Bolivia: Exigimos libertad plena para los presos políticos de Shinaota

Presos de Shinaota

Por: Alternativa Revolucionaria del Pueblo Trabajador

El día 17 de marzo se realizó una audiencia de apelación en los Tribunales de Cochabamba, en la que el juez dio libertad condicional, previo pago de una fianza de 25.000 bs por cada uno de los acusados, y prosiguiendo el proceso judicial con régimen de presentación cada 15 días y prohibición de salir del país, a Herbat Valencia y Elmer Lizarazu. El otro compañero que estaba detenido, Adrián Trujillo obtuvo similar resolución judicial una semana antes.

Recordamos que los tres presos estaban bajo gravísimas acusaciones, que incluían un atentado a la vida de Evo Morales, desde el 24 de diciembre del año pasado, después de una disputa por candidaturas en el municipio de Shinaota. El pueblo de Shinaota había designado en un masivo cabildo abierto de más de 5.000 personas, a Lidia Poma como su candidata a alcalde en el marco del MAS, siguiendo la antigua tradición del Instrumento Político de elegir los candidatos por las bases. Pero Evo Morales quiso imponer a su propio candidato, el antiguo alcalde Rimer Agreda y desconoció la elección del Cabildo. 

Como un importante sector mantuvo la defensa de la decisión democrática del pueblo de Shinaota, se ordenó reprimirlos. Y, en el caso de Valencia, Lizarazu y Trujillo fueron encarcelados en forma ilegal, secuestrados por encapuchados, torturados y trasladados a la cárcel con posteriores acusaciones absurdas por parte del fiscal y el juez, de “atentar contra la vida del presidente” y “asociación para delinquir”.
En su fallo el juez de apelación descarta estos cargos principales, pero deja en pie el cargo de “privación ilegítima de la libertad” (porque el ex alcalde quedó encerrado varias horas en el edificio de la radio del pueblo, cercado por los manifestantes, según la denuncia). En base a eso dice el juez que no corresponde la prisión preventiva y dicta las medidas sustitutivas mencionadas. 

Pero la determinación de un importante grupo de dirigentes de Shinaota, entre ellos Lidia Poma, y de sectores de las bases, de mantener la solidaridad y exigencia de libertad de los presos, junto a otros sectores como la Federación Universitaria Local de UMSS Cochabamba, nuestra organización Alternativa Revolucionaria del Pueblo Trabajador y otras organizaciones, como por ejemplo la Cumbre Indígena por el Fondo Indígena realizada en Cochabamba que reclamó la inmediata libertad de los presos de Shinaota, así como pronunciamientos internacionales de la Unidad Internacional de Trabajadores (Cuarta Internacional), el dirigente campesino peruano Hugo Blanco, y otros, fueron hechos decisivos para lograr este triunfo parcial de esta fallo judicial. 

El MAS evidentemente incómodo con la campaña por la libertad de los presos, pasó de decir, en el primer mes de detención, de que estaban presos “por atentar contra la vida del presidente Evo Morales” a decir, en últimas semanas, “ya están libres”. No estaban libres, ni lo están al día de hoy, pero evidentemente el gobierno cambió de política. 

Los compañeros aún no están libres, porque la “justicia” pone la absurda condición de que tienen que pagar 25.000 bs cada uno para poder salir en libertad condicional. Los dirigentes campesinos de Shinaota independientes del gobierno, ya declararon que reunirán ese dinero en las bases. Pero es indignante esta exigencia y, por otra parte el MAS con apoyo policial está haciendo una campaña de intimidación en Shinaota para que no apoyen a los presos, incluso amenazándoles a los que los apoyen con quitarles su cato de coca, ¡es decir su medio de vida!

Por eso seguimos reclamando la libertad incondicional y el cese de todos los procesos a los dirigentes campesinos de Shinaota (quedan ellos y otros 10 procesados por los mismos hechos). Ellos actuaron defendiendo la determinación de sus bases y eso no es delito, sino al contrario una tradición del instrumento político y además un derecho democrático del pueblo a participar políticamente.

La experiencia vivida con estos presos, así como el crecimiento del voto castigo al gobierno en todo el país, muestran que es necesario forjar una nueva alternativa política, basada en la tradición del instrumento político, es decir un instrumento político de los trabajadores de la ciudad y el campo, del pueblo, indígenas y campesinos, que enfrente al gobierno, a la derecha y a sus patrones transnacionales y terratenientes. 
20 de marzo 2015

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