Arrecian los ataques militares de la dictadura contra la población civil en Siria

(Foto de archivo) La dictadura siria ha aprovechado la cobertura brindada por la ONU, a través del agente proimperialista Kofi Annan y sus supuestas negociaciones de paz, para intensificar sus ataques contra la población civil, incluso atacando a refugiados y periodistas en los territorios fronterizos de Turquía y El Líbano, donde los soldados de la dictadura siria hirieron a seis personas y asesinaron a un periodista libanés, respectivamente.

(Foto de archivo) La dictadura siria ha aprovechado la cobertura brindada por la ONU, a través del agente proimperialista Kofi Annan y sus supuestas negociaciones de paz, para intensificar sus ataques contra la población civil, incluso atacando a refugiados y periodistas en los territorios fronterizos de Turquía y El Líbano, donde los soldados de la dictadura siria hirieron a seis personas y asesinaron a un periodista libanés, respectivamente.

El Ejército Libre de Siria, constituido por militares desertores y civiles armados que han repelido los ataques armados del gobierno, en cuya dirección tienen influencia de sectores islámicos y proimperialistas, dijeron estar comprometidos con los acuerdos pactados con Annan. A pesar de esto, sectores de la resistencia siria han planteado la necesidad de derrotar a la dictadura y recuperar los altos del Golán, ocupados por el estado sionista de Israel, lo cual demuestra el contenido antiimperialista del levantamiento popular.

Alrededor de mil personas han sido asesinadas en la última semana por las fuerzas de la dictadura, que vienen aplicando bombardeos masivos e indiscriminados contra las poblaciones insurrectas. El estimado del número de víctimas corresponde a grupos de oposición, pues no hay periodistas independientes en el terreno. Algunos de los periodistas que se han aventurado a ingresar ilegalmente en las zonas de combate han sido asesinados por las fuerzas militares al servicio de la dictadura.

La rebelión popular siria arrancó como una serie de protestas pacíficas multitudinarias, en las que la población apoyó las revoluciones árabes en curso en el norte de África y el Oriente Medio, y exigieron la salida del dictador Bashar Al Assad, a quien miles responsabilizaron por la falta de libertades democráticas y la precariedad económica que azota a la mayoría del pueblo sirio. La represión militar, que no sólo atacó las marchas y concentraciones a balazos sino que incluso disolvió los funerales públicos con una represión sangrienta, llevó a la fractura del ejército y el comienzos de una guerra civil.

El presidente Chávez, por su parte, reiteró su apoyo incondicional a la dictadura capitalista siria la semana pasada. Según Chávez, el dictador Assad es «socialista y humanista».

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