Adherimos a la campaña mundial por luchadores sirios secuestrados

Cuatro de Duma

Por: Unidad Internacional de los Trabajadores

Nos sumamos y llamamos a apoyar la campaña mundial contra el secuestro de Samira Al-Khalil (*), Razan Zeitoona, Wael Hammada, y Nazem Hammadi, realizado contra activistas opositores a Al Assad que estaban desarmados. Sobre los autores del secuestro todos los indicios se cruzan con el grupo de «Jaish al-Islam» (Ejército del Islam) y sus líderes que tienen autoridad efectiva en Douma.

En Siria la lucha iniciada en el 2011 por terminar con la dictadura criminal de Bashar Al Assad ha producido miles de asesinados por el régimen como miles de desaparecidos y desplazados.

En ese proceso también han surgidos grupos islámicos reaccionarios (ISIS y otros) que actúan de quinta columnas, avalados por Arabia Saudita y otros regímenes reaccionarios de la región, que distorsionan la causa justa de acabar con Al Assad. A su vez la intervención militar de EE.UU está al servicio de terminar con la rebelión de los pueblos contra los regímenes reaccionarios de la región y preserva sus intereses y los de Israel.

En este marco la UIT-CI no duda en adherir a la campaña y llama a difundir en el mundo el reclamo de libertad para los activistas sirios Samira Al-Khalil, Razan Zeitoona, Wael Hammada, y Nazem Hammadi.

Izquierda Socialista de Argentina; KRD de Alemania; Alternativa Revolucionaria del Pueblo, Bolivia; Corriente Socialista de los Trabajadores, (CST-PSOL), Brasil, Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) de Chile, Alternativa Socialista, Colombia, Lucha Internacionalista, Estado Español; Socialist Core, EE,UU; Partido Obrero Socialista (POS-MAS), México; Partido de los Trabajadores y el Pueblo, Panamá, Uníos en la Lucha, Perú; Partido de la Democracia Obrera (IDP), Turquía, Partido Socialismo y Libertad (PSL), Venezuela.

Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)

7 de diciembre de 2014

* Samira Al-Khalil, es la esposa del activista y escritor sirio Yassin al.Haj Saleh. Razan Zeitoona, es fundadora de los Comités de Coordinación Locales contra Al Assad, Hammada es su marido y Hammadi abogado y activista.


Manifiesto a la opinión pública

Dentro de unos pocos días se cumplirá un año desde el secuestro de Samira al-Khalil, Razan Zeitouneh, Wael Hamade y Nazem Hammadi. Un horrible crimen contra cuatro activistas indefensos, y también un crimen contra sus familias, que desconocen el paradero de sus seres queridos. No solo es un crimen continuo en el tiempo, sino que la criminalidad se renueva a diario a causa de la ausencia de todo tipo de información sobre ellos.

Al día de hoy, conocemos con un alto grado de precisión la trama múltiple que se construyó para el secuestro y ocultación de los cuatro activistas, así como conocemos los nombres de varios instigadores, tanto dentro de la zona de Douma como fuera del país. Sabemos a ciencia cierta quiénes son los que poseen toda la información sobre el paradero de los secuestrados, y estamos seguros de la identidad de aquellos que accedieron a los ordenadores personales de los secuestrados. Todos ellos son criminales por su complicidad con la ocultación de información, aparte de su responsabilidad directa en el secuestro.

Todos los indicios a nuestra disposición se cruzan acusando a los dirigentes del Ejército del Islam, que es el poder de facto en Douma.

Sabemos también que este crimen se cometió en el contexto de otros muchos actos criminales, algunos de ellos llegaron al grado de asesinato, aparte de numerosos casos de secuestros. Todo esto va encaminado a asentar un clima de terror en la zona de Ghouta Oriental, dentro de una apuesta, corta de miras y carente de todo sentido ético o patriótico, que pretende secuestrar una zona del país para convertirla en un feudo.

Esta estrategia no solo viene acompañada de un derrumbe en la efectividad de la resistencia contra las fuerzas criminales del Estado asadista, sino también con un trato autoritario a la población civil. El poder fáctico reune el hambre con el miedo, manipulando el hambre por medio de un complejo mercantil- religioso- militar, formado por comerciantes afines al poder fáctico, que acumulan los alimentos y otras necesidades vitales para luego venderlas a precios desorbitados, y clérigos integristas con enormes tripas, y jefes militares de reconocida relación de dependencia con potencias regionales e internacionales.

El secuestro de Razan, Samira, Wael y Nazem no es un crimen aislado de esta estrategia autoritaria que, aparte del asesinato y secuestro y utilización del hambre como arma contra la población, se preocupa por borrar cualquier voz independiente. Lo mismo que ha hecho el régimen durante 44 años de dictadura, y 44 meses de revolución. Se comete todo esto utilizando el eslogan cínico que niega cualquier ruido más alto que el ruido de la batalla, un eslogan tan utilizado por el régimen de al-Asad, teniendo los poderes fácticos de Douma un curriculum militar muy semejante al del régimen de al-Baath contra la ocupación israelí. Estas prácticas fueron el detonante del estallido de la revolución siria contra la tiranía de los Asad, y están siendo el motivo de crecientes protestas de la población local contra el nuevo poder fáctico.

Los secuestradores de los cuatro activistas son socios activos en la traición a la lucha del pueblo sirio por la libertad y la dignidad y la justicia.

Nuestra firme exigencia es la liberación inmediata de los cuatro secuestrados.

Exigimos también toda la información veraz sobre los autores de dicho crimen para que no se libren de su merecido castigo.

Trabajaremos para incrementar la presión sobre las potencias regionales e internacionales que coordinan con los poderes fácticos para garantizar la seguridad y la libertad de Samira y Razan y Wael y Nazem.

La causa de los cuatro secuestrados es una causa política y legal justa, y haremos todo lo posible para que sea una causa mundial.

Seguiremos trabajando con nuestros compañeros, tanto en Siria como en el mundo, para hacer cumplir nuestras exigencias de todas las maneras posibles, y para acorralar a los criminales.

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