Mérida: ¿Quién controla al contralor?
Las trabajadoras y los trabajadores de la Contraloría del estado Mérida, cansados del maltrato que reciben por parte de la nueva gerencia, han decidido tomar el sartén por el mango y realizar una protesta de brazos caídos en la entrada principal de la institución, bajo la mirada simbólica del padre de la patria quien mira de soslayo como la clase trabajadora paga los platos rotos que dejó la administración pasada.
Las trabajadoras y los trabajadores de la Contraloría del estado Mérida, cansados del maltrato que reciben por parte de la nueva gerencia, han decidido tomar el sartén por el mango y realizar una protesta de brazos caídos en la entrada principal de la institución, bajo la mirada simbólica del padre de la patria quien mira de soslayo como la clase trabajadora paga los platos rotos que dejó la administración pasada.
Para corregir los desmanes de la administración anterior, llegaron a la ciudad los licenciados Asdrúbal Romero (hoy contralor del estado) y Aimee Gabriela Cisneros, procedentes de Miranda y Caracas respectivamente. Los trabajadores vieron con agrado la preocupación de la nueva gerencia, pero al pasar los días notaron que la joven licenciada se posesionaba de dos cargos de dirección y, disponía de los carros oficiales para sus visitas al gimnasio y otros sitios fuera de la hora laboral, asunto que los chóferes consideraron contraproducente.
Por su parte el nuevo gerente comenzó por eliminar el comedor, decisión que el personal comprendió a pesar del horario corrido de 8am a 4pm. Los nubarrones comenzaron a nublar los espacios de trabajo cuando se metió con los coroticos del pesebre, es decir eliminó de un sólo plumazo beneficios como bonos vacacionales, las horas de lactancia materna entre otros; lastimando el corazón de las jóvenes madres, también exigió al personal directivo el uso de Black Berry para recibir las ordenes desde cualquier lugar y hora del día.
La comunidad merideña se solidariza con la lucha de estos hombres y mujeres que creen que esas medidas no adecentan la administración del órgano de control fiscal del estado Mérida, sino que profundiza sus contradicciones; motivo por el cual decidieron hacer su propia contraloría social y recordarle al contralor la necesidad de poner la lupa en los casos engavetados que duermen el sueño eterno en el archivo y no atentar contra quienes pudieron ser sus mejores amigos.
*Estudiante de comunicación UBV, Mérida