese sentido, vuelvo a la vieja afirmación de Lenin “No hay revolución sin partido revolucionario y no hay partido revolucionario sin ideología revolucionaria”. Dentro del socialismo tenemos que crear un partido de cuadros.
No hay tiempo para explicar todo lo que eso significa, pero un cuadro es un verdadero militante, es un soldado de la revolución es una persona que en vida, obra, pensamientos y acciones está dedicada a la revolución; no es una persona que está intentando ganar posiciones colocándose en sitios, que piensa una cosa un día y otra el otro y que uno ve que se ha enriquecido repentinamente, eso es todo lo contrario a un cuadro revolucionario.

8. Misiones y aparato de Estado

Dentro de los logros de este proceso han sido espectaculares los saltos que se han dado en atención a la salud, en apertura a la matrícula, sobre todo en educación superior, incluso en acceso de los niños a la educación que antes estaba coartada por una serie de contribuciones que inventaban los mismos profesores; en la distribución de alimentos y la multiplicación de la salud y del acceso a ella.

Ahora, las misiones, sin embargo a la vez que son una solución, son un problema entre comillas. ¿Por qué? Una misión es la confesión de un problema que el Estado no ha podido resolver, sencillamente. Y en ese sentido, mucha gente lo ha señalado, yo lo he señalado, entre otros, no puede haber dos Estados paralelos en un mismo país. Uno que no funciona y otro que si funciona, uno que toma soluciones prácticas e inmediatas y otro que se pierde en laberintos burocráticos y nunca resuelve ni hace funcionar nada.

Esa inmensa luz que han sido las misiones —tanto nacionales como internacionales—, debe arrojar una luz sobre el problema fundamental que es la reforma del Estado, la desestructuración del Estado, la creación de un poder del Estado al servicio del pueblo y de un Estado que sea racional, diáfano, sencillo, simple.

A pesar de la Ley de simplificación de trámites administrativos, sigue siendo para el ciudadano común una pesadilla cualquier contacto con el Estado. Es un Estado al que se defiende, al que se protege, al que se proclama, pero cada vez que uno va ante una taquilla empieza un infierno inmencionable, quien sabe cuántos votos se han perdido debido a eso.

Tiene que haber una reforma del Estado, pero también una reforma interna de las propias Misiones. Piensen ustedes que en las propias misiones muy frecuentemente y a pesar que sean reconocidos algunos derechos, no se les da a las personas que colaboran en ellas ni contrato ni nombramiento. Su situación es enteramente precaria. Las remuneraciones son mínimas, no son remuneraciones. Hipócritamente se les llama incentivos, y eso se hace para que no entren en la Ley del Trabajo. Una madre ni siquiera tienen derecho a prenatal y postnatal, estoy hablando de cosas que conozco directamente.

9. No se pueden exigir sacrificios a unos mientras otros disfrutan de grandes privilegios

Conozco misiones o nuevas estructuras en donde se pretende que la gente trabaje 7 días a la semana consecutivos; no estoy mintiendo. Entonces, dentro de esto también debe haber una mirada interna. Los derechos deben concederse adentro. Sí son concebibles, necesarios e indispensables en el socialismo grandes sacrificios en los que hay que dejar las entrañas, pero ese sacrificio no puede darse en esos extremos, mientras toda la otra parte de la población se enriquece obscenamente de una manera especulativa e improductiva, a costa del sacrifico de otros.
Eso tiene que estar en las grandes luces que tienen que estar resueltas para el 2021 y preferiblemente para el 2011 ó el 2010.

10. Sobre los medios y la necesidad de iniciativas alternativas

Ya se ha hablado mucho del problema de los medios y sobre eso yo he escrito demasiado.
Sobre este tema yo espero ver para el 2021 que Conatel aplique, aunque sea una sola vez, la ley Resorte. Eso será una utopía, será una cosa inconcebible, una especie de fin de mundo.
Una consecutiva creación de medios de servicio público comunitario alternativos. Que se vayan progresivamente colocando los medios bajo control social. No hay otra solución. La lógica de un medio privado es que ese medio promueva los intereses del capital privado, está en su naturaleza, como se diría del escorpión que pica a quien quiera salvarlo.
Finalmente, el gran problema es el problema interno, tenemos que generar contenidos atractivos, tenemos que dejar atrás todos los tics y las enfermedades adquiridas del viejo sistema de televisión privada. ¿Por qué en la televisión pública se interfiere continuamente el programa que se está dando? ¿Por qué se le meten inserciones que no lo dejan ver, se le interrumpe, se interrumpe la interrupción de la interrupción? Hasta que el espectador desesperado pasa a un canal privado en el cual dice: bueno esto es un horror, pero por lo menos se hace para ganar publicidad. Hay que corregir todo eso.
Yo para el 2021 espero ver todo esto solucionado. Claro que sería preferible verlo para mañana mismo, ¿por qué no? A veces se pueden dar saltos dialécticos.

11. Darle espacio a los creadores

Entre las cosas fabulosas que ha hecho el proceso está la reafirmación de la dignidad del venezolano, pero dentro de eso debería estar la identidad del proceso también, de lo que he hablado, la clarificación ideológica del proceso y, a partir de ello, la propia identidad de los procesos que están sucediendo, atreviéndose a darle un lugar a los intelectuales. Hasta donde yo sé, una parte importante de la cultura procede de los creadores. Por qué no darle un papel dentro de ese enorme proceso colectivo a los creadores, me pregunto yo ¿Será tan malo que haya creadores dirigiendo, alentando los procesos creativos?

Abel Prieto, el ministro de cultura de Cuba, dijo que había tres cosas que orientaban la política cultural cubana: apoyarse en los creadores, evitar execraciones y exclusiones por motivos circunstanciales, y, en tercer lugar, apoyarse en el pueblo. Esas son tres luces que yo espero puedan irse encendiendo de una manera esplendorosa hacia el 2021, en beneficio del pueblo.
En realidad a los creadores no nos importa lo que haga el Estado con respecto a nosotros, nosotros seguimos creando porque no tenemos otro remedio, pero no estaría mal que existiese una relación armoniosa entre creadores, colectividad y Estado.

12. Agilizar el Estado Señores, una serie de cosas muy importantes: hay que institucionalizar el Estado, racionalizarlo, informatizarlo, en el buen sentido.

No poner a la gente a llenar un formulario que sólo puede llenar la millonésima parte de la población venezolana que no tiene computadora, ni tiene impresora, para que, después de pasarse tres meses tratando de bajarse una planilla, tener que llevarla a pie, a una taquilla. Eso es un disparate.

Tenemos que crear un Estado verdaderamente informatizado, pero sobre todo un Estado diáfano, diáfano en el buen sentido. Se mueven inmensas cantidades de dinero, uno espera que se muevan con la mayor honradez del mundo, pero hay que procurar los mecanismos para que haya un control, una contraloría social hasta del último centavo, y no sólo de que se maneje bien, sino de que ese manejo sea productivo. Los presupuestos tienen que incluir metas detalladas, finalidades, programas a cumplir, no puede ser que se disipen millones, aunque no se roben un centavo. Deben traducirse en una cosa útil. Esa es una cuestión fundamental.

13. Tenemos que lograr un ejército popular, para defender nuestra Soberanía Señores, Venezuela está en un grave problema estratégico.

Sobre nosotros pende alguna de las guerras futuras por la rapiña del petróleo. Estamos al lado de un país que tiene más de medio millón de personas, según su presupuesto, en tareas de defensa. Tenemos una ocupación paramilitar de un lado a otro de nuestras fronteras, tenemos organizaciones delincuenciales que tienen mecanismos de legitimación de capitales en los casinos y en otras industrias inmorales como la trata de personas.

Tenemos que lograr un ejército popular, convertir la reserva en un ejército popular, hacer del pueblo ejército y del ejército pueblo, para presentar un poderío disuasivo ante los tremendos retos que van a venir en el futuro y que ya están planteados. Las cosas que denuncia Eva Golinger a cada momento y que la gente dice, ah sí, si es verdad, y que después se les olvida, plantean un problema absoluto de seguridad y defensa, tenemos que tener consciencia de él y afrontarlo colectivamente, no ponernos a dormir. ¡Señores se están afilando cuchillos contra Venezuela! ¿Por qué? porque estamos sentados sobre el más importante recurso del mundo y además sobre toda el agua dulce de Guayana y del Lago de Maracaibo que es más importante incluso que el petróleo. Entonces hay que hacer una inmensa reformulación de nuestro sistema defensivo.

14. Crear una cancillería a la altura de los nuevos desafíos de la integración

Entre las cosas fabulosas del proceso bolivariano ha estado su proceso de integración con América Latina y el Caribe, su vuelco hacia el tercer mundo, su ruptura de la diplomacia unipolar. Sin embargo, seguimos operando en parte importante con todas las viejas estructuras y, a veces, los mismos procedimientos de las cancillerías de la IV República.
Se hace necesario una poderosa reformulación, reforma, reestructuración con el objetivo de que nuestra cancillería, nuestras misiones diplomáticas verdaderamente estén a la altura del resto del país.

Bueno con eso queda ya reformulado el rol de los intelectuales, las luces del proceso revolucionario, las posibles sombras y de cómo todo eso en los años venideros va a quedar con una claridad cegadora, verdaderamente, solucionado.

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