Carlos León Mora: Basura e inmoralidad

La desfachatez y la inmoralidad son, igual que los desechos a los cuales tradicionalmente denominamos basura, productores de enfermedades que en mi caso, comienzan con una picazón en la cabeza y en su punto máximo se convierte en nauseas.

La desfachatez y la inmoralidad son, igual que los desechos a los cuales tradicionalmente denominamos basura, productores de enfermedades que en mi caso, comienzan con una picazón en la cabeza y en su punto máximo se convierte en nauseas.

Estos síntomas me los produjo Carlos León Mora, ex alcalde de Mérida, al salir a la palestra pública queriendo dar lecciones de gerencia a Lester Rodríguez debido a la incapacidad gerencial de este en el manejo de la problemática de la basura en el Municipio Libertador. Carlos da las declaraciones bajo un cargo que nadie sabe para que sirve (Director de Política Integral de la Gobernación de Mérida) y que seguro lo inventaron para que dejara de deambular como zombi en las instituciones pidiendo un carguito.

Debemos recordar y sobre todo recordarle a Carlos León Mora, que la problemática de la basura en Mérida tiene hondas raíces y algunas de ellas lo tocan profusamente. Por eso quiero recordar aquí cuales fueron las políticas de Carlos León Mora durante su gestión, que lejos de ayudar a solventar los problemas del manejo de desechos sólidos, contribuyo a deteriorarlo manteniendo una actitud servil a empresarios chulos del estado venezolano (SINCREBA) y un total desprecio por la lucha obrera en nuestro estado (Cooperativa La Rosa Mística de trabajadores de la Planta de Procesamiento de Desechos Sólidos en Lagunillas).

Comencemos desde el principio.

El Gobierno Nacional finalizando el segundo gobierno de Caldera, aprueba los recursos para que en el estado Mérida se instale una Planta de Tratamiento de Desechos Sólidos, la misma es de tecnología europea y se presentaba como la respuesta inteligente, culta y deseada por los merideños. Esta planta al instalarse, permitiría seleccionar y clasificar los desechos (basura), una vez separados cada uno iba a ser llevado a una planta que los procesaría, es decir, los desechos orgánicos serian procesados en abono, metales y lata debidamente reciclados, así como el vidrio, papel, cartón entre otros. Esta planta se instalo en una primera fase en el vertedero de basura de Lagunillas. Aunque Usted no lo crea, allí teníamos la más alta tecnología en el manejo de los desechos sólidos.

Desde hacia tiempo atrás se había conformado una mancomunidad de municipios, los cuales, de acuerdo a la densidad poblacional, asignaba recursos para fortalecer la recolección y disposición de desechos sólidos. Esta mancomunidad decidió entregar la novísima Planta de Tratamiento de Desechos Sólidos, en forma de concesión, a una empresa llamada SINCREBA Mérida C.A. (Sistema De Incineración y Reciclaje de Basura Mérida, C.A.) y cuyo dueño es Ricardo Vielma.

Ricardo Vielma y su empresa, sin invertir un solo bolívar en la construcción de esta planta, comenzaron a administrarla bajo la figura de esclavismo laboral, mantenía subcontratada a más de 200 personas con menos de sueldo mínimo, trabajando hasta 12 horas, sin las medidas de seguridad laboral e higiene que el estado venezolano exige. Cuando Chávez llega al poder, este adeco logra mantener la administración de la empresa y como muchos empresarios, transformaron la explotación laboral existente en forma de subcontratación de cooperativas, es decir, hizo que los obreros se reunieran y fundaran una cooperativa que él posteriormente contrato para hacer el mismo trabajo que tenían y en las mismas condiciones. A estas alturas, Ricardo Vielma era más chavista que Chavez.

Para 2007 se encontraba al mando del municipio Libertador el señor Carlos León Mora, los obreros de la Planta de Tratamiento cansados de explotación y enfermedades, confiando en la propuesta de Chavez de Control Obrero de las empresas abandonadas por sus dueños, deciden tomar las instalaciones de la Planta y trabajar sin el yugo de Ricardo Vielma y su empresa SINCREBA, a la vez hacen las denuncias en todos los medios e instituciones posibles sobre el modelo esclavizante de trabajo al que eran sometidos.

Para sorpresa de quienes acompañamos el movimiento obrero de Lagunillas (lo apoyamos en la constitución de la Cooperativa La Rosa Mística y aupábamos la constitución de una empresa de propiedad social, manejada con capital estatal y administrada por sus trabajadores) recibir la noticia de parte del Alcalde Carlos León Mora sobre la ratificación de la concesión a SINCREBA además de la inmediata toma de la planta con los consabidos desalojos de obreros, resulto ser el zarpazo de lo que podría haber sido un bonito experimento de control obrero y verdadera identificación con los valores socialistas de un gobernante.

Carlos, ese que el pasado 29 de agosto sale en la prensa regional exigiéndole a Lester que recoja la basura, cerro toda posibilidad de control obrero en la Planta de Tratamiento de Desechos Sólidos, permitió que Ricardo Vielma y su empresa SINCREBA terminaran de desmantelar lo que quedaba de esa planta, permitió el saqueo de equipos y materiales comprados con dineros del estado.

Luego, cuando se hizo evidente que de la planta no quedaba nada, la mancomunidad, y por supuesto Carlos a la cabeza, deciden rescindir la concesión a SINCREBA. Lo más impresionante de todo es que ningún alcalde revolucionario de la época exigió una investigación sobre el daño hecho al patrimonio del estado.

Esa fue la política de este pequeño hombre en la historia de una Mérida culta, educada, y sobretodo limpia, por eso Carlos, es mejor que te ahorres los consejos…

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