Bolivia: Recuerdos de Domitila Chungara sobre la revolución de 1952

“Mi papá me anunció que se iba lejos, de comisión. Había comprado víveres. Me pidió que cuidara a mis hermanas… Al día siguiente vi las calles desiertas. Las mujeres sentadas en las calles, llorando.

“Mi papá me anunció que se iba lejos, de comisión. Había comprado víveres. Me pidió que cuidara a mis hermanas… Al día siguiente vi las calles desiertas. Las mujeres sentadas en las calles, llorando. Decían que los hombres habían ido a luchar.
Poco después, una mañana, empezaron a tocar las campanas, las sirenas y la gente salía y gritaba ‘¡Hemos ganado! !… ¡Hemos destruido al Ejército! Y a la noche, llegó primero la banda con sus estandartes… todos en fila, con sus guardatojos (cascos) brillando, varias filas de mineros. Estaba mi papá con su fusil cruzado… ‘Papi, papi’. Me miró con mucha alegría y me dijo: ‘Hemos ganado, hijita, nunca más ahora los niños van a andar descalzos’. Y empezaron las medidas económicas para los obreros: bonos de producción, subsidio familiar, cajas seguro social. Ya todos podíamos ir al hospital…” (Entrevista realizada en junio 2011, publicada Página 12)

Domitila Chungara fue la célebre ama de casa minera que encabezó una huelga de hambre en 1978, que comenzó un gran movimiento que terminó derribando al dictador Banzer. Luego fue publicado un libro con entrevistas a ella, titulado «Si me permiten hablar». Chungara falleció recientemente en Cochabamba.

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