Sobre el régimen político en Venezuela

En días pasados apareció publicada en la página Laclase.info, dos o tres notas escritas bajo el seudónimo de Antídoto*, en las que el autor polemiza con la línea editorial de la página y en forma colateral involucra en la discusión a nuestro partido Unidad Socialista de Izquierda.

En días pasados apareció publicada en la página Laclase.info, dos o tres notas escritas bajo el seudónimo de Antídoto*, en las que el autor polemiza con la línea editorial de la página y en forma colateral involucra en la discusión a nuestro partido Unidad Socialista de Izquierda.

Si bien es cierto el debate presentado por Antídoto tiene como referente a Laclase.info, no hemos querido perder la oportunidad de terciar en la polémica, toda vez que los temas puestos en discusión por Antídoto son de cardinal importancia en la nueva etapa política que comenzó a configurarse desde mediados del 2009 y que ha dado un salto de cualidad a principios del 2010, cuando el Gobierno del Presidente Chávez opta por profundizar un plan económico en contra de los trabajadores y el pueblo y a favor de la recuperación capitalista, de los banqueros, de los empresarios y en especial de las multinacionales ligadas a la explotación petrolera, con el cual termina de completar el giro político hacia la derecha, que se venía operando desde años atrás.

Temas como la caracterización sobre el régimen político venezolano; cómo enfrentar un gobierno que restringe la libertades democráticas, reprime la protesta, limita la libertad de expresión y criminaliza la lucha sindical; cuál debe ser el comportamiento que debemos tener frente a la Mesa de Unidad de la oposición burguesa; cuales son las características que identifican en la actualidad al movimiento estudiantil venezolano, en particular al sector que hoy se moviliza en contra del Presidente Chávez; y por último clarificar si existe o no un amplio sector de la población que se distancia del gobierno y de la oposición burguesa, denominado genéricamente como los NI-Ni y cuál debe ser la política que los revolucionarios debemos tener hacia dicho sector; entre otros tantos, son asuntos de especial interés que atañen al conjunto de la vanguardia política y frente a los cuales queremos expresar con la mayor nitidez posible nuestras opiniones.

No está por demás advertir que cualquier calificativo de tipo político que haga en el presente texto, que pudiere parecer fuerte, con respecto a las posiciones esbozadas por Antídoto, debe ser tomado como parte del debate político y en ningún momento representan una falta de respeto a sus argumentos. Es una sana costumbre entre los revolucionarios y en particular entre los marxistas debatir en forma clara y a veces contundente, razón por la cual Antídoto ni los lectores pueden sentirse irrespetados.

Asuntos previos

Ha servido -en grado sumo-, que el compañero Antídoto expresara al inicio de su documento cinco cuestiones previas, que permiten saber con quién se está debatiendo. Estas premisas han sido muy necesarias, porque al principio cuando tuvimos la oportunidad de leer los breves comentarios escritos en el chat de la página, nos quedaba sembrada la duda, con justa razón, si el interlocutor que se identificaba con el seudónimo Antídoto, se reivindicaba y hacía parte de la izquierda revolucionaria o si por el contrario era un personaje ubicado claramente en la trinchera de la burguesía tradicional del país, que hoy se le conoce como oposición golpista, oposición burguesa u oposición restauradora.

Con las cinco aclaraciones hechas por Antídoto, damos por sentado que estamos debatiendo con un compañero que se reivindica como marxista y que actúa como tal en la lucha de clases. Por supuesto, dichas premisas, las cuales compartimos en su totalidad, no lo exoneran ni le otorgan patente de corzo para utilizar en forma sesgada, incorrecta y/o unilaterales categorías o definiciones políticas marxistas, que en la mayoría de las veces, lo ubican o bien como un sectario empedernido o peor aún como un compañero que reivindicándose revolucionario termina siendo funcional a los intereses de la burguesía opositora.

Guardo la esperanza que sea más bien lo primero, es decir un extravío extremo-izquierdista y sectario de Antídoto, el cual podrá remediarse en forma fácil a través de un sano debate. No tanto si se trata de un elemento conscientemente funcional a los intereses de nuestros enemigos de clase.

1.- Sobre el régimen político venezolano

El compañero Antídoto afirma que en Venezuela prevalece un régimen burgués bonapartista sui generis, categoría política aportada por León Trotsky, partiendo de la definición de Carlos Marx sobre el Bonapartismo (Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Carlos Marx) y de estudiar la particularidad de algunos regímenes políticos existentes en países coloniales o semi-coloniales, especialmente el existente en México bajo el gobierno el gobierno de Lázaro Cárdenas, en la década del 30 del Siglo XX (Sobre la Liberación Nacional, León Trotsky).

En términos generales podríamos coincidir con Antídoto en el nombre y el apellido que él le atribuye al régimen político venezolano. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, el compañero Antídoto por incomprensión o deliberadamente, no utiliza esta categoría con toda la riqueza analítica, argumental y dinámica como fue concebida por León Trotsky, convirtiéndola desgraciadamente en un definición esquemática, descontextualizada de la confrontación entre las clases sociales y en un frío pero engañoso intervalo aritmético, que inevitablemente lo conducen a sacar conclusiones extremadamente peligrosas, inservibles para actuar en la lucha de clases y proponiendo orientaciones que le capitulan totalmente a la burguesía opositora al gobierno del Presidente Chávez.

Por esas razones preferimos decir que en apariencia tenemos coincidencia con Antídoto, pero en cuanto a contenido se refiere, tenemos por ahora, distancias insalvables. Veamos porqué.

A. Esquematismo típico de los sectarios

El compañero Antídoto no es lo suficientemente riguroso en el campo teórico, ya que no explica a los lectores, que Trotsky precisó en sus estudios políticos sobre el régimen mexicano de la década del 30, que por determinadas circunstancias, el régimen burgués bonapartista sui generis, en ocasiones se apoya en el movimiento de masas y hasta les brinda concesiones importantes en el campo económico y político para enfrentar al capital internacional y sectores burgueses nacionales ligados a las multinacionales y el imperialismo; mientras que en otras oportunidades, se apoya directamente en las multinacionales y en la burguesía nativa para derrotar a los trabajadores y el pueblo.

Pareciera ser que a Antídoto le interesa poco o casi nada este aporte analítico de León Trotsky sobre el carácter oscilante del régimen burgués bonapartista. Para él sólo es suficiente con saber que el régimen es burgués, es decir de la clase social antagónica al proletariado, que intenta colocarse por encima de la contienda entre las clases sociales y que se apoya en la el aparato burocrático-administrativo y en las fuerzas armadas (aparato represivo del Estado), para concluir que en todo momento y en todo lugar los trabajadores y el pueblo, deben lanzarse a las calles para derrotarlo, no importando, si en determinadas circunstancias la movilización de las masas obliga o presiona a ese régimen a brindar concesiones democráticas y a expandir las libertades políticas, de movilización y de organización para confrontar al imperialismo o a sectores de la burguesía nativa coaligada con las multinacionales.

De esta forma, nuestro buen amigo Antídoto dice que a diferencia de nuestro partido la USI, él desde 1999 tiene suficientemente claro que el régimen es burgués, en consecuencia enemigo de clase; que es bonapartista, es decir que intenta colocarse por encima de las clases sociales en contienda y que es autoritario, porque se apoya en el aparato represivo del Estado para contener la movilización revolucionaria de las masas; y que por tales razones siempre se ha colocado en la trinchera de enfrente para combatirlo y para no dejarse embaucar por un régimen, por cierto engañoso y altamente peligroso.

El esquematismo sectario y la miopía política de Antídoto le ha impedido observar que durante un buen período de tiempo en Venezuela, el gobierno del Presidente Chávez, asediado por el imperialismo y la burguesía tradicional del país, tuvo que acaballar la movilización del pueblo, adecuar la institucionalidad política, brindar concesiones democráticas, económicas y políticas a las masas para poder confrontar al imperialismo, y gracias a ellos obtener triunfos políticos espectaculares como el acontecido el 13 de abril de 2002 en que derrtotó un golpe fascista y la larga batalla de más de 60 días que concluyó con la «expropiación» a la meritocracia de la oposición brguesa el control sobre PDVSA.

No es casual entonces, que cuando varios compañeros que han polemizado con Antídoto en el chat de la página Laclase.info, le pregunten sobre cuál fue su lugar en los acontecimientos de abril de 2002 y durante el paro saboteo patronal de la industria petrolera de finales de ese mismo año, el encumbrado “marxista” sólo atine a balbucear la defensa de los derechos de los 20 mil petroleros que se plegaron a un golpe fascista y a un paro patronal contrarrevolucionario, que no sólo pretendía liquidar el régimen burgués bonapartista sui generis existente en el momento, sino que en el fondo ambicionaba liquidar la movilización revolucionaria de las masas, que en forma ininterrumpida se ha venido expresando en Venezuela, al menos desde el “Caracazo” en el año 1989.

Por las evasivas que ha dado Antídoto a las preguntas hechas por otros lectores, tengo que concluir muy a mi pesar, que si estudiáramos las fotos de las movilizaciones que se presentaron en esa época critica, con toda seguridad encontraremos la figura de Antídoto, sino en la cabecera de las mismas, a la cola de las marchas protagonizadas por la oposición burguesa golpista, por Fedecamaras y por la CTV. No puede ser de otra manera. El esquematismo en los análisis conduce a ubicaciones políticas erradas y se corre el riesgo que quienes así actúan caigan abatidos defendiendo banderas y posiciones de los enemigos de clase. Por la salud de Antídoto, espero que a la luz de los hechos haga una reflexión profunda al respecto y rectifique su colosal error, típico de los sectarios incurables.

B. Categoría descontextualizada de la lucha de clases

En la misma línea de la crítica al sectarismo dogmático de Antídoto, me parece que Antídoto comete otro error mucho más grave que ese, cual es el de despreciar la movilización de las masas, por el sólo hecho de que éstas sean conducidas por dirigentes reformistas, nacionalistas burgueses o “bonapartistas iluminados”.

Antídoto no tiene en cuenta que los regímenes burgueses bonapartistas sui generis, son muy ocasionales, de corta duración en el tiempo, de crisis permanente, de relativa debilidad y de carácter oscilante, precisamente porque se presenta en períodos de aguda confrontación entre las clases sociales, y se llega a ellos por que las organizaciones reformistas y/o nacionalistas, o sus dirigentes que llegan al gobierno, bien sea por un proceso electoral o por una revolución predominantemente de carácter democrática, intentan mantener el entramado institucional burgués capitalista en ruinas, y ante la ausencia de un partido revolucionario, se postulan como caudillos, apoyándose socialmente en las clases medias y en los sectores plebeyos de la población en ocasiones o en las multinacionales en otras, y haciéndose extremadamente fuertes en los organismos represivos del Estado.

Como puede observarse, para configurarse un régimen burgués bonapartistas sui-generis, deben confluir y conjugarse una combinación excepcional de circunstancias, que Antídoto desconoce o no las quiere tener en cuenta, y desgraciadamente no le permite comprender la dinámica, volatilidad y presión de todo orden que este tipo de regímenes deben soportar por la aguda confrontación política.

En esos períodos, muy a nuestro pesar, no somos los revolucionarios marxistas quienes contamos con el apoyo de las masas. Por el contrario, son dirigentes o partidos políticos ajenos a nuestra clase, de naturaleza pequeñoburguesa y programáticamente nacionalistas o reformistas quienes logran explotar a su favor las necesidades y el sentimiento de las masas y hacen sus mejores esfuerzos para conducirlas al camino muerto de los procesos electorales para instaurar la “democracia burguesa parlamentaria” o llevarlas a la trampa del “socialismo sustentado en instituciones políticas capitalistas”, que no es más que un contrasentido y una maniobra demagógica para propinar una derrota histórica a la movilización revolucionaria de los trabajadores y el pueblo.

Pero más allá de los innobles propósitos de los traidores, bajo este tipo de regímenes, lo fundamental es reconocer que existe una profunda ebullición social, razón de peso para que los revolucionarios nos coloquemos hombro a hombro junto a esos millones de hombres y mujeres que están dispuestos a dar lo mejor de si y hasta sus vidas mismas por alcanzar un futuro mejor, acompañándolos en su lucha y advirtiéndoles a cada paso sobre los graves peligros que se corren, al tiempo que generamos conciencia sobre el hecho de que la revolución tiene que destruir en su totalidad los pilares del Estado capitalista y sustituir -no reformar ni maquillar-, la caduca institucionalidad burguesa por una nueva institucionalidad obrera y popular, para empezar a dar pasos positivos en transición hacia el socialismo a escala nacional e internacional.

Sólo los encumbrados “marxistas” como Antídoto, desde su pedestal, restan importancia a la efervescencia revolucionaria de las masas y a duras penas gritan desde sus puestos de honor: ¡¡cuidado los llevan para el matadero del régimen burgués bonapartista sui-generis!!; y no se tomarán la molestia de acompañar a las masas ganándose su confianza para liberarlos de los malnacidos apóstatas que les venden vidrios de colores haciéndoles creer que la “pomposa” democracia participativa y protagónica es sinónimo del régimen democrático y revolucionario por el que luchamos los socialistas de verdad.

Hay que estar muy alejado de la realidad y muy ausente de lo que ha sucedido en Venezuela en estos últimos 8 años, para reflexionar como Antídoto, a quien le terminan interesando más los derechos de los 20 mil petroleros que se doblegaron ante la meritocracia, Fedecamaras y el imperialismo, en vez de evaluar la experiencia que hicieron millones de compatriotas con un régimen político, que a pesar de ser burgués, pero sometido a la presión constante de la revolución, les permitió obtener conquistas democráticas inimaginables, y que ahora cuando Chávez gira totalmente a la derecha para apoyarse en las multinacionales, no se quedarán de brazos cruzados para dejarse arrebatar lo que tanto esfuerzo les costó conseguir.

Ni más faltaba que con esta reflexión se quiera interpretar que soy apologista de este tipo de regímenes. Todo lo contrario. A diario, nuestra organización y nuestros camaradas luchan para que las masas hagan la experiencia hasta el hueso para que rompan con la política, la estrategia y el proyecto de democracia participativa burguesa y de socialismo adulterado que les ofrece el chavismo. Por lo tanto mi reflexión tiene únicamente el valor pedagógico de señalarle a Antídoto, cuáles deben ser las preocupaciones cardinales que tenemos los revolucionarios, que no pueden ser los derechos de los 20 mil petroleros, por muy importantes que sean, ni el derecho a la propiedad privada sobre los medios de comunicación, sino los derechos adquiridos por los trabajadores y el pueblo en la lucha, que hoy pretenden ser confiscados por el gobierno.

Justamente la mejor política para destruir a este tipo de regímenes, antes que apoyarse en fuerzas enemigas de la burguesía y del imperialismo como lo hace Antídoto es promover a fondo la movilización revolucionaria de las masas, para que desenmascaren a sus dirigentes traidores y a sus instituciones pro-burguesas en crisis, hasta que no puedan dar mas de si y quede en evidencia ante las masas que tanto dirigentes como instituciones, no sirven y la única salida es la revolución socialista conducida por su propio partido revolucionario que la lleve a feliz término.

En ese sentido, la tarea del momento, más que aislarse de las masas, más que huirle a la movilización, es actuar con más ahínco, de tal forma que podamos disputarnos la dirección del movimiento de masas. Con la política de Antídoto, podremos dialogar con 20 mil petroleros despedidos, de dudosa reputación y que con toda seguridad a la vuelta de la esquina volverán a capitularle a la burguesía porque son cobardes, no tienen conciencia de clase, son arribistas y son por lo general, los que en cada lucha de la clase trabajadora cumplen el papel de esquiroles.

C. La trampa aritmética de Antídoto

La más curiosa, pero también la más peligrosa de las afirmaciones de Antídoto con respecto al régimen burgués bonapartista sui generis, es aquella que dice que se trata de un régimen intermedio entre la democracia burguesa y la dictadura plena. Esta aseveración por cierto, me lleva a pensar que Antídoto, por más que se reivindique marxista y cercano al trotskismo, no tiene nada de tal, porque se trata de un mercachifle o aprendiz de brujo que intenta hacer curaciones sin conocer las bondades de las plantas.

Con mucha prestancia Antídoto cita al notable teórico George Novack, pero se ve que no pasó el curso de “Lógica formal y lógica dialéctica” del reconocido y muy respetado trotskysta norteamericano, por cuanto termina encajonando la categoría de régimen burgués bonapartista sui generis en un intervalo aritmético delimitado por la izquierda con la democracia burguesa parlamentaria y por la derecha con la dictadura militar.

Que fea forma de esquematizar la riqueza política que encierra el estudio de cada régimen político y que fea y sucia forma de querer influir sobre los lectores, induciéndolos a pensar que el régimen democrático burgues, es por definición “Antidotiana”, superior, más progresivo, más democrático o más a la izquierda que el régimen burgués bonapartista sui generis.

No es cierto desde ningún punto de vista que per sé la democracia burguesa parlamentaria es un régimen a la izquierda del régimen burgués bonapartista sui generis. La experiencia ha demostrado que por ser el régimen burgués bonapartista sui generis un régimen que expresa con toda intensidad la crisis de dominación burguesa, la crisis de dirección revolucionaria y la movilización de las masas, en determinados periodos, las masas suelen obtener inconmensurables conquistas democráticas de movilización y organización, superiores a las de un régimen de democracia burguesa, así como también mejoras económicas sustanciales, razón que obliga a los revolucionarios -sin considerar que dicho régimen es la estrategia política por la cual luchan-, a llamar a las masas a movilizarse y a enfrentar encarnizadamente en las calles de ser necesario, si enemigos locales o extranjeros quieren arrebatarnos las conquistas alcanzadas bajo ese tipo de regímenes. Por eso toda la militancia de la USI, que estaba en uso de razón en el 2002, combatió en las calles contra el golpe fascista y el paro saboteo.

Dicho lo anterior, Antídoto debe comprender que es extremadamente difícil, por no decir imposible, intentar establecer una lista, de menor a mayor o viceversa, para calificar y ubicar los distintos tipos de regímenes, según el grado de democracia. Por el contrario debe entenderse que el régimen termina siendo en últimas la caja de resonancia o tiene su consonancia con la agudeza o no, de la confrontación de las clases sociales antagónicas de la sociedad. Rigurosidad, menos esquemáticos, más terrenales y mucho más sensibles a la hora de estudiar el régimen político existente en un país, en un determinado período de la lucha de clases, es nuestra responsabilidad, porque allí se encierran una de las claves fundamentales para la elaboración de la política revolucionaria correcta.

Además de su utilidad política, confieso en lo personal, que es un tema cautivante dadas la amplísima variedad de combinaciones posibles. Por eso no quiero perder la oportunidad de recomendarle al compañero Antídoto el texto “Revoluciones del Siglo XX”, escrito por nuestro dirigente Nahuel Moreno, quien en forma apasionada escudriña sobre las características de varios casos de regímenes políticos, los relaciona con la dinámica de la lucha de clases y pone valiosos ejemplo de cómo las corrientes revolucionarias a lo largo de la historia han actuado ante las diversas e inagotables combinaciones de regímenes políticos que la burguesía y el imperialismo, junto con las direcciones traidoras del movimiento de masas, han tenido que recurrir para poder contener al movimiento de masas.

2.- ¿Cómo, con quién y con qué programa luchamos en defensa de las libertades democráticas?

A pesar de la dura polémica con Antídoto, debemos reconocer que el compañero acierta en su preocupación actual por denunciar el recorte a las libertades democráticas que viene implementando el gobierno, castigando por igual a los sectores radicales de la oposición burguesa, a los estudiantes, como a los luchadores obreros y populares.

Desde la USI hacemos causa común con Antídoto e invitamos a los trabajadores y al pueblo a defender en las calles los ataques arteros que desde el gobierno se implementan contra el movimiento de masas y sobre todo para enfrentar las restricciones a las libertades y derechos democráticos de las masas. Pero a diferencia de él, no lo hacemos proponiendo que nos pleguemos al programa político de la oposición burguesa y mucho menos que nos coloquemos bajo la estructura política de la Mesa de la Unidad “Democrática”.

Con esos sectores, podremos en ocasiones y en aspectos puntuales realizar tareas de unidad de acción en defensa de las libertades políticas o los derechos humanos, porque consideramos totalmente válido llamar a la población a movilizarse en forma unitaria para defender sus más elementales derechos. Los trabajadores y las organizaciones revolucionarias participaremos en tales actividades, a condición que no se nos limite nuestra autonomía y nuestra plena independencia política para agitar nuestras propias consignas y nuestro propio programa político al respecto, ya que no nos subordinamos a ningún organismo en común con la burguesía o con los reformistas, así como nunca lo hicimos con respecto al chavismo.

Teniendo clara estas premisas, nuestra organización repudia por la calle del medio todos aquellos atropellos que violenten los derechos democráticos de la población. No utilizamos el falso argumento que utiliza el chavismo, el PPT o el PCV, para mencionar sólo algunos, de que la sociedad venezolana está dividida entre chavistas y escuálidos, para justificar la discriminación y los atropello contra aquellos sectores que adversamos al Presidente Chávez.

Por ejemplo, no somos como los dirigentes del PCV que saludaron la represión que el gobierno ejerció contra la movilización del Primero de Mayo convocada el año pasado por la CTV y a la cual se sumaron los partidos políticos de la oposición burguesa. Nos oponemos a la privación de la libertad de dirigentes sindicales que militan con la oposición porque dirijan una huelga decidida por los trabajadores. Del mismo modo repudiamos la violencia y la represión que se ejerza contra estudiantes que reivindiquen la libertad de expresión, de prensa, etc., aclarando que nuestra organización no convoca ni respalda ninguna movilización que tenga por bandera la defensa de la propiedad privada sobre los medios de comunicación, ni de las empresas, las tierras o de los medios de producción en general.

Tampoco nos colocamos del lado ni defendemos a los policías que dispararon contra las masas el 11 de abril de 2002 y seguimos exigiendo juicio y castigo a todos los militantes o dirigentes de la oposición que promovieron y participaron en el golpe fascista y en el paro saboteo patronal. En este punto somos tajantes y denunciamos sin ambigüedades tanto a los golpistas como al gobierno que les brindó amnistía a los enemigos del pueblo. Sobre el caso de los 20 mil petroleros, defendemos que les paguen sus prestaciones sociales y demás derechos económicos que aún el Estado no les reconoce, así como el derecho al trabajo contemplado en la Constitución pero que no se garantizan gracias a la “Lista Tascón”. Pero no reivindicamos en ningún momento su reincorporación a PDVSA y exigimos investigación de todos los casos para castigar a todos aquellos que atentaron contra el patrimonio nacional.

La batalla por las libertades democráticas, nuestra organización la viene desarrollando desde hace mucho, a pesar de que Antídoto diga lo contrario. Estuvimos en primera línea en la lucha por la democratización de la vida sindical; exigimos la convocatoria de la asamblea constituyente petrolera como mecanismo para empoderar al pueblo e impedir que el gobierno impusiera el esquema de las empresas mixtas; hemos reivindicado la ruptura de relaciones con la OEA y la ONU como tarea fundamental para lograr la plena soberanía nacional; impusimos con nuestra lucha la realización de un congreso democrático en la Unión Nacional de Trabajadores y fuimos los más fervientes defensores de la autonomía sindical. En dos oportunidades, nuestra organización promovió paro regional en el Estado Aragua, la primera ocasión en defensa del derecho al trabajo, la negociación de contratos colectivos y el control obrero de la empresa Sanitarios Maracay, y en la segunda oportunidad para denunciar al sicariato y la impunidad por el asesinato de nuestros camaradas Richard, Carlos y Luis Hernández. Luego de un año de ardua lucha logramos imponerle al Gobierno, al ministro Ramírez y a la burocracia sindical las elecciones sindicales en la industria petrolera y obteniendo el 30% de los votos a pesar de la brutal campaña desarrollada por el gobierno y su régimen político por impedirlas o controlarlas totalmente.

Y para desmentir la falsa historia de Antídoto que nos acusa de no tener claridad sobre el profundo significado de un régimen burgués bonapartista y que por eso terminamos cediéndole al gobierno, queremos colocarle solo como ejemplo, que nuestra organización, a pesar de que el gobierno y el entramado institucional aún no había concluido su giro a la derecha para convertirse en bastión de las multinacionales, nos opusimos rotundamente a los referendos sobre la Reformar Constitucional en el 2007 y la Enmienda en el 2009. Con toda la dignidad soportamos los ataques promulgados desde el gobierno y sus agentes y no nos doblemos ante las amenazas ni los despidos de sus puestos de trabajo a los dos más importantes dirigentes de nuestra organización, como son Armando Guerra y Orlando Chirino.

Con este largo relato quiero expresarle a Antídoto que la lucha por las libertades democráticas en Venezuela no se circunscribe a la libertad de expresión que ha sido una de las principales banderas de la oposición burguesa y del estudiantado que se opone al Gobierno. Incuso pretendo demostrarle que aún en el campo de la libertad de expresión, nuestra organización ha sido mucha más consecuente en esa batalla que la burguesía opositora y los dirigentes del movimiento estudiantil.

Por ejemplo cuando finalizó el tiempo de la concesión a RCTV nuestra organización reivindicó la única consigna democrática posible: Abolición de las concesiones a propietarios privado, espectro radial y televisivo totalmente estatal y que las frecuencias fueran entregadas a las organizaciones sindicales, populares, campesinas, indígenas, estudiantiles y los contenidos de los programas elaborados, diseñados y aprobados democráticamente por sus periodistas, técnicos y usuarios.

Con esta política expresábamos con toda claridad dos aspectos fundamentales. Con el primero de ellos reafirmábamos ante la población que jamás existirá libertad de expresión plena si hay medios privados de comunicación o concesiones de frecuencias a propietarios privados. Y en segundo lugar, proponíamos que las frecuencias fueran controladas y administradas por las organizaciones de masas, precisamente para impedir que el gobierno hiciera un uso antidemocrático de ellas, como efectivamente terminó sucediendo con TVES. Esta política era la antípoda a la postura de la oposición burguesa y del estudiantado, que sólo reclamaba el “respeto y la extensión ad infinitum” de la concesiones de frecuencias de radio y televisión a operadores privados.

Es obvio que la situación que hoy se presenta en el campo de la libertad de expresión ha evolucionado drásticamente. Somos testigos de cómo el gobierno ha recurrido al criterio de la censura política y el chantaje a las operadoras de cable para impedir que RCTV Internacional salga al aire, lo cual nos ha colocado en una situación distinta a la que se presento años atrás y que por tanto amerita tener una política distinta, como la que hemos expresado en forma pública a través de un comunicado nacional de la USI que los compañeros de Laclase.info nos han ayudado a divulgar.

Por todas las razones anteriormente expuestas, el compañero Antídoto debe comprender que existen por ahora en Venezuela dos vías diametralmente opuestas por donde transcurre la lucha por las libertades democráticas. La que está llena de baches, sin pavimentar, sin señalamientos claros y con muchos peligros de caer en una trampa o en un abismo, que es la que nos ofrecen la oposición burguesa y muchos de los dirigentes estudiantiles.

Nosotros simplemente queremos recorrer la otra vía, la que efectivamente conduce a libertades políticas y democráticas plenas y el respeto a los derechos humanos, en el marco de una sociedad socialista, en un régimen de democracia obrera, como es nuestra permanente insistencia.

Sólo a condición que levantemos el verdadero programa revolucionario que señale el camino para alcanzar un régimen político absolutamente democrático podremos ganar a la vanguardia y a esos miles de estudiantes que luchan por la libertad de expresión, pero que desgraciadamente aún siguen en la esfera de la influencia política y programática de la oposición burguesa y del imperialismo. Tenemos que desentrañarle a esa juventud combativa y sensible, que sus dirigentes políticos les mienten.

La oposición y la mayoría de los dirigentes estudiantiles que se oponen al “rrrrrégimen” venezolano saben perfectamente que el régimen político instrumentado por el Presidente Chávez, el PSUV, la chavo-burguesía y la élite militar, no tienen nada que ver con un régimen político democrático de una sociedad en transición al socialismo, y a pesar de ello, esa dirigencia política lo utiliza para hacer campaña anti-comunista. Se aprovechan de los profundos nexos existentes entre la burocracia castrista que gobierna Cuba y el gobierno nacionalista burgués venezolano, para aterrorizar a la población, afirmando que en el futuro estaremos bajo un “régimen socialista” como el cubano, cuando ellos son plenamente conscientes que el régimen político cubano es stalinista, totalitario, profundamente reaccionario y antítesis del régimen leninista de democracia obrera. Hay que ser muy perverso como dirigente político, para hacer campaña anti-socialista y anti-revolucionaria apoyándose en la degeneración stalinista-castrista o chavista, para vender el programa de la democracia burguesa representativa parlamentaria.

Para concluir amigo Antídoto esta primera parte del debate sobre el régimen político venezolano, no basta con desentrañar las perversidades del entramado institucional instalado por el Presidente Chávez, la chavo-burguesía, el PSUV y ahora las multinacionales, sino que también es muy útil y necesario aplicarnos un antídoto para soportar el venenos de las recetas que se ofrecen desde el campo de la oposición. Con claridad y pertrechados de un programa revolucionario para defender los derechos democráticos de las masas, podremos coincidir con quién sea en la defensa de los derechos políticos, democráticos y humanos de las masas. Con los ojos cerrados o confiando en la burguesía opositora a Chávez, aseguraremos la derrota.

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