La importancia de la Educación Sexual Integral en Venezuela: desmontando discursos de grupos antiderechos
Por: Mujeres En Lucha
Caracas, 14 de julio de 2023.- Mientras que en el mundo y también en Venezuela, progresivamente crecen las denuncias de violencia y acoso sexual y en especial los cometidos por curas y pastores del las iglesias católicas y evangélicas, resulta inaudito que algunos sectores religiosos y conservadores, desarrollen una campaña mediática para oponerse al derecho de las personas, particularmente, niñas, niños y jóvenes, a recibir educación sexual, científica, laica y sin prejuicios.
No solo pretenden negar el derecho de la niñez y adolescencia a recibir información necesaria para poner límites sobre sus cuerpos o identificar cuando alguien se ha sobrepasado, estos grupos reaccionarios, en Venezuela, solicitan al gobierno de Maduro, “prohibir” el libre ejercicio de un derecho a recibir formación e información sobre la práctica responsable y saludable de la sexualidad y la identidad de género.
¿Qué es lo que buscan al solicitar prohibir que las infancias y juventudes en Venezuela, manejen, conozcan y orienten adecuadamente el desarrollo de sus derechos y personalidad? ¿Por qué es conveniente perpetuar señalamientos dirigidos a personas sexo género diversas, como enfermas o desviadas? ¿De qué manera puede ser beneficioso que las niñas, los niños y juventudes continuen guardando silencio ante el abuso y el acoso sexual? ¿A quién protegen mientras qué el embarazo precoz y las enfermedades de transmisión sexual aumenten y se pretende que permanezca así, como si no pasará nada?
La respuesta es solo una: pretenden perpetuar un modelo patriarcal de sociedad y familia, donde a las mujeres se les impone el rol estrictamente reproductivo, así como también pretenden perpetuar el modelo heteronormativo de sociedad y familia, reprimiendo el libre ejercicio de la personalidad, por la vía de la imposición religiosa, el miedo, las falsas noticias, el discurso moralista y de odio, en definitiva por la vía de la discriminación y la opresión. Y así, por medio del modelo patriarcal, machista y heteronormativo, continuar reproduciendo el sistema de explotación y opresión que le otorga poder político a las cúpulas sociales, económicas y religiosas.
En Venezuela no emiten regularmente estadísticas oficiales que revelen las distintas formas de violencia basada en género, sin embargo, se supo, por medio de las redes sociales y medios de comunicación, que el Ministerio Público maneja, desde 2022 hasta el 2023, la escandalosa cifra de 7.165 casos de abuso sexual a niñas, niños y adolescentes. Esta escandalosa cifra no incluye casos donde no hay denuncias formales, ya que, se trata de un delito que suele ser poco denunciado por temor a la estigmatización, a que no te crean y en definitiva a la naturalización de la cultura de la violación.
En cuanto al embarazo precoz, organizaciones no gubernamentales vienen advirtiendo que Venezuela se distingue en Sudamérica por ser uno de los países con mayor índice de embarazo en adolescente y el tercero en todo el continente. La realidad que explica esta estadística es que las y los jóvenes no cuentan con la información necesaria sobre métodos anticonceptivos, salud reproductiva y toma de decisiones responsables. Esto afecta negativamente su bienestar emocional, su desarrollo educativo y sus perspectivas de futuro. No existen medidas integrales que atiendan y garanticen las reales necesidades y la integridad de las mujeres, disidencias, infancias y juventudes.
Desde Mujeres en Lucha entendemos que la incorporación de la Educación Sexual Integral en las instituciones educativas es importante porque brinda a cada estudiante de manera progresiva, de acuerdo a cada nivel de instrucción, los conocimientos y herramientas para comprender su sexualidad, prevenir las distintas formas de violencia basada en género, incluso previene el acoso escolar, reduciendo la homofobia y transfobia, llegando a previene el embarazo adolescente y las enfermedades de transmisión sexual, de esta manera promueve la prevención de situaciones de riesgo y fomenta el respeto a la diversidad sexual y de género, además contribuye a romper tabúes y la desinformación, promoviendo una sociedad más igualitaria y libre de violencia de género.
La conquista de la ESI en Venezuela debe contemplar que la misma garantice el carácter científico, laico y sin prejuicios. Las comunidades religiosas no pueden garantizar este carácter ya que, los principios que rigen religiones como la cristiana denigra a la mujer al concebirla como proveniente de la costilla de los hombres, incluso, entre otras aberraciones patriarcales, justifica la violencia del esposo hacia la esposa como forma de castigo.
Intentar impedir el ejercicio de este derecho, no solo tiene que ver con ideas conservadoras o mágico-religiosas, sino también con intereses políticos, culturales y económicos para perpetuar un sistema de explotación, basado en privilegios machistas y heteronormativo. Intereses y privilegios en los que coinciden plenamente, gobiernos, iglesias, partidos patronales y demás poderes económicos.
Ante esta circunstancia, la comunidad LGBTIQ+ y las mujeres lo han venido demostrando en Venezuela y el mundo, contamos con la fuerza de la movilización, porque así y solo así, mujeres, juventudes y disidencias, lograremos responder de manera contundente ante las mentiras, discursos de odio, cuestionamientos y criminalización social que se difunden mediáticamente.
Vamos juntas, juntos y juntes a levantar las consignas de separación total de las Iglesias del Estado, que no se sigan destinando recursos públicos para el mantenimiento de templos y creencias mágico-religiosas, que se definan políticas públicas para combatir la violencia y discriminación basada en género, vamos a exigir la educación y servicios públicos laicos y con perspectiva de género, reparación y justicia para las víctimas de abuso sexual por parte de miembros eclesiásticos, es tiempo de acabar con los privilegios de estas instituciones. Hacia un movimiento de mujeres, diversidades y juventudes anticlerical e independiente de partidos patronales y de gobiernos capitalistas que buscan garantizar los privilegios a las iglesias.