Afganistán: La resistencia destruye blindado yanqui en Kabul

Estados Unidos sufre uno de sus días más mortíferos en Afganistán.

Estados Unidos sufre uno de sus días más mortíferos en Afganistán. Un coche bomba contra un convoy militar mata a cuatro civiles, trece soldados de EE UU y un canadiense.- En otro incidente, un hombre ataviado con el uniforme del Ejército afgano tirotea a tres soldados australianos

En el inicio de su retirada de Afganistán, el ejército de Estados Unidos ha sufrido este sábado uno de los ataques con más bajas en los 10 años de guerra, cuando un insurgente suicida detonó un explosivo contra un autobús acorazado en Kabul, aniquilando a 13 soldados norteamericanos, otro más canadiense y a cuatro afganos, tres de ellos civiles. Es, sin contar los asaltos a helicópteros, el peor ataque con bomba contra el Pentágono en los años recientes, y el más grave registrado en Kabul, la capital. Se produce, además, en un año que lleva camino de convertirse en el de más bajas para EE UU desde que comenzó la guerra, hace una década.

El ataque ocurrió en la carretera Darulman, que une la zona verde de Kabul, donde está el cuartel general de la OTAN, con el Centro de Entrenamiento Militar, donde se adiestra a las tropas afganas. Según un comunicado que los talibanes difundieron ayer, el suicida Abdul Rahman estrelló un automóvil Toyota Land Cruiser, cargado con 700 kilos de explosivos, contra un modelo de autobús acorazado al que los soldados llaman “Rinoceronte” por su robustez.

El niño afgano Ali Ahmad, de nueve años, resultó herido en el atentado. / Muhammed Muheisen (AP)

El autobús quedó en llamas a las puertas de la Universidad Americana de Kabul. Murieron todos sus ocupantes. Dos estudiantes fallecieron también por el estallido, así como otro civil y un soldado afgano. Fuentes del Pentágono en Washington confirmaron que los 13 soldados muertos eran todos norteamericanos. En lo que va de año, el Pentágono ha identificado a 1.819 soldados muertos en Afganistán. De ellos, 390 han fallecido en los primeros 10 meses de 2011. El año pasado, murieron 499.

El presidente afgano, Hamid Karzai, emitió un comunicado en el que condenó el ataque pero en el que no se refirió a las bajas norteamericanas, sino solo a los cuatro fallecidos afganos. “Los enemigos de Afganistán han cometido un ataque ruin y cobarde que ha causado el dolor en algunas familias afganas”, dijo. La semana entrante Karzai anunciará, en una cumbre que se celebrará en Estambul, que su Gobierno tomará el relevo de seguridad a las tropas de la OTAN en 17 provincias, siguiendo adelante con el plan de transición a la soberanía de 2014.

También este sábado, en Kandahar, bastión talibán, un soldado afgano abrió fuego contra las tropas australianas en un puesto militar de entrenamiento. Mató a tres soldados y a un intérprete afgano. El viernes, en la provincia de Khost, en la frontera con Pakistán, los insurgentes mataron a cuatro conductores de la OTAN en otro ataque.

En los recientes meses, sin embargo, los insurgentes han convertido a Kabul en un objetivo prioritario. Es, además, una de las primeras áreas en que las fuerzas de seguridad afganas han tomado el relevo de la OTAN. El 13 de septiembre defendieron en solitario la embajada norteamericana de un ataque coordinado con granadas. También allí, los insurgentes asesinaron al negociador de paz y expresidente del país, Burhanuddin Rabbani, el 20 de septiembre.

El presidente afgano, Hamid Karzai, emitió un comunicado en el que condenó el ataque pero en el que no se refirió a las bajas norteamericanas, sino solo a los cuatro fallecidos afganos

Un grave problema para las tropas aliadas son las traiciones de soldados afganos, como el que mató a los tres australianos. En el que se considera otro de los ataques más graves que ha sufrido EE UU en los 10 años de guerra, ocurrido en abril, otro soldado afgano abrió fuego contra ocho soldados de alto rango en la parte militar del aeropuerto internacional de Kabul. Esa cifra sólo es comparable a un ataque de julio de 2008 contra un puesto militar en la provincia noreste de Kunar, en el que murieron otros nueve soldados norteamericanos.

A cifras como la de este sábado, con 13 soldados muertos, sólo las superan, normalmente, los ataques contra aeronaves. El más grave ocurrió en agosto, en la provincia de Wardak. Murieron 30 soldados cuando los insurgentes abatieron un helicóptero Chinook con una granada propulsada por cohete. De ellos, 25 eran miembros del equipo de élite de los SEALS de la Marina. Previamente, en junio de 2005, otros 16 SEALS murieron en otro ataque contra un Chinook en Kunar.

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