3 noviembre, 2024

Aumento del pasaje golpea el bolsillo del trabajador

Un gran pesar existe entre quienes se ven en la obligación de utilizar las unidades del transporte colectivo a diario, pues el servicio no ha mejorado y deben pagar un incremento del 25 por ciento más. Ya la decisión salió publicada en la Gaceta Oficial número 39403, pero en ella no se establece que los dueños de las unidades deben velar por la buena conservación de éstas.

Un gran pesar existe entre quienes se ven en la obligación de utilizar las unidades del transporte colectivo a diario, pues el servicio no ha mejorado y deben pagar un incremento del 25 por ciento más. Ya la decisión salió publicada en la Gaceta Oficial número 39403, pero en ella no se establece que los dueños de las unidades deben velar por la buena conservación de éstas.

“Esto es un duro golpe al bolsillo de quienes debemos utilizar este medio para trasladarnos desde estas comunidades hasta Valencia y viceversa, porque en esa ciudad es que trabajamos o estudiamos”, comentó Luis Colina, un usuario, quien manifestó que el sueldo que reciben los trabajadores, en su gran mayoría, lo deberán gastar en el pago del pasaje. Considera que el aumento recibido no satisface las necesidades de la clase trabajadora, pues todo se lo llevan los aumentos que hacen los comerciantes. El denunciante estima que aquellos autobuses que estén en malas condiciones, deben recibir menos por concepto de pasaje.

El nuevo precio del pasaje aparte de golpear la economía de los trabajadores aumenta el desconteto colectivo ante uno de los peores servicios con los que cuenta la población, no sólo hay que pagar un pasaje que no corresponde con el estado de la unidad de transporte sino que se debe lidiar constantemente con la corrupción que ejercen los transportistas al no querer aceptar el pasaje estudiantil después de cierta hora del día; aunado a las ofensas, arbitrariedades y agresiones, que con frecuencia cometen contra los usuarios. También se presenta una situación de explotación de los llamados «avances», o choferes subcontratados por los dueños de las unidades de transporte. Todo ello, bajo la mirada indolente e indiferente de las autoridades.

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