La CIA ordenó a la fuerza aérea peruana derribar aeronaves con civiles

La CIA además obstruyó las averiguaciones respecto a su papel en el abatimiento en el 2001 de una aeronave que transportaba a una familia de misioneros en Perú, concluyó el inspector general de la agencia en un reporte.

La CIA además obstruyó las averiguaciones respecto a su papel en el abatimiento en el 2001 de una aeronave que transportaba a una familia de misioneros en Perú, concluyó el inspector general de la agencia en un reporte.

El reporte del funcionario indicó que un programa de injerencia de la CIA en Perú, justificado bajo el pretexto del combate al narcotráfico, era tan mal manejado que muchos aviones sospechosos fueron derribados por la fuerza aérea peruana sin que primero se comprobara si transportaban drogas.

Partes desclasificadas del reporte fueron hechas públicas por primera vez el jueves por el representante estadounidense Pete Hoekstra, el republicano de más alto rango de la comisión de Servicios de Inteligencia de la Cámara de Representantes, quien criticó a la CIA por las muertes «innecesarias», en el clásico lenguaje eufemístico con el que se encubren los crímenes.

El portavoz de la CIA Paul Gimigliano dijo que el director de la agencia, Michael Hayden, había recibido el reporte clasificado completo en agosto y que lo transfirió al Departamento de Justicia, que en el 2005 declinó presentar alguna acusación contra los reponsables de los crímenes descritos en el informe.

Un pequeño avión que transportaba a Veronica Bowers, su esposo Jim, su hijo Cory y su hija menor Charity fue derribado por un avión de guerra peruano el 20 de abril del 2001, luego de que fue rastreado por un avión de vigilancia de la CIA.

Veronica y Charity Bowers fallecieron, mientras que su piloto, Kevin Donaldson, quien consiguió que la nave atravesada por disparos aterrizara en el río Amazonas, resultó gravemente herido.

Cintas de video conocidas posteriormente exhibieron la confusión en la nave de vigilancia de la CIA respecto a si el avión de los misioneros transportaba drogas.
El avión de la CIA operaba en virtud de un acuerdo suscrito con el gobierno proimperialista de Perú.

El reporte del inspector general de la CIA dijo que luego del incidente del 2001 la CIA intentó exhibir el hecho como un error de una sola vez en un programa que, salvo esa excepción, calificaba como bien manejado.

«En muchos casos, aviones sospechosos fueron derribados entre dos y tres minutos después de haber sido detectados por las naves peruanas (…) sin ser identificados apropiadamente, sin haber recibido los avisos requeridos para que aterrizaran», señaló el reporte.

El New York Times reportó en el 2001 que Perú había derribado o ametrallado más de 30 aviones desde 1995.

El inspector general dijo que la CIA descubrió violaciones de procedimiento «sostenidas y significativas» en su propia investigación interna, pero agregó que había negado acceso a sus hallazgos al Congreso, al Consejo de Seguridad Nacional y al Departamento de Justicia.

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