«Willian Pérez fue torturado porque protestó por el hacinamiento»

Caracas.-“Yo sé que no voy a salir vivo de aqui… me mataron”
Un preso narró que una víctima le confío antes de morir que le metieron electricidad y le cayeron a batazos. Uno de los reclusos que estaba la noche del pasado miércoles en la División de Capturas del Cicpc escuchó cómo torturaban a Willian Pérez (27), escuchó sus últimas palabras bendiciendo a su madre y luego lo vio morir acurrucado en una celda, donde durmieron recostados unos de otros pisando sus excrementos.

Caracas.-“Yo sé que no voy a salir vivo de aqui… me mataron”
Un preso narró que una víctima le confío antes de morir que le metieron electricidad y le cayeron a batazos. Uno de los reclusos que estaba la noche del pasado miércoles en la División de Capturas del Cicpc escuchó cómo torturaban a Willian Pérez (27), escuchó sus últimas palabras bendiciendo a su madre y luego lo vio morir acurrucado en una celda, donde durmieron recostados unos de otros pisando sus excrementos.

Este testigo accedió a conversar con Últimas Noticias bajo el compromiso de resguardarle su identidad por temor a lo que le pueda suceder. Contó este testigo que a Willian Pérez lo ingresaron a las celdas casi a la medianoche y al ratico le cayeron a golpes, porque tropezó con uno de esos jefes de los penales llamados “pranes”. Además, en castigo lo metieron al cuartico de la basura, de donde saltó para reclamarles a los funcionarios el hacinamiento.

“Hay un 5 y un 2; todo el mundo haga silencio”, gritó uno de los pranes cuando Willian Pérez estaba protestando ante el funcionario del Cicpc quien le respondió así: “Ah, tú te quieres salir”. A partir de ese momento, todos oyeron los golpes que le daban a Willian y el llanto de éste que a gritos pedía “¡No me pegues, me vas a matar!”. Finalizada la golpiza, Willian vuelve a la celda y se agacha en un rincón. “Qué te hicieron?”, le preguntó un preso. “Me metieron la cabeza en una poceta, me metieron corriente y me cayeron a batazos”, respondió. “¿Te cayeron a batazo limpio?”, repreguntó el compañero de celda. “El bate lo envolvieron con un trapo”, contestó el malherido al tiempo que se pasó la mano por su boca para limpiarse la sangre.

“Luego yo me le acerqué y le pregunté por qué estaba preso”, narró el testigo de toda esta historia. “Yo no sé por qué me trajeron, yo no fumo, no bebo, me agarraron como a 50 metros de mi casa en La Quebradita”, respondió sollozando “En medio del llanto, me comentó: ‘yo sé que esos perros me mataron, sé que hoy no voy a salir vivo de aquí; Dios bendiga a mi madre”, contó el testigo. Al ratico cesó el llanto. Uno de los pranes preguntó que cómo seguía el golpeado. Otro preso le da un golpecito y dice:
“no vale, ya este chamo está muerto”. “Coooo…, este es el segundo chamo que muere esta noche”, acotó el pran refiriéndose a otro reo que habían torturado con electricidad.

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