EEUU e Israel encabezan bloque racista que boicoteará cumbre de la ONU

EEUU encabeza un grupo de países cuyos gobiernos se niegan a participar en la Conferencia contra el Racismo organizada por las Naciones Unidas, y que se inaugura el día de hoy en Ginebra, Suiza. Israel, Canadá, Alemania, Holanda, Italia y Australia tampoco asistirán a este evento, llamado Durban II por representar la continuación de la primera conferencia realizada en Durban, Sudáfrica, en 2001. El presidente estadounidense, Barack Obama, encabeza el bloque racista de gobiernos que boicotearán la cumbre. Obama alega que las críticas de la cumbre al sionismo, una ideología racista y colonialista, son «intolerables» para su gobierno.

«Si empezamos de nuevo sobre una base clara, sobre una base nueva, nos agradará ir (a una futura cumbre)», dijo Obama, un furibundo defensor del fascismo sionista.

«A pesar de los esfuerzos intensivos previos, en particular de parte de la Unión Europea, es de esperar que esta conferencia sea desviada en beneficio de otros intereses, como pasó con la anterior en 2001. Y esto, no lo podemos aceptar», declaró el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, quien también se manifestó en defensa del régimen sionista, culpable del desplazamiento forzado, asesinato, y sometimiento colonial del pueblo palestino.

Los gobiernos derechistas de Holanda y Australia también temen que se utilice el encuentro para criticar a Israel. Y es que Israel no podría pasar por debajo de la mesa en una reunión que trate el tema del racismo, por ser la expresión más avanzada del racismo sistemático y violento, comparable al régimen sudafricano del apartheid.

Por su parte, el jefe de Estado iraní, Mahmud Ahmadinejad, dijo en la apertura del evento que «la ideología y el régimen sionista son los abanderados del racismo… Luego de la segunda guerra mundial, (los sionistas) recurrieron a agresiones militares para expatriar a un pueblo, bajo el pretexto del sufrimiento judío. Luego enviaron colonos desde Europa, Estados Unidos, y otras partes del mundo, para establecer un gobierno racista en la Palestina ocupada. Y en efecto, para compensar las terribles consecuencias del racismo en Europa, (occidente) ayudó a consolidar el más cruel y represivo régimen racista en Palestina». Más de treinta diplomáticos pro-sionistas se retiraron de la sala en solidaridad con el régimen israelí, pero la mayoría aplaudió la condena del racismo israelí.

Human Rights Watch, con sede en Nueva York, criticó el creciente boicot de los gobiernos racistas encabezados por Obama. «Estos países les están dando la espalda a las víctimas del racismo y están poniendo en peligro el trabajo de la ONU contra el racismo», lamentó una de las portavoces, Juliette de Rivero.