El discurso de Angostura y la postulación continua

El discurso de Angostura fue pronunciado por Simón Bolívar el 15 de Febrero de 1819 en la provincia de Guayana, dicho discurso se llevó a cabo ante los congresistas de la nación con la intención de instalar el segundo congreso constituyente de la República de Venezuela.

El discurso de Angostura fue pronunciado por Simón Bolívar el 15 de Febrero de 1819 en la provincia de Guayana, dicho discurso se llevó a cabo ante los congresistas de la nación con la intención de instalar el segundo congreso constituyente de la República de Venezuela.

Este discurso histórico fue el preámbulo de la consolidación de la República en cuanto a leyes e instituciones que estuvieron ausentes durante el transcurso de la gesta independentista, sirvió de corolario a los intentos militares y políticos de Bolívar para unir a todos los patriotas en contra del imperio español y así dejar tras las Repúblicas “aéreas” tan criticadas por su falta de apego a la realidad que agobiaba a la causa patriótica.

El discurso de Angostura contiene la síntesis del pensamiento republicano y liberal de Simón Bolívar, además es un compendio político repleto de una oratoria excelsa encaminada a ensalzar nuestras virtudes y defenestrar de los vicios recurrentes que nos aquejaban; en muchos sentidos el discurso de Angostura se mantiene en el tiempo como una obra vigente para entender y comprender nuestro entorno actual.

Por otro lado, el mes de Diciembre del pasado año, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez propuso una enmienda a la Constitución vigente de nuestro país. Dicha enmienda que fue introducida por los diputados de la Asamblea Nacional al Consejo Nacional Electoral en el mes de Enero del año en curso, la enmienda propuesta debe ser aprobada por voto popular el venidero 15 de Febrero.

El contenido de la propuesta de enmienda consiste en incluir en la carta magna la posibilidad de postulación continua de los funcionarios que estén ejerciendo cargos electos por sufragio popular, de modo que la postulación no implica reelección vitalicia en los diferentes puestos sino la posibilidad de aspirar a ellos por cuantas veces se desee.

Es importante resaltar que el ejecutivo nacional por medio del presidente Chávez propuso una reforma parcial de la Constitución en el año 2007, dicha reforma fue rechazada por la mayoría del pueblo venezolano en un referendo realizado en Diciembre del 2007; uno de los aspectos mas polémicos en la citada propuesta era el de la posibilidad de postulación continua a elecciones por parte del Presidente de la República.

Ahora bien, en el discurso de Angostura, Bolívar manifestó lo pernicioso que sería para la República la permanencia de los hombres por mucho tiempo en el poder “la continuación de la autoridad en un individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo Magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente”

Las palabras de Bolívar en ese momento reflejaban su pavor a los liderazgos mesiánicos e imprescindibles y confirma la importancia de cada individuo en la causa republicana con las siguientes palabras “en este momento el Jefe Supremo de la República no es más que un simple ciudadano, y tal quiere quedar hasta la muerte”.

Bolívar confiaba más en las instituciones y las leyes que en los hombres, años de lucha, aciertos y traiciones le confirmaban dicha suspicacia hacia los seres humanos tan falibles y pasionales.

En el momento actual, luego de cincuenta años de un sistema democrático representativo en nuestro país las palabras del padre de la Patria, cobran más fuerza que nunca; pero Bolívar como todo hombre también vivió con sus contradicciones, veamos lo que dice en el mismo discurso objeto de estudio: “Si el Senado en vez de ser electivo fuese hereditario, sería en mi concepto base, el lazo, el alma de nuestra República”. Acá Bolívar golpea duramente su afirmación de evitar la prolongación innecesaria en el poder por parte de los Magistrados, observemos como el Libertador trata de justificar su intención de crear una casta de hombres sabios y probos “el individuo pugna contra la masa, y la masa contra la autoridad, por tanto; es preciso que en todos los gobiernos exista un cuerpo neutro que se ponga siempre de parte del ofendido y desarme al ofensor”. Podemos ver que las buenas intenciones de Bolívar no serían suficientes para evitar que una casta basada en el nepotismo sea “neutra” en la administración de la República. Prosigue el Libertador: “El Senado hereditario, como parte del pueblo, participa de sus intereses, de sus sentimientos y de su espíritu. Por esta causa no se debe presumir que un Senado hereditario se desprenda de los intereses populares, ni olvide sus intereses legislativos”. En estas afirmaciones parece que a Bolívar se le olvida por arte de magia que los Magistrados deben cumplir con sus funciones sin necesidad de que sean parte de una clase semi-monárquica, las redundancias no ayudan mucho al Libertador. “De ningún modo sería una violación de la igualdad política la creación de un Senado hereditario; no es una nobleza lo que pretendo establecer”. Bolívar sigue haciendo malabares para justificar una contradicción tan gigante como la Gran Colombia, pretende explicar que la masa del pueblo es manipulable y poco educada, por tanto la República necesita de gente preparada que los defienda ante el opresor. ¿Dónde quedan las leyes? ¿qué es de la vida de las instituciones? En esta parte del discurso no se ven por ningún lado, para completar, el Libertador culmina su intervención haciendo una especie de culto y agradecimiento eterno a los héroes de la independencia: “por otra parte, los libertadores de Venezuela son acreedores de ocupar siempre un alto rango en la República que les debe su existencia”, y para darle el golpe de gracia al republicanismo concluye contundentemente: “y si el pueblo de Venezuela no aplaude la elevación de los bienhechores, es indigno de ser libre, y no lo será jamás”.

Estas desafortunadas palabras hacen que Bolívar olvidara por completo el papel de los pueblos en la historia. Sin los millares de soldados anónimos que murieron en la lucha contra los realistas; las mujeres que cuidaban del hogar y que también lucharon en el campo de batalla; los letrados y estrategas que ayudaron a mantener la moral en alto y en buscar soluciones a los percances administrativos que se presentaban a diario, el sueño independentista hubiese sido sólo una quimera.

Sin ánimo de que me tilden de antibolivariano o hereje de la historia patria, mi intención es tratar de reflejar a los personajes históricos tal y como fueron, no como dioses, semidioses o demonios. Es un lugar común afirmar que la historia se repite, pero a veces es cierto. La actual propuesta de enmienda contradice fuertemente parte del pensamiento bolivariano pero también confirma otro lado del mismo.

Un gran problema que venimos arrastrando es la descontextualización del pensamiento y accionar bolivariano por parte de los gobiernos de turno, se repite la historia del culto a los “salvadores” de la patria y el agradecimiento eterno del pueblo a los benefactores cuando la relación debería ser inversa debido a que los Magistrados son servidores de las masas y a ellas se deben. No pretendo negar los méritos de los líderes políticos, pero tampoco la intención es perder la perspectiva del significado de la democracia con la demagogia persistente y repetitiva.

En concreto, la propuesta de reelección continua reduce considerablemente la alternabilidad en el ejercicio de los cargos públicos, también reduce el espacio de participación política independiente debido a que las maquinarias políticas llevan una gran ventaja en la carrera por el poder, por otra parte es un retroceso en las intenciones de fortalecer la democracia participativa y protagónica consagrada en nuestra carta magna. Pero tampoco significa que si la propuesta de enmienda se aprueba nacerá una tiranía en Venezuela, como lo pregonan muchos voceros de la oposición de derecha; lo paradójico es que también a ellos les beneficiaría que se aprobara la propuesta de enmienda porque así tendrían la oportunidad perfecta para tratar de seguir postulándose cuantas veces quieran a los cargos que actualmente ejercen con ineficacia comprobada.

El caudillismo, la poca fé en el poder transformador de la gente, se repite fatalmente en nuestro país desde Bolívar, Páez, Guzmán Blanco, Juan Vicente Gómez, Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, y actualmente Hugo Chávez.

Para finalizar, es preciso decir que los procesos político serán inconsistentes en el tiempo si se depende sólo de un liderazgo “predestinado” y no se educa a la gente para trabajar en colectivo y mejorar las cosas de manera voluntaria y conciente con todo lo que ello significa; sólo así seremos dignos de llamarnos pueblo revolucionario y a la vez avanzar de manera consistente hacia la construcción de una sociedad distinta.

Hay que tratar de que la parte buena de la historia se repita continuamente.

*Militante del Colectivo Libre Aquiles Nazoa (Mérida) y de la Unidad Socialista de Izquierda.

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