Rumania grita en las calles contra el FMI y el gobierno

MANIFESTACIONES CONTRA LA POLÍTICA IMPUESTA POR EL FMI
Rumanía grita en las calles

MANIFESTACIONES CONTRA LA POLÍTICA IMPUESTA POR EL FMI
Rumanía grita en las calles
Los ciudadanos rumanos están protagonizando una de las mayores protestas contra el Gobierno en la historia de su democracia. El Ejecutivo, del Partido Social Demócrata Liberal (PDL), presidido por Trian Basescu es objeto de críticas cada vez más directas por parte de la población y en sus propias filas, debido a las duras medidas económicas que desde hace tres años ha venido adoptando. Hace más de una década que el país no vivía unas protestas similares, desde las huelgas mineras de los años 90.

Beatriz Garrandés / Bucarest (Rumanía)
Martes 7 de febrero de 2012. Número 167

«Los sueldos son muy bajos, cada vez más, estamos hartos», confiesa Stefan, un manifestante de la Plaza de la Universidad de Bucarest, punto de encuentro de los protestantes en la capital. «Venimos aquí porque es donde hace veinte años nos manifestamos contra Ceaucescu y ahora hacemos lo mismo contra este Gobierno que no está haciendo nada por nosotros y está lleno de corrupción», continúa Stefan.

La chispa que ha prendido la indignación entre la población rumana ha sido el intento de reformar el sistema sanitario mediante una nueva ley que privatizaría el sistema parcialmente. Hace tres semanas el vicesecretario de sanidad, Raed Arafat, dimitió de su cargo al declararse contrario a esta idea, suscitando la simpatía de la población, que empezó a salir a la calle pidiendo la paralización de la reforma en las principales ciudades del país.

Lo que comenzó como una manifestación puntual se ha ido convirtiendo en la expresión de la indignación de los ciudadanos contra el Gobierno en general y las medidas de ajuste que éste lleva aplicando desde hace tres años. En las manifestaciones se pide la dimisión de las principales cabezas del Ejecutivo: Basescu y su primer ministro, Emil Boc. «Jos Basescu» (Abajo Basescu), es uno de los gritos más repetidos en las protestas, que poco a poco han ido llegando cada vez a más ciudades del país. Aunque las protestas han sido pacíficas en general, ha habido algunos enfrentamientos violentos entre algunos manifestantes y la policía, que dieron la voz de alarma para que enel resto de Europa se empezase a hablar de la situación del país.

La esperanza de más calidad de vida

El país balcánico es junto con Bulgaria el más pobre de la Unión Europea, institución en la que ambos entraron en 2007. Si esto supuso un halo de esperanza para muchos rumanos que creyeron empezar a tener más calidad de vida, en 2009 la situación cambió: Rumanía se vio afectada por la crisis global y recibió 20.000 millones euros por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea y el Banco Mundial a cambio de realizar grandes recortes en la economía del país.

Jeffery Franks, el representante del FMI dijo en ese momento que el préstamo era para luchar contra la pobreza y reducir el déficit presupuestario del país. El mismo presidente rumano afirmó entonces que se trataba de algo preventivo y que si el país entraba en crisis esta sería alimentaria por el incremento de la población (aún teniendo en cuenta que Rumanía ha perdido más de 2 millones y medio de habitantes en la última década y una de sus causas es la bajada de la natalidad).

El Gobierno de Basescu ha tomado varias medidas económicas desde entonces que han mermado el nivel de vida de la población: bajada del sueldo de los funcionarios un 25%, de las pensiones un 15% o subida de los impuestos (por ejemplo en 2010 el IVA pasó del 19% a ser del 24%). Todo ello en un país en el que el salario medio de un profesor, por ejemplo, es de 200 euros.»Entiendo que la gente esté muy enfadada, porque la vida aquí ha ido de mal en peor en los últimos años», apunta Alexandra Irimea, periodista rumana.»El lema de Basescu durante su campaña electoral era: Vivir bien, pero la verdad es que no vivimos bien, estamos peor que antes», argumenta la periodista. Basescu fue reelegido como presidente en las últimas elecciones de 2009 (ya lo fue en 2004). Las próximas son este mismo año. «Lo peor de todo es que ni siquiera creo que haya alguien a quien merezca la pena votar, no hay nadie que de verdad pretenda proteger nuestros intereses», declara Alexandra. Joven, con una carrera universitaria,casada y con un hijo, confiesa que a veces piensa en abandonar el país en busca de un futuro mejor como han hecho muchos de sus compatriotas. «Tal y como están aquí las cosas me estoy planteando marcharme, no me gustaría, pero quiero darle un futuro mejor a mi hijo. Espero que al menos estas manifestaciones sirvan para que algo cambie en Rumanía porque la sociedad en que vivimos no está acostumbrada a protestar».

Por su parte, el PDL intenta afrontar una situación que se le escapa de las manos, mientras crece su impopularidad a pasos agigantados. A los pocos días de comenzar las protestas dio marcha atrás en la reforma del sistema sanitario, más tarde volvió a integrar a Raed Arafat en sus filas y hace unos días ha expulsado de las mismas al ministro de Exteriores, Teodor Baconschi, por dar a entender desde su blog que los manifestantes son violentos. Emil Boc anunció que el Ejecutivo está pensando subir las pensiones y el sueldo de los funcionarios un 5% durante la segunda mitad del año. De esta situación no ha tardado mucho en aprovecharse la oposición, que ha decidido hacer un boikot al Parlamento dejando de participar en él hasta que no se celebren elecciones generales. Según los encuestas publicados la última semana, la Unión Social Liberal (Alianza de tres partidos en la oposición) ya tiene una clara ventaja sobre el actual gobierno.

La población será sin embargo quien tenga la última palabra en las urnas y en la calle.

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