4 diciembre, 2024

Hay que tomar las calles para defender el derecho a la salud

Por: Armando Guerra*

El actual gobierno es el único responsable de las dimensiones que puede alcanzar la crisis de salud que estamos viviendo los venezolanos en general y el pueblo trabajador en particular. Las penurias en el sector salud, son la cara más cruda, de la gran crisis social que azota al país y abarca varios aspectos que trataremos de abordar en las siguientes líneas.

El sistema de salud, atraviesa por grandes dificultades, que atentan a un derecho vital de la población: la atención de la salud. Miles de pacientes están impedidos de recibir los procesos médicos esenciales, y miles más están en lista de espera de intervenciones para ellos vitales, y que están cuestionadas por las carencias en los hospitales de los elementos esenciales para operar y atender.

Basta tan solo con ser habitante de un barrio y acudir a solicitar los servicios médicos en el centro asistencial más cercano, para experimentar la tragedia del sistema de salud. El reclamo se acompaña de la queja que representan 980 mil millones de dólares que ingresaron al país en estos 16 años, por concepto de renta petrolera, y que fueron despilfarrados por la corrupción del gobierno y que hoy no están para atender la actual crisis. De entrada podemos decir que muchos módulos de Barrio Adentro en distintas partes, no están en funcionamiento.

En marzo, del pasado año un grupo de médicos de centros públicos en 19 estados, elaboró una encuesta que cubrió 130 hospitales mostrando que el 44% de los quirófanos no estaban operativos, el 94% de los laboratorios tenían fallas en su funcionamiento o falta de reactivos. Se evidenció escasez en el 60% de los medicamentos e insumos en la parte de inventarios, además que la mayoría de los medicamentos incluidos en la lista modelo de la OMS no estaban disponibles en farmacias. Hoy -2016- el faltante de medicamentos está en el orden del 80%.

En el año 2014, los hospitales públicos tenían en lista de espera aproximadamente a 20.000 pacientes que necesitaban someterse a cirugías, incluidos 4.000 en el HUC, según datos de Médicos por la Salud. En enero del 2015, por información de prensa, fallecieron 13 pacientes que esperaban ser operados en ese hospital, “el establecimiento cerró la unidad de cirugía cardiovascular y se envió al resto de los pacientes a sus casas. La unidad reabrió en febrero, cuando tras la difusión de esta situación en los medios, las autoridades de salud repusieron algunos medicamentos, según informaron los médicos”

El 18.12.2015, fallece un niño de tres años de edad, quien padeciendo cáncer se infectó con una bacteria que contrajo en el Hospital Militar de Caracas. Su padre, Richard Medina, declaró a la prensa “que su hijo murió porque la familia no logró conseguir los medicamentos” y solicitó a las autoridades del hospital un poco de su “atención ante el hecho de que hay una niñas a la que han sacado sin recibir atención cuando estaba hospitalizada, y tuvo que irse a la ciudad de San Cristóbal porque no la quisieron atender». Claramente, esto es un caso de ruleteo.

La falta de medicamentos abarca los siguientes renglones: anticonceptivos, antirretrovirales, anticonvulsivos, antibióticos, afectando a los tratamientos para el cáncer, afecciones cardiovasculares, la hemofilia, la diabetes y el asma. Venezuela no escapa al drástico aumento de enfermedades virales transmitidas por mosquitos. En el 2014 se estimó que había más de 34.000 casos de chikungunya y 75.000 casos de dengue, según datos de la Organización Panamericana de la Salud. El 2016 se abre, con la aparición del zika y guillain barre, este último que afecta a las mujeres embarazadas y su neonato. También para este año se heredan del 2015, 136 mil casos de malaria de cuales el 10% afecta a menores de 10 años.

Está prohibido enfermarse, es una frase de reclamo nacional ante el mal estado de los hospitales, la ausencia de medicamentos, la fuga de médicos y la condición del salario.

Para colmo y como parte de la descomposición social, el derecho a la salud, tiene como su peor enemigo la falta de divisas y la corrupción. La producción de medicinas genéricas, a cargo del SEFAR, ha disminuido desde 2011. Se alegan fallas en la importación de materias primas por el retraso en la adquisición de divisas, afectando el cumplimiento de las metas fijadas en los últimos cinco años. La Memoria y Cuenta de 2014 del Ministerio de Salud revelan que solo se fabricaron 8.035.701 de unidades de fármacos, pese a que la meta era de 18.730.000 unidades.

“El avance físico en el proyecto de Producción de Medicamentos Genéricos para la población venezolana fue de 43%, el avance financiero, que incluyó el presupuesto ordinario más los créditos adicionales aprobados por la Asamblea Nacional, fue de 86%. El Min Salud solo dispuso de 145,5 millones de bolívares del presupuesto total calculado en 168,4 millones de bolívares, para elaborar menos de la mitad de los productos planificados”.

La red de farmacias privadas, arrastra el mismo problema de divisas y a menos que diversifiquen sus productos, estas se van a la quiebra. Sin embargo, la diversificación está amenazada por la escases y no por “ampliar” su oferta de productos se atiende el estado crítico de la salud. Estamos igual.

Quimbiotec, empresa de alta tecnología especializada en el trabajo del plasma sanguíneo y sus derivados, está siendo atacada desde las más altas esferas del gobierno, sin preocupar su importancia para todo el sistema. La empresa orgullo hija del IVIC, hoy fenece con trabajadores detenidos y sin atender para lo que fue fundada producto de la codicia y los intereses creados por funcionarios del gobierno.

La corrupción en el Estado aun no siendo en el MPPPS afecta la situación general de los hospitales y son un contraste con las inmensas colas para buscar comida y medicamentos. Los funcionarios del gobierno buscan atención fuera del país y esa ventaja no la tiene el pueblo trabajador. En las colas la desesperanza busca aliados en otras personas. Es hora de que los usuarios y las organizaciones sindicales se encuentren en defensa de los HCM, los hospitales y levanten las consignas en defensa de la salud y la asignación de divisas. Las luchas salariales de los médicos y enfermeras son justas. Nadie puede denigrar de los gremios de la salud, ni de la atención de los médicos cubanos. Es hora de propiciar encuentros para el debate y tomar las calles en defensa de este derecho.

 *Partido Socialismo y Libertad

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