Piden que te calles

Dicen que eres ultroso, izquierdoso, radical pero nunca como dicen que es Chávez. Dicen que eres revolucionario de café, izquierda infantil o lo que es peor: académico.

Dicen que eres ultroso, izquierdoso, radical pero nunca como dicen que es Chávez. Dicen que eres revolucionario de café, izquierda infantil o lo que es peor: académico.

Dicen que eres sospechoso de haber votado por Petkoff casi cuarenta años atrás. Y si militas en las filas comunistas, eres culpable que tu partido apoyara a Caldera.

Dicen que por tu culpa mataron a Allende en Chile y aquí fracasó lo del 4 de febrero; por tu culpa bombardea la OTAN al amigazo de Gadafi y andan con ganas de llevarse por los cachos al hermanazo que gobierna en Siria.

Dicen que saben de una foto en la cual se nota que estás pensando en saltar la talanquera.

Expía tu culpa, hermano, al fin y al cabo no cuesta tanto.

Piden que aprendas, de una buena vez, que la crítica es pasto para la CIA y el Departamento de Estado, que las objeciones debilitan y desunen, mientras que su ausencia es muy efectiva para atajar marines y volteretas mortales al pasado.

Piden que consideres que a veces es táctica y otras veces estrategia cuando nos arrodillamos frente a la derecha. Y si nos pasamos por el forro algún principio revolucionario, es porque a veces es estrategia y otras veces táctica.

Piden que abraces la democracia madura y verdadera aceptando que tu dirigencia sea escogida a dedo. Y también piden que admitas que está bien que los mandamases del gobierno sean también los mandamases de un partido que debe ser único.

Piden que formes parte de organizaciones sólo si sirven para devolver el eco, o para mover los labios cuando lo necesiten los ventrílocuos.

Piden que aplaudas una ley porque es la más maravillosa de todas. Pero si es vetada, piden que aplaudas el veto, porque esa ley era realmente una mierda.

Piden que la verdad te sea revelada, descubriendo al fin capitalistas que entran por el ojo de una aguja con mayor facilidad que un camello. Piden que admitas que hay empresarios sin fines de lucro. Entonces, no los apures por una ley que controle sus poquitas ganancias.

Piden que seas un buen socialista apoyando el consumo de carros, teléfonos celulares y televisores de infinitas pulgadas. Pero si el aumento del salario mínimo te parece poco, piden que no seas pesetero.

Piden que aprendas, cuando crece el PIB, que es el único indicador económico importante; pero cuando no crece, piden que recuerdes que no es una estadística que deba quitarnos el sueño.

Piden que emplees correctamente las matemáticas, porque las elecciones a la Asamblea las ganamos por paliza, y porque con un poco más del cincuenta por ciento de apoyo el proceso bolivariano anda casi tocando las puertas del cielo.

Piden que no preguntes por qué no atacamos a la inflación estatizando el comercio exterior y toda la cadena de distribución de alimentos. Piden que no preguntes por qué todavía no nacionalizamos la banca y los seguros.

Piden que no preguntes por qué todavía hay tanto ladrón y tanto parásito revoloteando sobre la renta petrolera. Y piden que no opines que tanta burocracia asfixia y además es innecesaria.

Piden que no preguntes por qué nos desmovilizaron luego del referéndum revocatorio, ni para qué sirven doce años juntando conciencia si a veces no debemos usarla.

En fin, piden tantas cosas.

Pero sobre todo, te piden que admitas a esta transición como el único camino posible a lo que ellos han decretado socialismo. Así que, mientras tanto, deberías dedicarte a alabar lo mucho que hay de bueno y no quejarte por lo mucho que hay de malo. Y si para ti es imposible nombrar lo primero sin olvidar lo segundo, entonces…

Piden que te calles.

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