EEUU: Centenares de adictos desesperados asaltan farmacias

11 de septiembre.- El llamado «sueño americano» se convierte en una pesadilla intoxicada para millones de personas que, desempleadas y sin posibilidades de acceder a un empleo estable, recurren a toda clase de fármacos para escapar de la horrenda realidad social yanqui. Más de siete millones de adictos a a drogas calmantes en Estados Unidos convierten éstas drogas en el segundo rubro ilegal más consumido en ese país, después de la marihuana. Los robos a mano armada en farmacias aumentaron 81% entre 2006 y 2010, de 380 a 686, informó el Departamento Antidrogas Estadounidense (DEA). El número de píldoras robadas ascendió de 706.000 a 1,3 millones.

11 de septiembre.- El llamado «sueño americano» se convierte en una pesadilla intoxicada para millones de personas que, desempleadas y sin posibilidades de acceder a un empleo estable, recurren a toda clase de fármacos para escapar de la horrenda realidad social yanqui. Más de siete millones de adictos a a drogas calmantes en Estados Unidos convierten éstas drogas en el segundo rubro ilegal más consumido en ese país, después de la marihuana. Los robos a mano armada en farmacias aumentaron 81% entre 2006 y 2010, de 380 a 686, informó el Departamento Antidrogas Estadounidense (DEA). El número de píldoras robadas ascendió de 706.000 a 1,3 millones.

Muchos de los ladrones se llevan analgésicos de oxicodona, como Vicodin y Norco. Ambos narcóticos son altamente adictivos.

El número de pacientes atendidos en las salas de urgencias por sobredosis de drogas calmantes se elevó a más del doble entre 2004 y 2008, de 144.644 a 305.885.

Muchos estados han instalado sistemas informáticos para combatir una práctica común entre los adictos, que consultan a varios médicos en forma simultánea, a fin de que cada uno de ellos le recete los analgésicos a los que tienen dependencia. Las restricciones alientan el robo a mano armada de los fármacos.

Es común que los soldados yanquis que regresan a su país luego de invadir otros países, como Irak o Afganistán, recurran al consumo ilegal de fármacos.

Algunas farmacias contemplan la posibilidad de instalar cristales blindados, como los que se encuentran frente a las cajas de muchas sucursales bancarias.

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