Corte de Brasil rechaza extraditar al izquierdista Battisti a Italia y ordena excarcelarlo

La Corte Suprema brasileña rechazó este miércoles conceder la extradición a Italia del ex activista Cesare Battisti, condenado en su país a cuatro cadenas perpetuas por varios asesinatos, y ordenó su inmediata liberación de la cárcel donde pasó los últimos cuatro años. Los jueces del Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte de Brasil, resolvieron por mayoría validar la decisión del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva de negar el 31 de diciembre la entrega de Battisti a Italia, al considerar que la decisión no contradice el tratado bilateral de extradición.

La Corte Suprema brasileña rechazó este miércoles conceder la extradición a Italia del ex activista Cesare Battisti, condenado en su país a cuatro cadenas perpetuas por varios asesinatos, y ordenó su inmediata liberación de la cárcel donde pasó los últimos cuatro años. Los jueces del Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte de Brasil, resolvieron por mayoría validar la decisión del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva de negar el 31 de diciembre la entrega de Battisti a Italia, al considerar que la decisión no contradice el tratado bilateral de extradición.

Desde Roma, la ministra de la Juventud, Giorgia Meloni, consideró la negativa de los magistrados como una «bofetada a las instituciones italianas, un acto indigno de una nación civilizada y democrática».

Con seis votos a favor y tres en contra, la Corte se manifestó a favor de la excarcelación inmediata de Battisti, cuya salida de la cárcel fue firmada por el presidente del organismo.

Antes de pronunciarse sobre la situación del ex activista, los jueces brasileños rehusaron analizar un pedido de Italia para anular la decisión de Lula del 31 de diciembre, por considerar que tal solicitud carecía de legitimidad.

La salida de Battisti de la cárcel podría concretarse entre la noche del miércoles y jueves, según sugirió su abogado Luis Roberto Barroso.

Battisti, de 56 años, fue condenado en Italia a perpetuidad por cuatro asesinatos en la década de 1970, cuando era integrante de un grupo armado de ultraizquierda. El italiano niega toda participación en esos crímenes.

«Está en juego aquí la soberanía nacional. Es tan simple como eso. El propio STF decidió (en 2009) que el presidente de la República podía labrar un decreto sobre el tema», dijo el juez Luiz Fux al justificar su voto contrario a la extradición de Battisti y en favor de su liberación.

En tanto, el juez Gilmar Mendes votó a favor de la extradición de Battisti, y condenó la decisión de Lula de negar la entrega del reo a Italia a pesar que el STF en 2009 había sido favorable a ello.

«¡Nunca ocurrió algo como eso, nunca ocurrió algo como eso!», gritó Mendes en el plenario.

A los gritos de Mendes, el juez Joaquim Barbosa también respondió con gritos: «¡Basta! Tenemos un hombre en la cárcel. Votemos y cerremos esta discusión».

Para Barbosa «la decisión del entonces presidente Lula el 31 de diciembre cerró el proceso de extradición. Debo manifestarme por la inmediata» liberación de Battisti.

El presidente del tribunal, Cézar Peluso, que votó en contra, opinó que la decisión de Lula de negar la extradición «fue puramente arbitraria» y que autorizar la presencia del italiano en Brasil «no tiene fundamento».

Instantes después de conocida la resolución del STF, autoridades italianas en Roma reaccionaron enérgicamente. La ministra Meloni, mencionó la negativa de extraditar a Battisti era una «enésima humillación» a las víctimas de la violencia política en Italia en la década de 1970.

Esta decisión cierra el llamado ‘Caso Battisti’, que se arrastró por los tribunales brasileños desde que el italiano fue arrestado en Rio de Janeiro en marzo de 2007. Desde entonces, Battisti aguardó una decisión de su situación en la prisión de seguridad máxima de Papuda, en la periferia de Brasilia.

El italiano había llegado a Brasil en 2004 tras huir de su país y pasar varios años exiliado en Francia y México, período en el que se convirtió en escritor de novelas policiales.

Este caso motivó además en 2009 el llamado para consultas del embajador italiano en Brasilia, un gesto diplomático reservado para momentos de enorme tensión. El

Parlamento italiano incluso recurrió a la Corte Europea y amenazó con aprobar sanciones a Brasil caso Battisti no sea extraditado.

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